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La causa de la gastroenteritis suele ser una infección, pero también puede producirse por la ingestión de toxinas o fármacos.
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Habitualmente, las personas afectadas presentan diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
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El diagnóstico se basa en el historial de los contactos recientes de la persona con alimentos o agua contaminados, o con personas infectadas con determinados microorganismos; en el uso reciente de antibióticos y, en algunas ocasiones, pruebas de laboratorio.
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Los métodos más eficaces de prevenir la infección consisten en lavarse meticulosamente las manos después de cada deposición o contacto con materia fecal y evitar los alimentos poco cocidos.
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Los antibióticos se usan únicamente para tratar ciertos tipos de bacterias que causan gastroenteritis.
La gastroenteritis suele consistir en una diarrea de intensidad leve a grave que puede ir acompañada de pérdida de apetito, náuseas, vómitos, retortijones y malestar abdominal. Aunque la gastroenteritis, por lo general, no es grave en adultos sanos, y solo causa molestias e inconveniencias, puede provocar una deshidratación y un desequilibrio electrolítico potencialmente mortales en personas muy enfermas o en estado de debilidad acusada, en niños muy pequeños y en ancianos. Cada año en Estados Unidos, alrededor de 1 de cada 6 personas desarrolla gastroenteritis por consumir alimentos contaminados. Anualmente mueren en el mundo 1,5 a 2,5 millones de niños por gastroenteritis infecciosa.
Causas
Las causas más comunes de la gastroenteritis son
Otras causas son
Las infecciones que producen gastroenteritis se pueden transmitir de persona a persona, especialmente si la persona con diarrea no se lava las manos minuciosamente después de cada deposición. La infección también puede producirse si una persona se lleva la mano a la boca después de tocar un objeto (como un pañal o un juguete) contaminado por heces infectadas. Todos estos tipos de transmisión en que intervienen heces infectadas se denominan transmisión fecal-oral. Una persona, y algunas veces un gran número de personas (en cuyo caso el brote de la enfermedad se considera epidemia), pueden también infectarse al ingerir alimentos o beber agua que ha sido contaminada por heces infectadas. La mayoría de los alimentos pueden estar contaminados con bacterias y producir gastroenteritis, si no se cocinan adecuadamente o no se pasteurizan. A veces se ingiere agua contaminada de manera imprevista, por ejemplo cuando se nada en un estanque contaminado por heces de un animal o en una piscina contaminada por heces de otra persona. En algunos casos, la gastroenteritis se adquiere mediante el contacto directo con animales portadores del microorganismo infeccioso.
Virus
Los virus son la causa más frecuente de gastroenteritis en los países desarrollados. Algunos virus infectan las células que recubren el intestino delgado, donde se multiplican y causan diarrea acuosa, vómitos y fiebre. La mayoría de las gastroenteritis están causadas por 4 tipos de virus: norovirus, rotavirus y, con menor frecuencia, astrovirus y adenovirus entérico (intestinal).
El norovirus infecta a personas de todas las edades. Actualmente es la causa más frecuente de gastroenteritis en los países desarrollados. Las infecciones se pueden producir durante todo el año, pero el 80% ocurren de noviembre a abril. La mayoría de las personas se infectan tras ingerir algún alimento o agua contaminados. Debido a que el norovirus es muy contagioso, la infección puede propagarse fácilmente de persona a persona. Este virus causa la mayoría de los casos de epidemias de gastroenteritis en los cruceros y en los hogares de ancianos.
El rotavirus es la causa más frecuente de diarrea deshidratante grave en niños pequeños en todo el mundo. Su incidencia en Estados Unidos ha disminuido en un 80% desde que se administran vacunas contra el rotavirus en el calendario de vacunación infantil establecido. Suele afectar a niños entre 3 y 15 meses. Los rotavirus son altamente contagiosos. La mayoría de las infecciones se propagan por transmisión fecal-oral. Los adultos pueden infectarse si están en contacto cercano con un niño infectado, pero la enfermedad en adultos suele ser leve. En los climas templados, la mayoría de las infecciones tienen lugar durante el invierno. En Estados Unidos, por ejemplo, cada año se produce una oleada de casos de gastroenteritis por rotavirus que empieza en el sudoeste en noviembre y acaba en el nordeste en marzo.
El astrovirus puede infectar a personas de todas las edades, aunque es mucho más frecuente en bebés y niños pequeños. También es mucho más frecuente en invierno y se propaga por transmisión fecal-oral.
El adenovirus afecta más comúnmente a niños menores de 2 años. Las infecciones se producen a lo largo de todo el año y aumentan ligeramente en verano. La transmisión es fecal-oral.
