Náuseas y vómitos en los adultos

PorJonathan Gotfried, MD, Lewis Katz School of Medicine at Temple University
Revisado/Modificado ene. 2022 | Modificado dic. 2023
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La náusea es una sensación desagradable de necesidad de vomitar. La persona también puede sentir mareos, molestias vagas en el abdomen y poca disposición para comer.

El vómito es una contracción forzada del estómago que empuja su contenido a través del esófago para salir por la boca. (Véase también Vómitos en lactantes y niños.) El vómito vacía el estómago de su contenido y a menudo hace que una persona con náuseas se sienta considerablemente mejor, por lo menos durante un tiempo. El vómito es bastante incómodo, y puede ser violento. Un vómito intenso puede lanzar el contenido estomacal a varios metros de distancia (vómito en escopetazo). El vómito no es lo mismo que la regurgitación, que consiste en escupir contenido estomacal sin contracciones abdominales forzadas ni náuseas. Por ejemplo, las personas con acalasia o divertículo de Zenker pueden regurgitar los alimentos no digeridos sin náuseas.

El vómito, es decir, el material vomitado, suele reflejar lo que se ha comido recientemente. Algunas veces contiene fragmentos de alimentos. Cuando se vomita sangre, el vómito suele ser de color rojo (hematemesis), pero si la sangre ha sido parcialmente digerida tiene aspecto de granos de café. Si el vómito contiene bilis, tiene sabor amargo y una coloración amarilla-verdosa.

Complicaciones

Además de ser incómodo, el vómito puede causar complicaciones:

Si la persona está inconsciente o solo parcialmente consciente, existe el peligro de que aspire su vómito. El contenido ácido del vómito puede irritar gravemente los pulmones.

Al vomitar aumenta enormemente la presión dentro del esófago, y el vómito intenso puede tensar o incluso rasgar el revestimiento interno del esófago (ver lesión esofágica). Un pequeño desgarro causa dolor y a veces sangrado, pero una hemorragia más intensa puede ser mortal.

El vómito provoca la pérdida de agua y minerales (electrólitos), de modo que un vómito intenso puede causar deshidratación y alteraciones electrolíticas. Los recién nacidos y los lactantes son particularmente propensos a este tipo de complicaciones.

El vómito crónico puede causar desnutrición, pérdida de peso y alteraciones metabólicas.

Causas de algunas causas y características de las náuseas y los vómitos

Las náuseas y los vómitos se producen cuando se activa en el encéfalo el centro del vómito. Habitualmente las causas están asociadas a trastornos del tubo digestivo o del encéfalo, o a sustancias ingeridas.

Causas frecuentes

Las causas más frecuentes de las náuseas y los vómitos son

  • Gastroenteritis (infección del tubo digestivo)

  • Fármacos o sustancias

  • Toxinas

Las náuseas y los vómitos suelen ocurrir cuando hay alguna disfunción del tubo digestivo, pero son especialmente frecuentes en la gastroenteritis. La obstrucción intestinal es un trastorno menos frecuente que provoca el vómito porque el alimento y los líquidos retroceden hacia el estómago a causa de la obstrucción. Muchos otros trastornos abdominales que causan vómitos también pueden causar dolor abdominal importante. En estos trastornos (por ejemplo, la apendicitis y la pancreatitis) suele ser el dolor, más que el vómito, lo que hace que la persona vaya al médico.

Las náuseas y los vómitos también pueden deberse a muchos fármacos y sustancias, como el alcohol, los analgésicos opiáceos (como la morfina), el cannabis (marihuana), y los fármacos antineoplásicos (quimioterápicos). Las sustancias tóxicas, como el plomo y algunas que se encuentran en alimentos y plantas, pueden causar náuseas y vómitos graves.

