Permanecer en cama durante un largo periodo de tiempo sin actividad física regular, como puede suceder en un hospital, puede originar muchos problemas. (Véase también Problemas debidos a la hospitalización.)
Coágulos de sangre
Una lesión o una intervención quirúrgica en una pierna, o el reposo en la cama, impiden que se utilicen las extremidades inferiores con normalidad. Cuando esto ocurre, la sangre regresa al corazón desde las piernas más despacio. Cuando la circulación de la sangre se enlentece es más frecuente que se formen coágulos (trombos). En ocasiones se puede desprender un trombo desde las venas de una pierna y desplazarse hasta los pulmones, obstruyendo allí un vaso sanguíneo (lo que se denomina embolia pulmonar). Estos coágulos pueden ser mortales.
Se pueden utilizar medias de compresión neumática para prevenir que se formen los coágulos. Por medio de una bomba eléctrica, estas medias aprietan las pantorrillas de forma regular y hacen que la sangre circule a través de las venas.
Además, se puede administrar un fármaco anticoagulante (como la heparina), inyectado bajo la piel del abdomen o del brazo, a aquellas personas con alto riesgo de desarrollar trombos. Algunas veces se administra un comprimido de anticoagulante por boca (vía oral). Los anticoagulantes ayudan a evitar que la sangre se coagule.
Estreñimiento
Cuando alguien permanece en cama o es menos activo, las heces (materia fecal) se mueven más lentamente a través del intestino y el recto hacia fuera del cuerpo. Por tanto, es más probable que aparezca estreñimiento. Además, los pacientes ingresados en el hospital pueden estar tomando medicamentos (como algunos analgésicos) que causan estreñimiento.
Para prevenirlo, el personal del hospital aconseja beber mucho líquido. También se suele añadir fibra a las comidas o como suplemento. Además, se pueden prescribir agentes que ablandan las heces o laxantes.
Depresión
Úlceras por presión
Permanecer en una misma posición en la cama durante mucho tiempo presiona las áreas de la piel que tocan la cama. La presión interrumpe el riego sanguíneo en estas zonas. Si el flujo sanguíneo queda interrumpido durante demasiado tiempo, se destruye el tejido dando como resultado una úlcera por presión (también llamada escara). Las úlceras por presión pueden comenzar a formarse en tan solo 2 horas.
Las úlceras por presión aparecen con mayor frecuencia en personas que
La desnutrición hace que la piel se vuelva fina y seca y que pierda su elasticidad, lo cual la debilita y la hace más proclive a desgarros o roturas. La incontinencia expone la piel a la orina, lo que hace que esta se macere y se rompa.
Las úlceras por presión se producen generalmente en la zona lumbar, rabadilla (cóccix), talones, codos y caderas. Las úlceras por presión pueden ser graves y originar una infección que se extienda a través del torrente sanguíneo (septicemia).
Si una persona tiene problemas de movilidad, el personal del hospital cambiará su posición en la cama periódicamente para evitar la formación de úlceras por presión. Además, la piel se revisa periódicamente para detectar cualquier signo de úlcera por presión. Para proteger las zonas del cuerpo que están en contacto con la cama, como los talones, se pueden colocar almohadillas. Si una persona ya tiene úlceras por presión, se puede utilizar una cama especial que utiliza aire para redistribuir la presión para evitar que la presión permanezca en una sola zona durante demasiado tiempo.
Debilidad ósea
Debilidad muscular y rigidez articular
Cuando los músculos no se utilizan, se debilitan. Permanecer en cama puede hacer que las articulaciones, los músculos y las partes blandas adyacentes (ligamentos y tendones) se vuelvan rígidos. Con el tiempo, los músculos pueden quedar acortados de forma permanente, y las articulaciones rígidas pueden llegar a estar permanentemente flexionadas, lo que se denomina contractura.
Puede crearse un círculo vicioso: se permanece en cama debido a una enfermedad o una intervención quirúrgica, lo que provoca debilidad muscular y rigidez articular, y esto hace que los movimientos (incluidos el estar de pie y caminar) sean aún más difíciles.
Prevención de los problemas debidos al reposo en cama
Los pasos a seguir para prevenir los problemas relacionados con el reposo en cama pueden parecer molestos o demasiado exigentes, pero son necesarios para una buena recuperación.
Moverse tan pronto y tanto como sea posible previene la mayoría de los problemas, incluido el estreñimiento. Se recomienda a las personas hospitalizadas que se levanten tan pronto como sea posible. Si no pueden, deben sentarse, moverse o hacer ejercicios en la cama. Flexionar y relajar los músculos cuando se permanece en cama contribuye a evitar que se debiliten.
Cuando una persona que permanece en cama no puede realizar ejercicios por su cuenta, un fisioterapeuta u otro miembro del personal puede mover sus extremidades. Algunos dispositivos, como pasamanos, barras para agarrarse en el baño, asientos de inodoro elevados y camas bajas pueden facilitar su movimiento.
En el caso de los niños, los hospitales suelen disponer de salas de juego para estimular la actividad y evitar el aburrimiento o la depresión.