Toxocariasis

(Larva migratoria visceral u ocular)

PorChelsea Marie, PhD, University of Virginia;
William A. Petri, Jr, MD, PhD, University of Virginia School of Medicine
Revisado/Modificado sep. 2022
Vista para pacientes

La toxocariasis es una infección humana por larvas del nematodo áscaris, que habitualmente infectan a los animales. Los síntomas son fiebre, anorexia, hepatoesplenomegalia, exantema, neumonitis, asma o alteraciones visuales. El diagnóstico se basa en enzimoinmunoensayo. El tratamiento consiste en albendazol o mebendazol. Pueden agregarse corticoides en presencia de síntomas graves o de compromiso ocular.

(Véase también Revisión sobre infecciones parasitarias).

Fisiopatología de la toxocariasis

Los huevos de Toxocara canis, T. cati y de otros helmintos áscaris de animales maduran en el suelo e infectan a los perros, los gatos y otros animales. Los seres humanos pueden ingerir accidentalmente huevos presentes en tierra contaminada con heces de animales infectados o pueden alimentarse de huéspedes de transferencia infectados cocidos en forma insuficiente (p. ej., conejos). Los huevos eclosionan en el intestino humano. Las larvas penetran en la pared intestinal, para luego migrar a través del hígado, los pulmones, el sistema nervioso central, los ojos u otros tejidos. El daño del tejido es causado por el parásito y la respuesta inmunitaria local que provoca.

En general, las larvas no completan su desarrollo en el cuerpo humano, pero pueden permanecer vivas durante varios meses.

Síntomas y signos de la toxocariasis

Larva migratoria visceral

La larva migratoria visceral está compuesta por fiebre, anorexia, hepatoesplenomegalia, exantema, neumonitis y síntomas de asma, lo que depende de los órganos afectados. Las larvas de otros helmintos incluyendo Baylisascaris procyonis, especies de Strongyloides y de Paragonimus pueden causar síntomas y signos similares cuando migran a través del tejido.

La larva migratoria visceral aparece sobre todo en niños de 2 a 5 años con antecedentes de geofagia o en adultos que ingieren arcilla.

El síndrome se autolimita en 6 a 18 meses si cesa la ingesta de huevos. En raras ocasiones se informaron muertes debido a la invasión del encéfalo o el corazón.

Larva migratoria ocular

La larva migratoria ocular (LMO), también denominada toxocariasis ocular, suele ser unilateral y producir manifestaciones sistémicas muy leves o nulas. Las lesiones de la LMO se caracterizan sobre todo por reacciones granulomatosas inflamatorias en respuesta a la presencia de la larva, que puede causar uveítis y/o coriorretinitis. Como resultado, la visión puede verse afectada o perderse.

La larva migratoria ocular se desarrolla en niños mayores y, con menor frecuencia, en adultos jóvenes. La lesión puede confundirse con retinoblastoma o con otros tumores intraoculares.

Diagnóstico de la toxocariasis

  • Enzimoinmunoensayo para anticuerpos contra Toxocara más hallazgos clínicos

El diagnóstico de la toxocariasis se basa en los hallazgos de la evaluación clínica, los estudios epidemiológicos y las pruebas serológicas.

Para la larva migratoria visceral (LMV), se recomienda el enzimoinmunoensayo (EIA) para detectar anticuerpos contra Toxocara con el fin de confirmar el diagnóstico. Las isoaglutininas pueden estar elevadas, pero el hallazgo es inespecífico. La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) pueden mostrar múltiples lesiones ovales mal definidas, de 1,0 a 1,5 cm, dispersas en el hígado, o nódulos subpleurales poco definidos en el tórax.

La hipergammaglobulinemia, la leucocitosis y la eosinofilia significativa son frecuentes en la LMV.

Las biopsias del hígado u otros órganos afectados pueden mostrar reacciones granulomatosas eosinófilas, pero las larvas son difíciles de hallar en los cortes tisulares, y las biopsias tienen un rendimiento bajo. El examen de las heces no es útil para el diagnóstico.

