Uveítis infecciosa

PorKara C. LaMattina, MD, Boston University School of Medicine
Revisado/Modificado sep. 2022
Vista para pacientes

    Diversas enfermedades infecciosas pueden causar uveítis (véase tabla Causas infecciosas de uveítis). Los más frecuentes son toxoplasmosis, virus herpes simple (HSV) y varicela-zóster (VZV). Los diferentes microorganismos afectan diferentes partes del tracto uveal.

    (Véase también Generalidades sobre la uveítis.)

    Tabla

    Toxoplasmosis

    La toxoplasmosis es la causa más frecuente de retinitis en pacientes inmunocompetentes. La mayoría de los casos se adquieren después del nacimiento; sin embargo, también ocurren casos congénitos, especialmente en los países donde la infección es endémica. Los síntomas de moscas volantes y deterioro de la visión pueden deberse a células en el humor vítreo o cicatrices o lesiones retinianas. Puede producirse una afectación simultánea del segmento anterior que produce dolor ocular, enrojecimiento y fotofobia. Las pruebas de laboratorio deben incluir la determinación de los títulos de anticuerpo anti-Toxoplasma gondii en suero.

    Se recomienda el tratamiento en pacientes con lesiones posteriores que ponen en peligro las estructuras vitales, como la papila óptica o la mácula, así como en pacientes inmunodeprimidos. Normalmente está indicado el tratamiento con múltiples fármacos, como pirimetamina, sulfamidas, clindamicina y, en casos seleccionados, corticoides sistémicos. Sin embargo, deben evitarse los corticoides sin cobertura antibiótica simultánea. Las lesiones que amenazan la visión de la mácula o adyacentes al nervio óptico requieren inyecciones intravitreas de clindamicina. La toxoplasmosis puede recurrir, y los pacientes con lesiones que amenazan la visión pueden requerir profilaxis a largo plazo con trimetoprima-sulfametoxazol. Debe evitarse también el uso prolongado de los corticoides perioculares e intraoculares (p. ej., acetónida de triamcinolona).

    Los pacientes con lesiones periféricas pequeñas que no ponen en peligro directamente las estructuras visuales vitales pueden ser controlados sin tratamiento y deben comenzar a mostrar una lenta mejoría en 1 a 2 meses.

    Herpesvirus: HSV y VZV

    HSV causa uveítis anterior. El virus varicela-zóster (VZV) lo hace con menos frecuencia, aunque la prevalencia de uveítis asociada con zóster aumenta con la edad. Tanto el HSV como el VZV también pueden provocar uveítis posterior, aunque esto es menos común.

    Los síntomas de la uveítis anterior incluyen

    • Dolor ocular

    • Fotofobia

    • Disminución de la visión

    Los signos incluyen

    • Enrojecimiento

    • Inyección conjuntival e inflamación de la cámara anterior (células y turbidez), a menudo asociadas con inflamación corneana (queratitis)

    • Disminución de la sensación corneal

    • Atrofia del iris en parches o sectorial

    La presión intraocular también puede estar elevada, en contraste con la baja presión intraocular típicamente asociada con la mayoría de las formas de uveítis; la elevación puede detectarse utilizando tonometría de aplanación por ejemplo, con un tonómetro de Goldmann, un neumotonómetro, un tonómetro electrónico de indentación o, si no estuvieran disponibles, un tonómetro de Schiotz.

    Por lo general, el tratamiento debe ser iniciado por un oftalmólogo e incluir un corticoide tópico y un agente cicloplegicomidriático. También puede administrarse aciclovir (400 mg por vía oral 5 veces/día para HSV y 800 mg por vía oral 5 veces/día para el virus herpes zóster [VZV]) o valaciclovir (1 g por vía oral 2 veces/día para HSV y 1 g por vía oral 3 veces/día para VZV). Puede ser necesaria la aplicación de gotas para reducir la presión intraocular en pacientes con hipertensión ocular.

    La necrosis retiniana aguda (ARN) es una forma de retinitis que progresa rápidamente y que es una manifestación mucho menos común de varicela-zóster (VZV) e infección por el virus del herpes simple (HSV). La NRA en general se asocia con retinitis confluente, vasculitis oclusiva en la retina e inflamación vítrea moderada a grave. Un tercio de los casos de necrosis retiniana aguda se hacen bilaterales y el 75% se complica con un desprendimiento de retina. La necrosis retiniana aguda también puede presentarse en pacientes con HIV/sida, aunque los pacientes inmunodeprimidos suelen tener menos inflamación del vítreo. La paracentesis de la cámara anterior o la biopsia vítrea para cultivo y análisis mediante PCR (reacción en cadena de la polimerasa) puede ser útil para el diagnóstico de la necrosis retiniana aguda. Las opciones terapéuticas incluyen aciclovir IV, ganciclovir o foscarnet IV, ganciclovir o foscarnet intravítreo y valaciclovir o valganciclovir por vía oral.

    Retinitis (HSV)
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    La necrosis retiniana aguda se debe a una infección por el virus herpes. Causa una necrosis retiniana rápidamente progresiva (áreas de blanqueamiento) con una vasculitis oclusiva. Sin un tratamiento rápido, se produce una pérdida grave de la visión durante varios días.
    Imagen cortesía de Sunir Garg, MD.

    Herpesvirus: citomegalovirus

    El citomegalovirus (CMV) es la causa más frecuente de retinitis en pacientes inmunocomprometidos, pero la prevalencia ha disminuido entre los pacientes con HIV/sida que reciben tratamiento antirretroviral (ART). Actualmente, 5% de estos pacientes se ven afectados. La mayoría de los pacientes afectados tienen un recuento de CD4+ < 100 células/mcL. La retinitis por CMV también puede ocurrir en neonatos y en pacientes que toman fármacos inmunosupresores, aunque no es frecuente. CMV rara vez puede causar uveítis anterior en personas inmunocompetentes.

    Los síntomas de la retinitis por CMV incluyen visión borrosa, puntos ciegos, "objetos que flotan", luces intermitentes y pérdida de visión. Sin embargo, la anquilostomiasis suele ser asintomática.

    El diagnóstico es sobre todo clínico y se basa en la oftalmoscopia directa o indirecta; las pruebas serológicas son de escasa utilidad aunque el análisis del líquido acuoso puede confirmar el trastorno si su duda del diagnóstico.

    El tratamiento de pacientes con HIV/sida incluye ganciclovir sistémico o intravítreo, foscarnet sistémico o intravítreo, o valganciclovir sistémico. El tratamiento se continúa de forma indefinida, a menos que se logre la recuperación inmunitaria con una terapia antirretroviral combinada (típicamente un recuento de CD4+ > 100 células/mcL durante un mínimo de 3 meses). Los pacientes con recuentos de CD4+ < 50 células/mcL, incluso si son asintomáticos, deben controlarse cada 3 meses para detectar retinitis por CMV.

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