Cómo envejece el organismo: algunos cambios habituales

¿Qué sucede?

¿Por qué?

Función mental

Dificultad para recordar o dar con la palabra correcta

Dificultad para concentrarse

Dificultad para aprender algo nuevo

Las neuronas liberan diferentes cantidades de algunos neurotransmisores (mensajeros químicos encargados de transmitir impulsos entre neuronas) y el número de receptores en las células nerviosas puede disminuir. Así, el cerebro no envía o procesa los impulsos tan bien o de forma tan rápida.

Actividad física

Inestabilidad o pérdida del equilibrio

Las estructuras del oído interno que controlan el equilibrio se vuelven rígidas y se deterioran ligeramente.

La zona del encéfalo que controla el equilibrio (cerebelo) puede degenerarse.

Mareos o aturdimiento al ponerse de pie

El corazón no bombea suficiente sangre a la cabeza porque tiene menos capacidad de respuesta a los cambios de posición.

La señalización del sistema nervioso para que el corazón incremente el flujo sanguíneo es menos eficaz.

Los vasos sanguíneos no se contraen lo suficiente para mantener la presión arterial normal cuando la persona se pone de pie.

Pérdida de fuerza muscular

El número y el tamaño de las fibras musculares disminuye.

El organismo produce menos hormona del crecimiento y menos testosterona (en los hombres), que contribuyen al mantenimiento de los músculos.

Dificultad para moverse

Menos flexibilidad

Se produce menos líquido sinovial.

El cartílago situado entre los huesos en las articulaciones se vuelve rígido y puede erosionarse.

Los tendones y ligamentos se vuelven rígidos y débiles.

Se pierde tejido muscular, que es reemplazado por tejido graso o fibroso, lo que disminuye la fuerza y provoca rigidez muscular.

Dificultad para hacer ejercicio vigoroso

El corazón no puede mantener de forma sostenida el aumento de la demanda de sangre durante el ejercicio. No puede acelerarse o bombear tan de prisa como antes, en parte porque el corazón y los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos y menos elásticos. Además, el corazón no responde tan rápidamente ni tan bien a los mensajeros químicos que suelen estimular su aceleración.

Los pulmones no pueden mantener la demanda de oxígeno durante el ejercicio. Con cada respiración se toma menos aire y los pulmones no absorben suficiente oxígeno.

Los sentidos

Necesidad de llevar gafas para leer

El cristalino se vuelve rígido, lo que hace que enfocar objetos cercanos sea más difícil.

Dificultad para ver con poca luz

La retina se vuelve menos sensible a la luz.

El cristalino se vuelve menos transparente.

Dificultad para adaptarse a los cambios en los niveles de luz

Las pupilas reaccionan más lentamente a los cambios de luz.

Las zonas oscurecidas del cristalino aumentan el resplandor.

Sequedad ocular (xeroftalmía)

Disminución del número de células que producen fluido para lubricar los ojos.

Las glándulas lacrimales producen menos lágrimas.

Dificultad para comprender las palabras

Se desarrolla una pérdida de la audición relacionada con la edad (presbiacusia), que a menudo afecta principalmente a las altas frecuencias (incluyendo las consonantes, los sonidos que ayudan a las personas a identificar las palabras).

Pérdida de audición

Se desarrolla una pérdida de la audición relacionada con la edad (presbiacusia).

Se acumula cerumen.

Pérdida del gusto

Las papilas gustativas se vuelven menos sensibles.

Las personas no detectan tan bien los olores porque el revestimiento de la nariz se vuelve más delgado y seco, y las terminaciones nerviosas se deterioran.

Sequedad de boca

Se produce menos saliva.

Problemas con la alimentación

Dificultad para deglutir

La boca está seca.

Los músculos implicados en la deglución se debilitan y la coordinación se ve afectada.

Las personas no pueden masticar los alimentos lo suficiente porque les faltan dientes o las prótesis no se ajustan bien. Entonces, los trozos de comida son demasiado grandes para tragar.

Los huesos en la parte superior de la columna vertebral cambian, inclinan la cabeza hacia delante y comprimen la garganta.

Falta de interés por la alimentación

La disminución del sentido del gusto hace menos apetitosa la comida.

La disminución del sentido del olfato hace menos apetitosa la comida.

La boca está seca, lo que lleva a la pérdida del gusto.

Masticar puede ser difícil porque faltan dientes, los músculos de la mandíbula están debilitados o las prótesis no se ajustan bien.

La deglución es difícil.

Piel y cabello

Arrugas

Más heridas en la piel

La capa de grasa bajo la piel (grasa subcutánea), que actúa como un cojín, disminuye.

El organismo produce menos colágeno y elastina, las sustancias que dan a la piel consistencia y elasticidad.

Piel seca

Las glándulas en la piel producen menos grasas.

Moretones y vasos sanguíneos rotos

Los vasos sanguíneos cutáneos se vuelven más frágiles.

Cicatrización lenta de las heridas

El número de vasos sanguíneos en la piel disminuye.

Las células responsables de la cicatrización de las heridas actúan de forma más lenta y disminuyen en número.

Dificultad para adaptarse a los cambios de temperatura

La capa de grasa bajo la piel (grasa subcutánea), que ayuda a conservar el calor del cuerpo, se adelgaza.

El número de glándulas sudoríparas disminuye y producen menos sudor. El sudor ayuda a enfriar el cuerpo.

El número de vasos sanguíneos disminuye y el flujo sanguíneo en las capas profundas de la piel se reduce. Como resultado, el organismo no puede eliminar el calor corporal.

Disminución de la sensibilidad, en especial al dolor

El número de terminaciones nerviosas de la piel también disminuye.

Cabello gris o blanco

Los folículos pilosos producen menos pigmentos (melanina).

Pelo fino y pérdida del cabello

Los cabellos, que deben ser reemplazados periódicamente, crecen más lentamente, y algunos folículos pilosos dejan de producir cabello nuevo.

Función sexual

Sequedad en la vagina

Se producen menos estrógenos.

Las erecciones no duran tanto, son menos rígidas o tardan más tiempo en suceder

Se produce menos testosterona.

El aporte de sangre hacia el pene disminuye.