Otros virus (como el citomegalovirus y el enterovirus) pueden causar gastroenteritis en personas con un sistema inmunitario deficiente.
Bacterias
La gastroenteritis bacteriana es menos frecuente que la gastroenteritis vírica. Las bacterias causan gastroenteritis de diversas formas. Algunas especies, como Vibrio cholerae, y cepas enterotoxigénicas de Escherichia coli (E. coli) se adhieren al revestimiento de los intestinos de forma no invasiva y producen enterotoxinas. Estas toxinas hacen que los intestinos secreten agua y electrolitos, lo que produce una diarrea acuosa.
Algunas bacterias (como ciertas cepas de E. coli, Campylobacter, Shigella, Salmonella y Clostridium difficile) invaden el revestimiento del intestino delgado o el colon. Allí, dañan las células y causan pequeñas heridas (ulceraciones) que sangran y provocan una pérdida considerable de líquido que contiene proteínas, electrólitos y agua. La diarrea contiene glóbulos blancos (leucocitos) y rojos (eritrocitos) y a veces sangre visible.
Las bacterias Salmonella y Campylobacter son las que frecuentemente causan diarrea en los países de nuestro entorno. Ambas infecciones se adquieren en la mayoría de los casos por el consumo de carne de ave poco cocinada. La leche no pasteurizada también es una posible fuente. En algunos casos, el Campylobacter se transmite por perros o gatos con diarrea. La Salmonella se puede transmitir mediante la ingestión de huevos crudos o semicrudos y al tener contacto con reptiles (como tortugas o lagartos), aves o anfibios (como ranas y salamandras).
Las especies de Shigella también son una causa de diarrea bacteriana en Estados Unidos y suelen transmitirse de persona a persona (especialmente en guarderías), aunque también se pueden producir brotes de origen alimentario.
Actualmente, Clostridium difficile es probablemente la causa bacteriana más frecuente de diarrea en Estados Unidos y es la causa más frecuente de diarrea que se produce después del tratamiento con antibióticos (ver La gastroenteritis como efecto secundario de fármacos). No obstante, a veces también se da en personas que no han sido tratadas con antibióticos. Los antibióticos matan las bacterias saludables que residen normalmente en los intestinos, lo que permite a la bacteria Clostridium difficile crecer en su lugar. El Clostridioides difficile Clostridium difficileproduce una toxina que causa una diarrea acuosa grave (véase también Diarrea por Clostridioides (formerly Clostridium) difficile Colitis inducida por Clostridioides (antiguamente Clostridium) difficile).
Hay varios tipos distintos de E. coli que causa diarrea:
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La enterohemorrágica E. coli (también llamada productora de toxina Shiga E. coli) es el subtipo de E. coli más importante de en Estados Unidos y causa colitis hemorrágica y el síndrome urémico hemolítico en un porcentaje que va del 5 al 10% de las personas afectadas. E. coli O157:H7 es la cepa más frecuente de este subtipo en Estados Unidos. Algunas de las posibles fuentes son la carne picada de vacuno poco hecha, la leche y el zumo no pasteurizados y el agua contaminada. La transmisión de persona a persona es frecuente en guarderías. Se han dado brotes en personas que han ido a nadar a piscinas, lagos o parques acuáticos (recreational water illness).
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La enterotoxigénica E. coli produce dos toxinas que provocan diarrea acuosa. Este subtipo de bacteria E. coli es la causa más común de la diarrea del viajero en personas que viajan a países en desarrollo.
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enteropatógeno E. coli también es causa de diarrea acuosa. Había sido una causa frecuente de brotes de diarrea en guarderías, pero hoy en día es raro.
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La E. coli enteroinvasiva causa diarrea, sanguinolenta o no, principalmente en los países en desarrollo. En Estados Unidos es poco frecuente.
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La enteroagregativa E. coli causa una diarrea que no es tan grave como la de los otros subtipos, pero dura más. Al igual que ocurre con algunos de los otros subtipos, es más común en los países en desarrollo y puede ser una causa de diarrea del viajero.
Otras bacterias (como el Staphylococcus aureus [véase también Intoxicación alimentaria por estafilococos] Bacillus cereus, y Clostridium perfringens) producen toxinas que pueden estar presentes en alimentos contaminados. El agente tóxico puede causar gastroenteritis sin producir una infección bacteriana. Estas toxinas suelen causar náuseas, vómitos y diarrea intensos. Los síntomas empiezan unas 12 horas después de haber ingerido alimentos contaminados y remiten en unas 36 horas.
