Introducción al maltrato a personas mayores

(Abuso de adultos mayores)

PorDaniel B. Kaplan, PhD, LICSW, Adelphi University School of Social Work
Revisado/Modificado abr. 2023
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El abuso a las personas mayores se da cuando una persona causa daño o amenaza con causar daño a una persona mayor.

Las personas mayores pueden ser objeto de abusos por comportamientos o palabras perjudiciales hacia ellas, o si se les priva de aspectos necesarios. Por lo general, con el tiempo el abuso resulta más frecuente y más intenso. Las personas mayores maltratadas sufren lesiones, mala salud física, daño psicológico, hospitalización repetida, pérdidas económicas y muerte prematura más a menudo que las personas mayores no maltratadas.

Cada año miles de personas de edad avanzada sufren abusos o negligencia en Estados Unidos. El responsable del abuso suele ser un miembro de la familia, generalmente un hijo adulto que cuida de la persona mayor. A veces, los cuidadores profesionales, como los cuidadores a domicilio o los empleados de residencias y otras instituciones, abusan de las personas mayores.

En todo el mundo, hasta 1 de cada 6 personas que viven en la comunidad y que son mayores de 60 años sufren maltrato. Alrededor del 12% de estas personas experimentan varios tipos diferentes de maltrato.

Los informes de maltrato a personas de edad avanzada aumentaron durante la pandemia de la COVID-19, posiblemente a causa de una mayor vulnerabilidad de las víctimas y al mayor estrés o al aumento de los factores desencadenantes que afectan a los maltratadores a causa del aislamiento social, las dificultades económicas y la mala salud mental. Además, las tasas de maltrato físico y emocional fueron significativamente más altas, y las víctimas eran más propensas a sufrir varias formas de maltrato.

A menudo, los cuidadores se sienten abrumados por las demandas del cuidado, tienen una preparación inadecuada o pocos recursos, o no saben lo que se espera de ellos. También es posible que se sientan cada vez más aislados socialmente, lo que en ocasiones incrementa su resentimiento y aumenta las probabilidades de abuso. Muchos cuidadores no pretenden abusar de la persona, y otros ni siquiera saben que lo están haciendo.

Los tipos más comunes de abuso a personas mayores incluyen el abuso físico, el abuso sexual, el abuso psicológico, la negligencia y el abuso financiero. A menudo se combinan muchas formas de maltrato.

El maltrato físico es el uso de la fuerza para hacer daño, o bien la amenaza de hacerlo. Ejemplos de maltrato físico son los golpes, los empujones, las sacudidas, las palizas, las prohibiciones y la alimentación forzada. Las lesiones inexplicables o las heridas sin tratamiento adecuado, las quemaduras por fricción, las marcas de ataduras, las gafas rotas, los arañazos, los cortes y las contusiones son posibles indicios de abuso físico. Un cuidador que se resiste a dejar sola a la persona a la que cuida con los visitantes o con los profesionales de la salud puede ser sospechoso de abuso físico.

El abuso sexual es el contacto sexual sin consentimiento, la amenaza de tal contacto o el contacto por la fuerza. Ejemplos de ello son el tocamiento de las partes íntimas y la violación. Contusiones alrededor de los senos o de las zonas genitales o hemorragias inexplicables de la vagina o del ano pueden indicar abuso sexual. Sin embargo, el abuso sexual no siempre comporta lesiones físicas.

El maltrato psicológico es el uso de palabras o acciones para causar estrés emocional o angustia. Puede incluir

  • Amenazas, insultos y órdenes bruscas

  • Ignorar a la persona (por ejemplo, no hablándole durante mucho tiempo o no respondiéndole cuando hace preguntas)

  • Tratar a la persona mayor como a un niño (infantilización), a veces con el objetivo de hacerla dependiente del agresor

Las víctimas de malos tratos psicológicos pueden volverse pasivas y retraídas, ansiosas o deprimidas.

Se considera abandono, descuido o negligencia el hecho de no proporcionar a la persona alimentos y fármacos o lo necesario para atender a su higiene personal o a otras necesidades. Algunas personas mayores se descuidan a sí mismas (autoabandono). Otras son descuidadas por sus cuidadores. Las necesidades pueden ser deliberadamente negadas, u olvidadas o pasadas por alto por cuidadores irresponsables o desatentos. Los signos de desatención incluyen

  • Pérdida de peso como consecuencia de la desnutrición

  • Piel y boca secas a causa de la deshidratación

  • Mal olor como consecuencia de una higiene inadecuada

  • Úlceras por presión en los glúteos o en los talones debidas a que se deja a la persona sentada o tumbada en la misma posición durante demasiado tiempo

  • Falta de dispositivos de ayuda necesarios, como gafas, audífonos o prótesis dentales

  • Faltar a la cita programada con el médico o dejar de recibir atención cuando los trastornos están empeorando claramente

Algunos cuidadores no son conscientes de que su trato a la persona mayor ha cruzado la línea entre no ser idóneo y ser negligente. Estos cuidadores pueden carecer de la noción de lo que constituye una atención adecuada y apropiada, o pueden tener concepciones muy diferentes acerca de qué conductas son o no aceptables. A veces la negligencia es el resultado de circunstancias apremiantes, como dificultades económicas, a pesar de las mejores intenciones del cuidador. En ocasiones, los cuidadores voluntariosos no son capaces de dar el cuidado necesario por sus propias limitaciones físicas o por discapacidad mental. Por ejemplo, los cuidadores pueden no ser capaces de bañar a la persona mayor o no recordar que tienen que administrarle un medicamento.

