Hipo

PorJonathan Gotfried, MD, Lewis Katz School of Medicine at Temple University
Revisado/Modificado ene. 2022 | Modificado sep. 2022
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El hipo consiste en espasmos involuntarios y repetidos del diafragma seguidos de cierres rápidos y ruidosos de la glotis. El diafragma es el músculo que separa el tórax del abdomen y participa en cada respiración. La glotis es la abertura entre las cuerdas vocales que se cierra para detener el flujo de aire a los pulmones. El hipo es más frecuente en los varones.

Los episodios breves de hipo (que duran unos pocos minutos) son muy habituales. En ocasiones, el hipo persiste durante algún tiempo, incluso en las personas sanas. A veces el hipo puede durar más de 2 días o incluso más de 1 mes. Estos episodios más largos se denominan hipo persistente. El hipo persistente es poco frecuente, pero puede ser bastante angustioso.

Causas del hipo

Los médicos no tienen claras las razones por las que se produce el hipo, pero se cree que puede estar relacionado con la irritación de los nervios o de las zonas del cerebro que controlan los músculos de la respiración (incluido el diafragma).

Los episodios breves de hipo a menudo no tienen una causa evidente, pero a veces están provocados por

  • Hinchazón gástrica

  • Consumo de alcohol

  • Ingestión de sustancias calientes o irritantes

En tales casos, el hipo por lo general comienza en una situación social, tal vez provocado por una combinación de acciones como reír, hablar, comer y beber (particularmente alcohol). A veces la causa es la comida o los líquidos calientes o irritantes. El descenso de los niveles de dióxido de carbono en sangre aumenta la probabilidad de que se produzca hipo. Este descenso puede tener lugar cuando la persona hiperventila.

Los episodios persistentes de hipo a veces tienen causas más graves ( ver Algunas causas y características del hipo persistente). Por ejemplo, el diafragma puede irritarse debido a una neumonía, a cirugía torácica o gástrica, o a los productos de desecho que se acumulan en la sangre cuando existe una disfunción renal (uremia). En raras ocasiones el hipo aparece cuando el centro respiratorio cerebral está afectado por un tumor cerebral o un accidente cerebrovascular.

Cuando la causa es grave, el hipo tiende a persistir hasta que la causa se corrige. El hipo debido a un tumor cerebral o a un accidente cerebrovascular puede ser muy difícil de detener, y llegar a ser extenuante.

Evaluación del hipo

Los episodios breves de hipo no requieren valoración médica. En caso de hipo persistente, la siguiente información puede ser útil a la hora de decidir cuándo es necesaria la valoración por parte de un médico, así como para saber qué puede esperarse durante esta valoración.

Signos de alarma

En las personas con hipo, ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Síntomas neurológicos (como dolor de cabeza, debilidad, entumecimiento y pérdida de equilibrio)

Cuándo acudir al médico

Las personas con hipo y signos de alarma deben acudir al médico de inmediato. Aquellas sin signos de alarma deben ir al médico si el hipo dura más de 2 o 3 días.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física normalmente sugieren la causa del hipo, así como las pruebas que deben realizarse ( ver Algunas causas y características del hipo persistente).

Las preguntas de la anamnesis se centran en la duración del hipo, los remedios que se han intentado y si la persona ha estado recientemente enferma o se ha sometido a una intervención quirúrgica. Los médicos también suelen preguntar si se tienen

  • Síntomas de reflujo gastroesofágico

  • Dificultad para deglutir

  • Tos, fiebre o dolor torácico

  • Síntomas neurológicos (como dolor de cabeza y/o dificultad para caminar, hablar o ver)

Los médicos también preguntan a la persona si consume alcohol.

La exploración física se centra en una exploración neurológica completa. Una exploración general no suele revelar demasiado, pero el médico busca signos de enfermedades crónicas, como una grave atrofia de los músculos y del tejido graso (caquexia).

Tabla

Pruebas complementarias

A las personas que presentan episodios breves de hipo por lo general no se les realizan pruebas.

A aquellas con signos de alarma o con hipo persistente sin causa clara se les deben realizar pruebas. El médico suele comenzar con análisis de sangre, radiografías de tórax y electrocardiografía (ECG). Las demás pruebas se realizan en función de los síntomas presentes ( ver Algunas causas y características del hipo persistente). Si estas pruebas no revelan una causa, el médico puede indicar una resonancia magnética nuclear (RMN) cerebral y una tomografía computarizada (TC) de tórax, incluso en ausencia de otros síntomas asociados específicamente a estas zonas.

Tratamiento del hipo

El mejor tratamiento para el hipo consiste en tratar el trastorno subyacente. Por ejemplo, si el paciente tiene neumonía se le administran antibióticos, y si tiene enfermedad por reflujo gastroesofágico se le administran inhibidores de la bomba de protones.

Hipo breve

Casi todos los episodios de hipo se resuelven con o sin tratamiento. Existen muchos remedios caseros para tratar los episodios breves de hipo, pero la mayoría no funcionan o apenas son efectivos. Sin embargo, como estos remedios son por lo general inocuos y fáciles de aplicar, no es perjudicial intentar su uso. Muchos de ellos consisten en elevar de algún modo el nivel de dióxido de carbono en sangre, como por ejemplo los siguientes:

  • Contener la respiración

  • Respirar profundamente en el interior de una bolsa de papel (no de plástico)

Otros métodos se realizan para tratar de estimular el nervio vago, que va del cerebro al estómago. El nervio vago puede estimularse con los métodos siguientes:

  • Bebiendo agua de forma rápida

  • Ingiriendo pan seco, azúcar granulado o hielo picado

  • Tirando suavemente de la lengua hacia fuera

  • Estimulando las náuseas (por ejemplo, introduciendo un dedo en la garganta)

  • Frotando suavemente los ojos

Hipo persistente

El hipo persistente necesita tratamiento, sobre todo cuando la causa no puede corregirse fácilmente. Se han utilizado para ello diversos fármacos con variable éxito, entre ellos la clorpromazina, el baclofeno, la metoclopramida y la gabapentina, pero no son los únicos.

Si los medicamentos no funcionan, puede bloquearse uno de los nervios frénicos, que controlan las contracciones del diafragma. Los médicos bloquean el nervio inyectándole pequeñas cantidades de un anestésico local llamado procaína. Si el bloqueo del nervio frénico funciona, pero el hipo vuelve, puede cortarse quirúrgicamente el nervio (frenicotomía), pero incluso este procedimiento puede que no cure todos los casos.

Conceptos clave

  • Por lo general, se desconoce la causa.

  • Aunque no es habitual, a veces hay un grave trastorno presente.

  • La valoración médica no suele revelar la causa, pero debe hacerse en los casos de hipo persistente.

  • Existen numerosos remedios, pero ninguno es superior o más eficaz que los demás.

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