Hay otras bacterias que causan gastroenteritis, pero la mayoría son poco comunes en Estados Unidos. La Yersinia enterocolitica puede causar gastroenteritis o un síndrome similar a la apendicitis. La infección se adquiere comiendo carne de cerdo poco hecha o bebiendo leche sin pasteurizar o agua contaminada. Varias especies de Vibrio (como el Vibrio parahaemolyticus) causan diarrea si se consume marisco semicrudo. El Vibrio cholerae, que es el causante de la diarrea acuosa, el síntoma principal del cólera, a veces provoca diarrea grave deshidratante en los países en desarrollo. Las epidemias pueden ocurrir después de un desastre natural o en campamentos de refugiados. En raras ocasiones, la listeria puede causar gastroenteritis alimentaria, pero con más frecuencia causa una infección en el torrente sanguíneo o meningitis en mujeres embarazadas, recién nacidos o personas mayores. Las Aeromonas se adquieren al nadar o al beber agua dulce contaminada o agua salada. Las Plesiomonas shigelloides causan diarrea en personas que han comido marisco crudo o que han viajado a países tropicales en desarrollo.
Parásitos
Ciertos parásitos intestinales, en especial la Giardia intestinalis, se adhieren a las células del revestimiento intestinal o las invaden, causando náuseas, vómitos, diarrea y una sensación de malestar general. La infección resultante, llamada giardiasis, es más frecuente en climas fríos, pero se da en cualquier parte del mundo. Si la enfermedad se hace persistente (crónica), puede impedir que el organismo absorba nutrientes, lo que genera un trastorno llamado síndrome de malabsorción. Por lo general, la infección se transmite por beber agua contaminada (en ocasiones obtenida de pozos o de fuentes de agua no convencionales hallados durante caminatas en la naturaleza o al ir de acampada) y, menos frecuentemente, de persona a persona (como en guarderías).
Otro parásito intestinal, llamado Cryptosporidium parvum, provoca diarrea acuosa que algunas veces se acompaña de retortijones abdominales, náuseas y vómitos. La infección resultante, llamada criptosporidiosis, es generalmente leve en personas por lo demás sanas, pero puede ser grave e incluso mortal en personas que tienen el sistema inmunitario debilitado. Se adquiere habitualmente al beber agua contaminada. Debido a que es resistente a las concentraciones habituales de cloro, este parásito es la causa más común de la enfermedad de las aguas recreativas en Estados Unidos.
Hay otros parásitos que pueden causar síntomas similares a los de la criptosporidiosis, entre los que se incluyen Cyclospora cayetanensis y, en personas con el sistema inmunitario deficiente, Cystoisospora belli y una serie de microorganismos denominados microsporidios. La Entamoeba histolytica causa amebiasis, una infección del intestino grueso y a veces del hígado y otros órganos. La amebiasis es una causa frecuente de diarrea sanguinolenta en países en desarrollo, pero es rara en Estados Unidos.
Gastroenteritis química
La gastroenteritis puede producirse por la ingestión de sustancias químicas tóxicas (ver Introducción a la intoxicación alimentaria). Estas toxinas generalmente son producidas por una planta, como las setas venenosas, o por ciertos tipos de mariscos exóticos y, por lo tanto, no son el producto de una infección. La gastroenteritis debida a toxicidad química puede aparecer también después de ingerir agua o alimentos contaminados por sustancias químicas como arsénico, plomo, mercurio o cadmio. La intoxicación por metales pesados con frecuencia causa náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. La ingestión de grandes cantidades de alimentos ácidos, como las frutas cítricas y tomates, produce gastroenteritis en algunas personas.
