(Véase también Introducción a las reacciones de hipersensibilidad y a los trastornos cutáneos inflamatorios.)
La causa del granuloma anular no está clara, pero los médicos sospechan que es el resultado de una reacción inmunitaria. Sin embargo, tener granuloma anular no significa que se sufra también otra enfermedad.
En algunas personas con granuloma anular, ciertos factores pueden provocar la erupción de un granuloma anular en forma de racimos. Tales factores incluyen la exposición a la luz solar, las picaduras de insectos, las pruebas cutáneas para la tuberculosis, la vacunación con el bacilo de Calmette-Guérin, las lesiones, la infección con bacterias del género Borrelia y las infecciones virales.
El granuloma anular es el doble de frecuente en mujeres que en hombres.
Síntomas
Los bultos suelen ser rojos, aunque pueden ser ligeramente azulados, de un color marrón amarillento o de color carne, y una persona puede tener una protuberancia o varias. Las protuberancias pueden ser sensibles al tacto, pero no suelen causar dolor ni prurito. Suelen aparecer en los pies, las piernas, las manos o los dedos en niños y adultos. Las protuberancias suelen expandirse hacia afuera y formar anillos. El centro de cada anillo puede ser claro o estar ligeramente hundido y, en algunas ocasiones adquiere un color pálido o marrón claro. En algunas personas, los anillos se expanden por todo el cuerpo.
Diagnóstico
El granuloma anular suele diagnosticarse por su apariencia.
Puede extraerse una muestra de tejido y examinarse al microscopio (lo que se denomina biopsia cutánea) para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento
En la mayoría de los casos, el granuloma anular se cura sin necesidad de tratamiento, por lo que las personas asintomáticas no suelen requerir tratamiento.
Para eliminar la erupción pueden aplicarse cremas con corticoesteroides y cubrirlas con vendajes impermeables, recurrir a cintas adhesivas quirúrgicas que contengan corticoesteroides, o bien a inyecciones con este compuesto. De forma alternativa, puede aplicarse tacrolimús en la piel.
Para las grandes áreas afectadas suele ser eficaz el tratamiento que combina la fototerapia (exposición a los rayos ultravioleta) con el uso de psoralenos (fármacos que incrementan la sensibilidad de la piel a los efectos de dichos rayos). Este tratamiento se denomina terapia con psoraleno más luz ultravioleta A (PUVA).
La isotretinoína, la dapsona y la ciclosporina pueden ser eficaces si los anillos están muy extendidos.
Otras terapias posibles incluyen infliximab, adalimumab y diferentes tipos de láseres.