Maloclusión

PorBernard J. Hennessy, DDS, Texas A&M University, College of Dentistry
Revisado/Modificado feb. 2022
Vista para pacientes

La maloclusión es el contacto anormal entre los dientes maxilares y mandibulares.

(Véase también Evaluación del paciente odontológico).

Normalmente, cada arcada dentaria está compuesta por dientes en contacto uno con otro que forman una suave curva con los dientes maxilares anteriores, ocultando el tercio superior de los dientes anteriores mandibulares (véase figura Identificación de los dientes). Las cúspides bucales (externas) de los dientes maxilares posteriores están por fuera de las cúspides correspondientes de los dientes posteriores mandibulares. En la mayoría de los casos, la cúspide bucal anterior del primer molar maxilar permanente encaja en la muesca bucal anterior del primer molar mandibular. Como las caras externas de todos los dientes maxilares normalmente están por fuera de los dientes mandibulares, los labios y las mejillas son desplazados y no son mordidos. Las superficies linguales (internas) de los dientes inferiores forman un arco más pequeño que los dientes superiores, confinando así a la lengua y minimizando el riesgo de ser mordida. Todos los dientes maxilares deben contactar con los mandibulares correspondientes, de manera que las fuerzas masticatorias (que pueden ser de unas > 1000 kilopascals o 69 kilos en la región molar [> 1700 kilopascales] en la mordida durante el sueño) estén ampliamente distribuidas. Si estas fuerzas fueran aplicadas sólo a unos pocos dientes, éstos podrían finalmente aflojarse o presentar un desgaste anormal.

Identificación de los dientes

El sistema de numeración mostrado es el usado comúnmente en los Estados Unidos.

Etiología de la maloclusión

Las causas de la maloclusión incluyen

  • Desajuste de tamaño entre la mandíbula y los dientes

  • Ciertos hábitos orales (p. ej., succión del pulgar, empuje de la lengua)

  • Pérdida de dientes

  • Ciertos defectos congénitos

A menudo, la maloclusión se produce por discrepancias entre la mandíbula y los dientes (es decir, la mandíbula es demasiado pequeña o los dientes son muy grandes para que ésta pueda alinearlos apropiadamente). Las personas que habitualmente se succionan el pulgar o empujan su lengua contra sus dientes frontales pueden causar protrusión gradual de los incisivos superiores. Cuando se pierden dientes permanentes, los adyacentes pueden desplazarse y los opuestos sufrir una extrusión, produciendo una maloclusión a menos que se use un puente, un implante o se coloque una dentadura postiza (véase Aparatos dentales) para evitar este movimiento. Cuando los niños pierden los dientes temporarios prematuramente, el diente más posterior en la arcada o los primeros molares permanentes a menudo se mueven hacia adelante, dejando espacio insuficiente para que erupcionen otras piezas permanentes. La maloclusión después de un traumatismo facial puede indicar un desplazamiento de los dientes y/o una fractura del hueso alveolar o de la mandíbula. En la displasia ectodérmica, el paladar hendido, o el síndrome de Down, la maloclusión puede deberse a que hay muy pocos dientes.

Evaluación de la maloclusión

  • Examen físico

La oclusión se observa a ambos lados de la boca retrayendo cada mejilla con un bajalenguas mientras se le pide al paciente que apriete los dientes posteriores. No se debe pedir al paciente que muerda porque podría cerrar los incisivos (como al morder una fruta), dando una falsa apariencia de maloclusión de los dientes posteriores. La maloclusión se identifica ya en la primera visita al dentista (1 año de edad). La identificación temprana puede hacer que el tratamiento sea más fácil y más efectivo.

Tratamiento de la maloclusión

  • Modificación dental

  • Aparatos de ortodoncia (correctores o alineadores)

  • En ocasiones cirugía

La maloclusión se corrige principalmente por razones estéticas y psicológicas. Sin embargo, en algunos casos el tratamiento puede aumentar la resistencia a las caries (al aumentar la capacidad de limpiar los dientes realineados), a la fractura de los dientes anteriores y, posiblemente, a la enfermedad periodontal o a lesión abrasiva de las encías sobre el paladar. El tratamiento también puede mejorar el habla y la masticación. La oclusión puede mejorar alineando apropiadamente los dientes, afinándolos selectivamente y restableciendo así el contacto, e insertando coronas o implantes para reconstruir las superficies que están por detrás del plano de oclusión.

Las ortesis dentales (aparatos de ortodoncia de metal) aplican una fuerza leve en forma continua sobre los dientes para remodelar gradualmente el hueso alveolar circundante. Puede ser necesaria la extracción de uno o más dientes permanentes (en general, el primer premolar) para permitir que otros dientes se reposicionen o puedan nacer en una alineación estable. Una vez que los dientes están adecuadamente alineados, el paciente debe usar un retén fijo (unido con alambres a la cara posterior de los dientes) o removible. Los retenes removibles se fabrican con plástico y alambre o plástico modelado al vacío y se mantienen durante las 24 horas al comienzo, y luego sólo por la noche por 2 o 3 años.

Los alineadores dentales son un conjunto de dispositivos de plástico transparente (similar a los retenedores) que se utilizan en un orden específico para mover gradualmente los dientes (hasta 0,3 mm por alineador). Cada alineador se usa durante aproximadamente 2 semanas y luego se cambia por uno nuevo hasta que se corrija la mala alineación. Al igual que los aparatos de ortodoncia tradicionales, se utiliza un retenedor para evitar que los dientes retrocedan.

Cuando el tratamiento ortodóntico solo no es suficiente, la corrección quirúrgica de las anomalías del maxilar y la mandíbula (cirugía ortognática) puede estar indicada para solucionar la maloclusión.

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