El abuso económico es la explotación de los bienes o los fondos de una persona. Comprende

  • Estafa

  • Presionar a una persona mayor para distribuir sus bienes

  • Manejar el dinero de una persona mayor de manera irresponsable

Los cuidadores pueden gastar la mayor parte de los ingresos de la persona mayor en ellos mismos y darle solo una mínima cantidad.

Restringir la libertad de la persona mayor para tomar decisiones importantes sobre su vida, como con quién relacionarse y cómo gastar el dinero, se considera en ocasiones otra forma de abuso.

Factores de riesgo para el maltrato a personas mayores

Cualquier persona de edad avanzada, independientemente de su estado de salud, puede sufrir abusos. Sin embargo, la probabilidad de abuso aumenta si las personas mayores

  • Son físicamente débiles, a menudo por trastornos crónicos incapacitantes

  • Tienen problemas para realizar las tareas diarias

  • Tienen dificultad para comunicarse

  • Se encuentran aisladas socialmente

  • Sufren demencia, confusión u otra forma de discapacidad mental

La probabilidad de que aparezcan abusos también es más elevada si quienes los perpetran

  • Son económicamente dependientes de la persona mayor o viven con ella

  • Abusan del alcohol o las drogas

  • Padecen un trastorno psiquiátrico como la esquizofrenia

  • Han sido violentos anteriormente

  • Sufren estrés, por ejemplo por problemas económicos o por la muerte de un familiar

  • Presentan falta de habilidades y recursos, lo que provoca que el cuidado del mayor sea frustrante

  • Tienen un trastorno (como una demencia) que les hace estar agitados o violentos (incluso aunque en el pasado fueran pacíficos)

Cuándo sospechar maltrato a personas mayores

A menudo, los médicos, enfermeras, trabajadores sociales, amigos y miembros de la familia no reconocen los signos de abuso. Los signos pueden ser difíciles de distinguir de otros problemas. Por ejemplo, si una persona mayor tiene una fractura de cadera, los profesionales de la salud quizá sean incapaces de distinguir si la causa es un abuso físico o bien osteoporosis, una caída, o estas dos últimas (que son causas mucho más frecuentes). Además, si la persona mayor está confusa, puede que no la tomen en serio cuando denuncie los malos tratos, por lo que el abuso pasa desapercibido.

Cuando las personas mayores tienen ciertos problemas o hacen ciertos cambios, los familiares y amigos, así como los profesionales de la salud, deben ser conscientes de que la causa de éstos puede ser el abuso. Estos problemas son los siguientes:

  • Falta de higiene o un olor desagradable

  • Úlceras por presión

  • Pérdida de peso y sequedad de boca

  • Falta de gafas, audífonos o prótesis dentales

  • Moretones múltiples, moretones en lugares donde no suelen producirse por accidente (como las nalgas) o moretones con la forma de ciertos objetos (como un utensilio, palo o cinturón)

  • Marcas de cuerda

  • Fracturas óseas

  • Rasguños y cortes

  • Ansiedad, depresión o abandono y pasividad

  • Cambios financieros súbitos (como cambios en el testamento, pérdida de dinero u otros activos o adición de otros titulares a la tarjeta bancaria de la persona mayor)

La conducta del cuidador también puede sugerir abusos, por ejemplo en los siguientes casos:

  • No deja que la persona mayor hable

  • Trata a la persona mayor como a un niño

  • Da explicaciones inverosímiles para las lesiones

Si los profesionales de la salud sospechan abuso, entrevistan a la persona mayor sola y al posible agresor. Pueden entrevistar a otras personas que conocen a la persona mayor, que a veces está sola.

Los profesionales pueden utilizar cuestionarios diseñados para identificar el maltrato a las personas mayores. Pueden formular preguntas generales sobre la sensación de seguridad, así como preguntas directas sobre posibles malos tratos. Los médicos también examinan minuciosamente a la persona para detectar signos de abuso. Pueden ser necesarias pruebas de diagnóstico por la imagen y análisis de sangre para identificar signos y/o complicaciones del maltrato y, si hay signos, documentarlo.

Los médicos también evalúan las circunstancias de la persona mayor, incluidas las siguientes:

  • Recursos sociales y financieros para determinar si se está produciendo un abuso financiero y para ayudar a planificar la gestión de modo que la persona de edad avanzada esté protegida (por ejemplo, organizando una vivienda diferente o contratando a un cuidador profesional).

  • Estado mental

  • Estado de ánimo, para detectar depresión, ansiedad, ira y miedo

  • La capacidad para realizar las actividades diarias

  • Cualquier limitación física que afecte a la autoprotección

Si se necesita ayuda para las actividades diarias, los médicos determinan si el cuidador actual tiene suficiente capacidad emocional, financiera e intelectual para la tarea. De lo contrario, debe identificarse un nuevo cuidador.

Más información

Los siguientes son recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de estos recursos.

  1. National Institute on Aging: Elder Abuse: información y enlaces a recursos adicionales destinados a adultos mayores y cuidadores que contienen signos, prevención y efectos a largo plazo del maltrato a las personas de edad avanzada

  2. National Center on Elder Abuse (NCEA): orientación del NCEA, un centro nacional de recursos dedicado a la prevención del maltrato a las personas de edad avanzada, que incluye asesoramiento y recursos para profesionales, investigadores, defensores y familias

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