Déficit de atención/hiperactividad: ¿Epidemia o un exceso de diagnóstico?

El número de niños diagnosticados con el trastorno de déficit de atención/hiperactividad ha ido en aumento. Sin embargo, existe preocupación entre médicos y padres porque en muchos casos el diagnóstico es erróneo. Un nivel de actividad alto puede ser completamente normal y corresponder simplemente a una exageración del temperamento infantil normal. Por otro lado, puede tener diversas causas, como trastornos emocionales o anomalías de la función cerebral, como el trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH).

Generalmente, los niños de 2 años de edad son activos y rara vez están quietos. Una actividad elevada y un alto nivel de ruido son frecuentes hasta los 4 años. En estos grupos de edad y en los niños cuyo funcionamiento del desarrollo corresponde a este rango de edad, este comportamiento es normal. Sin embargo, el comportamiento activo es causa frecuente de conflictos entre padres e hijos y puede preocupar a los padres. También puede crear problemas a otras personas que los supervisan, entre ellos los profesores.

Determinar si el nivel de actividad del niño es anormalmente alto no debe depender solo de lo tolerante que sea la persona importunada. Sin embargo, algunos niños son claramente más activos de lo normal. Si el elevado nivel de actividad se combina con un lapso de atención corto e impulsividad, puede ser definido como hiperactividad y considerado como parte del trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH).

Regañar y castigar a los niños por un alto nivel de actividad suele ser contraproducente, lo que aumenta su nivel de actividad. Puede resultar útil evitar las situaciones en las que el niño deba permanecer sentado durante mucho tiempo o encontrar un profesor experto en lidiar con niños hiperactivos. Si las medidas simples no ayudan, es útil una valoración médica o psicológica para descartar un trastorno subyacente, como el trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH).