Fiebre de Oroya y verruga peruana

(Enfermedad de Carrión)

PorLarry M. Bush, MD, FACP, Charles E. Schmidt College of Medicine, Florida Atlantic University;
Maria T. Vazquez-Pertejo, MD, FACP, Wellington Regional Medical Center
Revisado/Modificado abr. 2022
Vista para pacientes

    La fiebre de Oroya y la verruga peruana son infecciones causadas por bacterias gramnegativas Bartonella bacilliformis. La fiebre de Oroya se produce después de la exposición inicial al patógeno; la verruga peruana aparece después de la recuperación de la infección primaria. El diagnóstico es clínico y se confirma con hemocultivos (para la fiebre de Oroya) y a veces con biopsia (para la verruga peruana). El tratamiento consiste en la administración de antibióticos.

    (Véase también Generalidades sobre las infecciones por Bartonella).

    La fiebre de Oroya y la verruga peruana solo son endémicas en las zonas andinas de Colombia, Ecuador y Perú, y se transmiten de una persona a otra a través de mosquitos del género Phlebotomus.

    Fiebre de Oroya

    Los síntomas de la fiebre de Oroya incluyen fiebre y anemia grave, que puede aparecer de forma repentina o gradual. La anemia es principalmente hemolítica, pero también se produce mielosupresión. Pueden presentarse dolores musculares y articulares, cefalea intensa y, en ocasiones, delirio y coma. Es posible una bacteriemia por una sobreinfección con Salmonella u otro microorganismo coliforme. La tasa de mortalidad puede exceder el 50% en pacientes sin tratamiento.

    El diagnóstico de la fiebre de Oroya se confirma con hemocultivos.

    Debido a que la fiebre de Oroya a menudo se complica con bacteriemia por Salmonella, el tratamiento de elección es ciprofloxacina con ceftriaxona durante 14 días. El cloranfenicol combinado con un antibiótico beta-lactámico (p. ej., amoxicilina/clavulanato) es una alternativa en caso de resistencia a la ciprofloxacina. La azitromicina también se ha utilizado con éxito.

    Verruga peruana

    La verruga peruana se manifiesta en forma de múltiples lesiones cutáneas que se asemejan mucho a la angiomatosis bacilar; estos nódulos cutáneos sobreelevados, de color rojo purpúreo, generalmente aparecen en los miembros y en la cara. Las lesiones pueden persistir por meses a años, y acompañarse por dolor y fiebre.

    La verruga peruana se diagnostica por su apariencia, y a veces mediante la biopsia que muestra angiogénesis dérmica.

    El tratamiento con la mayoría de los antibióticos produce remisión, pero son comunes las recidivas y es necesario que la terapia sea prolongada.

    El tratamiento típico de la verruga peruana consiste en rifampicina 10 mg/kg por vía oral 1 vez al día durante 10 a 14 días, o estreptomicina 15 a 20 mg/kg por vía IM durante 10 días. Se ha usado también con éxito ciprofloxacina en 2 dosis diarias de 500 mg orales durante 7 a 10 días, al igual que azitromicina, doxiciclina y trimetoprima/sulfametoxazol.

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