No existe una definición formal o universalmente aceptada de embarazo de alto riesgo. No obstante, por lo general un embarazo de alto riesgo implica al menos uno de los siguientes factores:
Que la probabilidad de que la mujer o el bebé mueran o enfermen sea más alta de lo habitual.
Que la probabilidad de que aparezcan complicaciones antes o después del parto sea más alta de lo habitual.
Muchas mujeres con afecciones complejas de alto riesgo se benefician del tratamiento en un centro especializado en el que atienden médicos especialistas en embarazos de alto riesgo.
Valoración del riesgo durante el embarazo
Un embarazo de alto riesgo está conformado por ciertas circunstancias o características denominadas factores de riesgo. Como parte de la atención durante el embarazo que se realiza de forma rutinaria, los médicos identifican estos factores para determinar el grado de riesgo de cada mujer y bebé en particular y así ofrecer una mejor atención médica. La evaluación genética es aconsejable para algunas parejas. Consiste en evaluar los antecedentes familiares de la pareja y, si es necesario, realizar análisis de muestras de sangre o de tejidos (como células del interior de la mejilla). Esta evaluación se realiza para determinar si una pareja corre un mayor riesgo de tener un bebé con un trastorno genético hereditario.
Los factores que pueden afectar el riesgo en las mujeres son
Características físicas (tales como la edad y el peso)
Trastornos que estaban presentes antes del embarazo, como presión arterial elevada crónica (hipertensión), diabetes, infecciones de transmisión sexual o infecciones renales
Trastornos que aparecen durante el embarazo, como la diabetes gestacional o la preeclampsia
Un embarazo de alto riesgo precisa un seguimiento riguroso y se deriva a menudo a las mujeres a un centro especializado en la atención de este tipo de embarazos.
Las razones más frecuentes para esta derivación antes del parto son
Trabajo de parto prematuro (debido a menudo a la rotura prematura de las membranas)
Trastornos que estaban ya presentes antes del embarazo o que se desarrollaron durante este, como diabetes, presión sanguínea elevada y obesidad grave (mórbida).