Cuando un niño ha sufrido una crisis convulsiva, los padres están preocupados por si necesita tomar algún medicamento para controlar las convulsiones (un antiepiléptico o un anticonvulsivo). A los padres les preocupan los efectos secundarios, y saben que conseguir que el niño tome un medicamento de forma regular es difícil. Aprender más acerca de los anticonvulsivos o los antiepilépticos puede ayudar a los padres a participar de forma más activa en las decisiones sobre el tratamiento de su hijo. Positivos:
Negativos:
Al sopesar las preocupaciones, los progenitores deben recordar que la prevención de las crisis convulsivas recurrentes es importante porque las convulsiones mal controladas pueden conducir a una ralentización de los procesos intelectuales (retrasos cognitivos), problemas emocionales y de conducta y una mala calidad de vida. Además, la prevención de las convulsiones evita las lesiones y los accidentes que pueden ocurrir como consecuencia de un ataque. Para estar seguros de que se toman los fármacos con una pauta regular, los padres pueden hacer lo siguiente:
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