Para la larva migratoria ocular, la experiencia en oftalmología es esencial para el diagnóstico. Las reacciones granulomatosas aparecen como lesiones ovaladas de color blanco en el polo posterior o la periferia de la retina. Algunos pacientes presentan endoftalmitis, que se manifiesta con un ojo rojo y doloroso einflamación intraocular difusa.

La presencia de anticuerpos anti-Toxocara y los hallazgos oftalmológicos característicos son útiles para diferenciar la LMO del retinoblastoma y prevenir la enucleación quirúrgica innecesaria del ojo. Lamentablemente, los títulos de anticuerpos antiToxocara pueden ser bajos o indetectables en pacientes con LMO.

Tratamiento de la toxocariasis

  • Albendazol o mebendazol

  • Tratamiento sintomático

Los pacientes asintomáticos y los pacientes con síntomas leves de larva migratoria visceral no requieren tratamiento con antihelmínticos porque la infección es generalmente autolimitada.

Para los pacientes con síntomas moderados a graves, se indican 400 mg de albendazol por vía oral 2 veces al día durante 5 días o entre 100 y 200 mg de mebendazol por vía oral 2 veces al día durante 5 días, aunque no se definió con precisión la duración óptima del tratamiento.

Los antihistamínicos pueden ser suficientes para ayudar a aliviar los síntomas leves de prurito y erupción. Los corticosteroides (prednisona en dosis de 20 a 40 mg por vía oral una vez al día durante 1 mes o más si es necesario, para luego reducir la dosis) para los pacientes con síntomas graves con el fin de reducir la inflamación.

La experiencia en oftalmología es esencial en el cuidado de la larva migrans ocular. Los corticoides, tanto locales como orales, están indicados para reducir la inflamación dentro del ojo. El papel de la terapia antihelmíntica es incierto. El albendazol usado con corticosteroides puede reducir las recurrencias, pero no se dispone de datos comparativos sobre dosis óptimas y duración del tratamiento, y no hay evidencia de que el albendazol mejore el resultado visual. Lamentablemente, casi todos los pacientes tienen discapacidad visual.

La fotocoagulación con láser se empleó para destruir las larvas en la retina. La criocirugía o la vitrectomía quirúrgica se han utilizado en algunas circunstancias.

Prevención de la toxocariasis

La infección por T. canis es frecuente en los cachorros de los Estados Unidos, mientras que la infección por T. cati en los gatos es menos común. Ambos animales deben desparasitarse con frecuencia. El contacto con tierra o arena contaminada con heces de animales debe reducirse al mínimo. Los areneros deben permanecer cubiertos.

Conceptos clave

  • El ciclo vital de Toxocara canis incluye en condiciones normales a los perros; los seres humanos se infectan solo accidentalmente cuando ingieren huevos presentes en tierra contaminada con heces de animales infectados o ingieren huéspedes de transferencia infectados mal cocinados (p. ej., conejos).

  • En los seres humanos, la toxocariasis causa dos síndromes principales: la larva migrans visceral (que provoca varios síntomas dependiendo del órgano infectado) y la larva migrans ocular (que por lo general no causa síntomas o los hace leves, pero que puede ocasionar pérdida o disminución de la visión).

  • Diagnóstico basado en la evaluación clínica y el inmunoensayo enzimático para antígenos de Toxocara.

  • La mayoría de los casos de larva migratoria visceral son autolimitados y no requieren tratamiento, pero si es necesario, se puede usar albendazol o mebendazol para los síntomas moderados a graves, posiblemente antihistamínicos para los síntomas leves y corticosteroides para los síntomas graves.

  • Para la larva migratoria ocular, se utilizan corticosteroides sistémicos y locales, a veces albendazol, y terapia con láser, crioterapia o procedimientos quirúrgicos según las circunstancias.

  • La desparasitación de los perros y los gatos puede ayudar a prevenir la toxocariasis.

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