Dolor cervical

PorPeter J. Moley, MD, Hospital for Special Surgery
Revisado/Modificado oct. 2022
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Datos clave

El dolor cervical, junto con el dolor lumbar, constituye un motivo frecuente de consulta médica. El dolor suele ser consecuencia de problemas del sistema musculoesquelético y de la columna vertebral, incluidas las estructuras óseas (vértebras) y los músculos y ligamentos que las mantienen unidas. Algunos trastornos causan solo dolor cervical. Otros trastornos pueden producir dolor cervical y dolor lumbar. En algunos casos, el dolor cervical es consecuencia de un trastorno, como una meningitis, que no afecta el sistema musculoesquelético.

La flexibilidad del cuello lo hace propenso al desgaste y a las lesiones por sobreestiramiento, como el latigazo cervical. Además, el cuello tiene la tarea fundamental de sostener la cabeza. Las malas posturas dificultan esta tarea. El dolor cervical, como el dolor lumbar, es frecuente, y se hace más frecuente a medida que se envejece. Para el dolor localizado en la parte frontal del cuello, véase Dolor de garganta.

La parte de la columna que está en el cuello se denomina columna cervical. Se compone de siete huesos (vértebras) separados por discos formados por un material gelatinoso y cartílago. La columna cervical contiene la médula espinal. A lo largo de la médula espinal emergen los nervios raquídeos a través de los espacios entre las vértebras y se distribuyen por todo el cuerpo. La parte del nervio raquídeo más próxima a la médula se denomina raíz nerviosa. Los músculos y ligamentos del cuello sujetan la columna vertebral.

El dolor cervical puede implicar una lesión de los huesos, músculos, discos o ligamentos, aunque también puede ser causado por lesiones de los nervios o de la médula espinal. Cuando se produce una lesión en la columna cervical se puede comprimir la raíz nerviosa del nervio raquídeo, provocando dolor y, a veces, debilidad, entumecimiento y hormigueo en el brazo. La compresión de la médula espinal puede causar entumecimiento y debilidad en ambos brazos y piernas y, en ocasiones, la pérdida de control de la vejiga (incontinencia urinaria) y del intestino (incontinencia fecal).

Causas del dolor cervical

La mayoría de los trastornos que causan dolor lumbar pueden producir también dolor cervical afectando, en general, a la columna, los tejidos que la sostienen, o ambos.

Causas frecuentes

Las causas comunes de dolor cervical (dolor de cuello) son

Las contracturas de la musculatura cervical son frecuentes y pueden ocurrir de forma aislada o después de un traumatismo, incluso una lesión menor.

Las lesiones pueden ocurrir durante las actividades de rutina (por ejemplo, levantar objetos, hacer ejercicio, moverse de manera inesperada) o ser consecuencia de un traumatismo, como una caída o un accidente de tráfico. A menudo no se identifican estructuras lesionadas específicas en las pruebas de imagen, pero los médicos suponen que algunos músculos y/o ligamentos se han visto afectados.

En la espondilosis cervical, las vértebras cervicales y los discos intervertebrales degeneran, por lo general, a causa de la artrosis. Como resultado, los nervios que emergen a través de las vértebras pueden estar pinzados. Algunas veces el conducto vertebral (o raquídeo) se estrecha (estenosis vertebral [o raquídea] cervical), comprimiendo la médula espinal.

La estenosis vertebral (o raquídea) cervical designa la afección en la cual el espacio situado dentro del canal vertebral se estrecha. En la columna cervical, este estrechamiento produce la compresión de la duramadre (la cubierta externa de la médula espinal) y a menudo de la propia médula espinal y/o de sus raíces nerviosas. La causa habitual es una combinación de artrosis, degeneración del disco y engrosamiento de los tejidos blandos del cuello.

La hernia de disco puede causar dolor de cuello (dolor cervical). Los discos ubicados entre las vértebras poseen una capa externa de cartílago (un tejido duro similar a una fibra) y un interior blando y gelatinoso. Si se produce una compresión repetida del disco por parte de las vértebras que se encuentran por encima y por debajo del mismo, se puede producir un desgarro (rotura) de la capa externa, causando dolor. El interior del disco puede sobresalir a través del desgarro (hernia). Al sobresalir, el disco puede empujar o incluso dañar la raíz nerviosa adyacente. En raras ocasiones, el disco comprime la médula espinal.

La fibromialgia es una causa frecuente de dolor, incluido a veces el dolor cervical. Este trastorno causa dolor crónico difuso en los músculos y otras partes blandas, además de dolor en la región cervical.