Causas menos frecuentes

Las causas menos frecuentes de las náuseas y los vómitos son

  • Trastornos del encéfalo o del sistema nervioso central

  • Mareo del viajero (cinetosis)

  • Cambios metabólicos o enfermedad que afecta a todo el organismo (enfermedad sistémica)

  • Trastornos psicológicos

  • Síndrome de vómitos cíclicos

El centro del vómito también puede activarse por algunos trastornos del encéfalo o del sistema nervioso central, entre los cuales están las infecciones (como la meningitis y la encefalitis), las migrañas y los trastornos que producen un aumento de la presión intracraneal. Entre estos trastornos se encuentran los tumores cerebrales, la hemorragia cerebral y los traumatismos craneales graves.

Los órganos del equilibrio del oído interno (sistema vestibular) están conectados con el centro del vómito. Esta conexión es la causa de que algunas personas sienten náuseas con el movimiento de un barco, un automóvil o un avión, y con algunos trastornos del oído interno (como la laberintitis y el vértigo postural).

Las náuseas y los vómitos también pueden ocurrir con los cambios metabólicos del organismo, como al principio del embarazo, o con una diabetes seriamente fuera de control o una insuficiencia hepática o renal grave.

El síndrome de náuseas y vómitos crónicos es un trastorno funcional. Es decir, las náuseas y los vómitos no están causados por un trastorno físico o psicológico específico, sino que pueden ser consecuencia de un problema en el sistema de comunicación entre el encéfalo y el aparato gastrointestinal. Los afectados por este síndrome presentan náuseas, vómitos o ambos que ocurren al menos una vez a la semana durante al menos 6 meses, incluidos los últimos 3 meses, son molestos y no tienen una causa identificable después de haber realizado las pruebas.

También se producen náuseas y vómitos asociados a determinados problemas psicológico. Este tipo de vómito puede ser intencionado; por ejemplo, las personas que tienen bulimia se provocan el vómito para perder peso. O puede ser no intencionado; por ejemplo, los niños que tienen miedo a ir a la escuela vomitan como una respuesta a su aflicción psicológica.

El síndrome de vómitos cíclicos es un trastorno poco frecuente en el que la persona sufre crisis graves de vómitos (o a veces solamente náuseas) a intervalos variables. La persona se encuentra bien en los periodos entre crisis. A pesar de que por lo general comienza en la infancia, a veces perdura hasta la edad adulta. El vómito cíclico que comienza en la edad adulta se debe a menudo al consumo crónico de marihuana. El vómito puede aliviarse con un baño caliente y desaparece cuando la persona deja de consumir marihuana.

Evaluación de las náuseas y vómitos

No todos los episodios de náuseas y vómitos requieren una valoración médica inmediata. La siguiente información puede ser útil a la hora de decidir cuándo es necesaria la valoración por parte de un médico, así como para saber qué puede esperarse durante esa valoración.

Signos de alarma

Ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos síntomas se incluyen los siguientes

  • Signos de deshidratación (por ejemplo, sed, boca seca, poca o ninguna producción de orina, y sensación de debilidad y cansancio)

  • Dolor de cabeza, rigidez en el cuello, confusión o disminución de la alerta

  • Dolor abdominal constante

  • Dolor a la palpación abdominal

  • Distensión (hinchazón) abdominal

Cuándo acudir al médico

Las personas con signos de alarma deben acudir al médico de inmediato, así como las que han vomitado sangre o las que han sufrido recientemente un traumatismo craneal.

Las personas con náuseas y vómitos, pero sin signos de alarma, deben ver a un médico si los vómitos persisten durante más de 24 a 48 horas, o si no son capaces de tolerar más de unos pocos sorbos de líquido. Las personas que tienen algún que otro episodio de vómitos (con o sin diarrea), pero son capaces de tolerar una pequeña cantidad de líquido, deben llamar al médico. Según la edad y la presencia de otros síntomas y enfermedades conocidas (como el cáncer o la diabetes), el médico puede indicar una valoración o bien permanecer en casa y probar remedios simples.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa de los vómitos y las pruebas que pueden ser necesarias ( ver Algunas causas y características de las náuseas y los vómitos).