Causas menos frecuentes

Las causas menos comunes de dolor de cuello (dolor cervical) que son graves son

La tortícolis espasmódica también es una causa poco frecuente, pero no es tan grave como las anteriores. Es un tipo grave de espasmo de un músculo específico del cuello que hace que la cabeza se incline y gire a una posición anormal. A veces, los espasmos son rítmicos, haciendo que la cabeza se sacuda. La causa puede ser desconocida o puede estar relacionada con ciertos medicamentos o con trastornos hereditarios.

Evaluación del dolor cervical

La siguiente información puede ayudar a las personas con dolor cervical a decidir si es necesaria la evaluación médica y saber qué esperar durante la misma. En la valoración, en primer lugar el médico trata de identificar trastornos graves.

Signos de alarma

En las personas con dolor cervical, determinados signos son motivo de preocupación. Entre estos signos se incluyen los siguientes

  • Pérdida de fuerza o sensibilidad en los brazos y las piernas (posiblemente un síntoma de lesión nerviosa)

  • Fiebre

  • Sudoración nocturna

  • Dolor de cabeza (cefaleas)

  • Letargo o confusión

  • Molestias torácicas

  • Sudoración repentina o dificultad para respirar

  • Dolor que se desencadena o empeora durante el esfuerzo

Cuándo acudir al médico

Si existen signos de alarma o dificultad o dolor al tragar se debe consultar con un médico de forma inmediata.

Si no hay signos de alarma pero el dolor es intenso (sobre todo si no se alivia con paracetamol (acetaminofeno) o con fármacos antiinflamatorios no esteroideos [AINE]), se debe consultar a un médico en uno o dos días como máximo.

En caso contrario se puede esperar unos días o consultar telefónicamente con un médico para concertar una cita.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa del dolor cervical y las pruebas que son necesarias (véase la tabla Algunas causas y características del dolor cervical).

La exploración física se centra en la columna vertebral y en el sistema nervioso (exploración neurológica) en busca de signos de compresión de una raíz (compresión radicular) o compresión de la médula espinal. Los signos de compresión radicular son: debilidad muscular, reflejos anormales (se comprueban percutiendo los tendones alrededor del codo y de la muñeca), disminución de la sensibilidad en zonas del cuerpo que no sean la cabeza, incapacidad para orinar e incontinencia de orina o heces. El médico puede solicitar a la persona que mueva el cuello en distintas posiciones.

Con la información sobre el dolor, la historia clínica y los resultados de la exploración física, el médico puede ser capaz de determinar las causas más probables:

  • La pérdida de fuerza o sensibilidad puede indicar una lesión de la médula espinal o de los nervios que emergen de la columna cervical.

  • El dolor en la parte frontal o en un lado del cuello por lo general no se debe a un problema relacionado con la médula espinal.

  • El dolor de cuello que se irradia de forma descendente hacia el brazo por lo general está producido por una hernia cervical, una estenosis cervical espinal o una espondilosis cervical con compresión de una raíz nerviosa espinal.

  • El dolor torácico que asciende al cuello o se dirige al brazo puede estar causado por una cardiopatía, como una angina de pecho o un infarto de miocardio.

  • El dolor que es constante, intenso, que empeora progresivamente y no se alivia con el descanso, sobre todo si impide el sueño y se acompaña de sudoración, puede indicar que existe un tumor o una infección.

Tabla

Pruebas complementarias

A menudo, las pruebas no son necesarias porque la mayoría de los dolores cervicales están causados por espasmos musculares y esguinces, que el médico diagnostica habitualmente basándose en una exploración clínica. Suelen realizarse pruebas complementarias si se sospechan otros trastornos (véase la tabla Algunas causas y características del dolor cervical).

Si existen síntomas de disfunción del sistema nervioso (síntomas neurológicos), como debilidad o entumecimiento, por lo general se realiza una resonancia magnética nuclear (RMN) o una tomografía computarizada (TC). La RMN proporciona imágenes más claras de los tejidos blandos (incluyendo discos y nervios) que la TC. La TC proporciona mejores imágenes de la estructura ósea que las radiografías simples. Sin embargo, las radiografías simples a menudo permiten identificar anomalías frecuentes en los huesos (como la artrosis), por lo que si el médico sospecha estos trastornos puede solicitar en primer lugar unas radiografías.

En algunos casos se realizan electromiografía y estudios de la conducción nerviosa para evaluar la posible compresión de la raíz nerviosa o para determinar una explicación alternativa para la debilidad o el hormigueo y el entumecimiento.

Tratamiento del dolor cervical

Se deben tratar los trastornos específicos.