Cuando realiza la anamnesis, el médico pregunta a la persona afectada si está embarazada o si tiene diabetes, migrañas, enfermedad renal o hepática, o cáncer (incluyendo si se le está administrando quimioterapia o radioterapia y con qué frecuencia). Se anotan todos los fármacos y sustancias que se han ingerido recientemente, ya que ciertas sustancias pueden no ser tóxicas hasta varios días después de su ingestión (como el paracetamol (acetaminofeno) y algunas setas).

Durante la exploración clínica, el médico busca lo siguiente:

  • Signos de deshidratación (como taquicardia, hipotensión y sequedad de boca)

  • Signos de enfermedad abdominal grave (como abdomen distendido y/o dolor intenso a la palpación)

  • Disminución del estado de alerta o cualquier otra anomalía neurológica que sugiera un trastorno cerebral

El médico anota cualquier tipo de cirugía abdominal previa, pues pueden haberse formado bandas fibrosas de tejido cicatricial (adherencias) y haber causado una obstrucción intestinal.

Aunque las personas con trastornos previamente conocidos que causan vómitos (como la migraña) simplemente pueden estar teniendo una repetición de ese trastorno, los médicos buscan cuidadosamente signos de un problema nuevo y diferente.

Tabla

Pruebas complementarias

La necesidad de pruebas complementarias depende de los antecedentes clínicos y la exploración física, en particular si hay signos de alarma y si los hallazgos sugieren un trastorno determinado ( ver Algunas causas y características de las náuseas y los vómitos).

Entre las pruebas que pueden realizarse se encuentran

  • Prueba de embarazo

  • Análisis de sangre y orina

En las mujeres en edad fértil suele realizarse una prueba de embarazo.

Las personas adultas sanas y los niños mayores que solo presentan algunos episodios de vómitos (con o sin diarrea), sin otros síntomas, no suelen necesitar pruebas complementarias.

A las personas cuyos vómito es grave o dura más de 1 día, o que tienen signos de deshidratación, se les hacen análisis de sangre (en particular de los niveles de electrólitos y a veces pruebas hepáticas) y de orina.

Tratamiento de las náuseas y vómitos

Hay que tratar los trastornos específicos. Si no hay una enfermedad subyacente grave y el paciente no está deshidratado, se recomienda la ingestión de pequeñas cantidades de líquidos claros más o menos media hora después del último episodio de vómito. Normalmente se comienza con unos 30 mL. El agua es un líquido adecuado, pero también se puede dar caldo o un té poco cargado y endulzado. Las bebidas isotónicas no presentan ninguna ventaja en particular, pero no son perjudiciales. Si la persona tolera los líquidos, se irá aumentando progresivamente la cantidad. Cuando también tolere estos incrementos, podrá empezar a tomar alimentos sólidos. Deben evitarse las bebidas gaseosas y el alcohol.

Incluso cuando la persona está solo un poco deshidratada, los médicos suelen recomendar soluciones de rehidratación oral, siempre y cuando pueda tolerar algunos líquidos por vía oral. En caso de deshidratación importante o anomalías electrolíticas, vómito activo o intolerancia a los líquidos por vía oral, suele ser necesaria la administración de líquidos y/o fármacos por vía intravenosa.

En algunos adultos y adolescentes se administran medicamentos para aliviar las náuseas (antieméticos), dependiendo de la causa y de la gravedad de los vómitos:

  • Para los vómitos causados por el mareo: antihistamínicos (como el dimenhidrinato), parches de escopolamina o ambos

  • Para síntomas de leves a moderados: proclorperazina, prometazina o metoclopramida

  • Para vómitos intensos (incluyendo los causados por la quimioterapia): dolasetrón, ondansetrón o granisetrón, o a veces aprepitant

Conceptos clave

  • Las personas cuyas náuseas y vómitos tienen una causa evidente y su exploración médica es normal solo necesitan tratamiento de los síntomas.

  • Las personas con deshidratación significativa o anomalías electrolíticas suelen requerir líquidos intravenosos.

  • Los médicos buscan signos de alteraciones abdominales graves y repentinas, o trastornos craneales.

  • A las mujeres en edad fértil se les hace una prueba de embarazo.

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