Medidas generales para el dolor de cuello (dolor cervical)

Estas medidas son

  • Analgésicos

  • Aplicación de calor o frío en el área del dolor

  • Modificación de las actividades

  • Ejercicio ligero según lo tolerado

La mayoría de las veces la causa del dolor de cuello (dolor cervical) es un esguince, un espasmo muscular u otras lesiones músculoesqueléticas y todo lo que se necesita es un analgésico sin receta médica, como el paracetamol (acetaminofeno) o un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) para aliviar el dolor. Los síntomas generalmente se resuelven por completo. Si la inflamación no está contribuyendo al dolor (como sucede en los esguinces, los espasmos y otras lesiones) se puede utilizar paracetamol (acetaminofeno), ya que se cree que es más inocuo que los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). El hielo o el calor también pueden ayudar (véase Tratamiento del dolor y la inflamación).

Si se necesita más alivio del dolor, los médicos pueden prescribir analgésicos opiáceos pero, de ser así, solo deben usarse durante un período breve de tiempo porque su uso prolongado en realidad puede aumentar la sensibilidad al dolor y causar efectos secundarios, como somnolencia, confusión y estreñimiento, además del riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias. A veces se utilizan relajantes musculares, como carisoprodol, ciclobenzaprina, diazepam, metaxalona o metocarbamol, pero su utilidad está en discusión. Los relajantes musculares no son recomendables en ancianos, ya que son más vulnerables o propensos a los efectos secundarios.

Puede ser beneficioso evitar actividades que agravan el dolor, como permanecer sentado durante largos periodos de tiempo (sobre todo cuando se utiliza la computadora, el teléfono u otros dispositivos electrónicos). Es importante mantener una postura y una mecánica corporal adecuadas al estar de pie, sentado, acostado o al realizar cualquier actividad. A las personas se les enseña a estar de pie, sentarse y dormir de una manera que no tense el cuello. Las personas que duermen de lado deben utilizar una almohada para apoyar la cabeza y el cuello en posición neutra (no inclinado hacia abajo, hacia la cama o hacia el techo). Si se duerme boca arriba se debe usar una almohada para apoyar la cabeza y el cuello, sin que queden elevados. Se debe evitar dormir boca abajo. Las personas afectadas también pueden usar un collarín (collarín cervical) para mantener el cuello inmóvil y ayudar a aliviar el dolor. El médico o el fisioterapeuta pueden recomendar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, incluyendo ejercicios de fortalecimiento de la región dorsal.

Otras medidas para reducir el dolor cervical (dolor de cuello)

Las personas con dolor que se irradia a un brazo e implica síntomas de daño neurológico, como debilidad en los brazos y las piernas, pueden requerir un tratamiento más intensivo. La tracción puede ser beneficiosa. Los corticoesteroides, administrados por vía oral y algunas veces mediante inyección epidural, se han utilizado para reducir los síntomas, pero su uso es controvertido porque puede que no den lugar a una mejoría a largo plazo y pueden tener efectos secundarios.

En la tortícolis espasmódica, la fisioterapia o el masaje consiguen, a veces, detener temporalmente los espasmos. Por lo general, el dolor se alivia con fármacos (incluyendo el anticonvulsivo carbamazepina y algunos sedantes suaves como clonazepam, administrado por vía oral). Sin embargo, los fármacos solo controlan los espasmos aproximadamente en un tercio de las personas. Si el dolor es intenso o si la postura está alterada, se inyecta toxina botulínica (una toxina bacteriana utilizada para provocar la parálisis muscular) en los músculos afectados.

La cirugía en el dolor de cuello

Las personas que sufren una compresión en la médula espinal o en un nervio raquídeo debida a una hernia de disco cervical y una debilidad o un dolor intensos pueden requerir cirugía. La extirpación quirúrgica del disco (discectomía) y la cirugía para fusionar las vértebras (llamada fusión cervical o espinal) son los tratamientos más habituales. Sin embargo, las tasas de éxito son casi las mismas para las personas que reciben tratamiento con opciones no quirúrgicas o quirúrgicas. La efectividad de la cirugía para el dolor cervical (de cuello) debido a otros trastornos depende de la causa.

Conceptos clave

  • La mayoría de los dolores cervicales están causados por distensiones y esguinces, y se resuelven por completo.

  • Muchos trastornos que pueden causar dolor lumbar pueden producir también dolor cervical.

  • Si existen signos de alarma, como entumecimiento o debilidad en el brazo o en la pierna, se debe acudir al médico de inmediato.

  • La mayor parte de los dolores cervicales se pueden aliviar con analgésicos sin receta médica y modificando actividades.

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