Microorganismos que causan gastroenteritis
Microorganismo |
Origen frecuente |
Síntomas |
Uso de antimicrobianos |
Astrovirus |
Epidémico y, por lo general, estacional |
Diarrea acuosa leve Vómitos y fiebre Los síntomas empiezan 3 o 4 días después de la infección Suelen durar de 2 a 7 días Similar al rotavirus |
No se administran antibióticos ni fármacos antivíricos. |
Comer carne contaminada (especialmente, aves de corral poco cocinadas) Beber agua contaminada o leche no pasteurizada |
A menudo, una diarrea sanguinolenta y, algunas veces, acuosa, que dura de 1 a 7 días o más |
Administrar antibióticos en las primeras fases de la enfermedad puede reducir la duración de los síntomas (por ejemplo, azitromicina, ciprofloxacino). |
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Por lo general, sobrecrecimiento bacteriano en personas que han estado tomando antibióticos |
Diarrea |
Se detiene el antibiótico que causó la enfermedad. Se administra vancomicina o fidaxomicina por vía oral. A las personas que no toleran vancomicina ni fidaxomicina se les puede administrar metronidazol. |
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Beber agua contaminada Contacto de persona a persona Exposición a aguas recreativas Las personas con un sistema inmunitario deficiente son particularmente susceptibles |
Diarrea acuosa, retortijones abdominales, náuseas y vómitos Suele durar unas 2 semanas |
A veces se administran fármacos antiparasitarios (por ejemplo, la nitazoxanida). |
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Comer o beber alimentos o agua contaminados |
Diarrea sanguinolenta, dolor abdominal, pérdida de peso que dura de 1 a 3 semanas Puede causar infección en el hígado y otros órganos |
Se administran fármacos antiparasitarios (por ejemplo, metronidazol, yodoquinol, paromomicina). |
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Escherichia coli enterohemorrágica (más comúnmente E. coli O157:H7, ver Colitis hemorrágica) |
Comer carne poco cocinada o beber leche o zumo no pasteurizados Nadar en aguas contaminadas Contacto de persona a persona Tocar animales infectados y luego llevarse los dedos a la boca |
Retortijones repentinos, diarrea acuosa que, por lo general, se vuelve sanguinolenta en 1 a 3 días, y síndrome hemolítico-urémico en cerca del 5% de las personas afectadas |
No se administran antibióticos porque aumentan el riesgo de aparición del síndrome hemolítico urémico. |
Escherichia coli enterotoxigénica (causa la diarrea del viajero) |
Comer o beber alimentos o agua contaminados |
Diarrea acuosa frecuente Por lo general dura de 3 a 5 días |
Los antibióticos (por ejemplo ciprofloxacino o levofloxacino) pueden ayudar a acortar la duración de la enfermedad. A los niños se les administra azitromicina. |
Beber agua contaminada Contacto de persona a persona, sobre todo en guarderías |
Diarrea, náuseas, pérdida del apetito Puede presentarse un periodo más prolongado de enfermedad (que dura varios días a varias semanas) con heces grasas, hinchazón abdominal, gases, cansancio y pérdida de peso |
Se administran fármacos antiparasitarios (por ejemplo, metronidazol o nitazoxanida). |
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Adenovirus intestinal |
Epidémico y, por lo general, estacional |
Con frecuencia la diarrea acuosa dura de 1 a 2 semanas Los vómitos empiezan de forma leve 1 o 2 días después de la diarrea En el 50% de los casos hay fiebre Los síntomas empiezan de 3 a 10 días después de la infección Suelen durar 10 días o más |
No se administran antibióticos ni fármacos antivíricos. |
Norovirus |
Epidémico y, por lo general, estacional |
Diarrea acuosa frecuente Vómitos, en especial en niños Retortijones, cefalea, dolores y malestar En un 30% de los casos, fiebre por encima de 39° C Los adultos suelen padecer diarrea Los síntomas empiezan 1 o 2 días después de la infección Suelen durar de 2 a 7 días |
No se administran antibióticos ni fármacos antivíricos. |
Epidémico y, por lo general, estacional |
Diarrea acuosa frecuente Vómitos y fiebre por encima de 39 °C Los síntomas empiezan entre 1 y 3 días después de la infección Pueden durar de 5 a 7 días |
No se administran antibióticos ni fármacos antivíricos. Existen vacunas para lactantes. |
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Comer alimentos contaminados Contacto con reptiles (por ejemplo, iguanas, serpientes y tortugas), aves o anfibios (por ejemplo, ranas y salamandras) |
Fiebre alta, agotamiento, retortijones, náuseas, vómitos, diarrea que puede ser o no sanguinolenta Los síntomas por lo general duran de 3 a 7 días |
No suelen administrarse antibióticos. |
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Contacto de persona a persona, especialmente en guarderías |
Pueden ser leves o graves En casos leves, deposiciones acuosas, sueltas En casos graves, fiebre alta, agotamiento, retortijones abdominales intensos, deposición dolorosa con heces que contienen sangre y moco Los síntomas generalmente duran alrededor de 1 semana sin tratamiento |
Los antibióticos acortan la duración de la enfermedad y disminuyen la posibilidad de propagación a otra persona (por ejemplo, ciprofloxacino, trimetoprima-sulfametoxazol). |
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Staphylococcus aureus (véase también Intoxicación alimentaria por estafilococos) Bacillus cereus |
Ingerir alimentos contaminados con toxinas producidas por bacterias |
Náuseas, vómitos y diarrea intensos Los síntomas empiezan en las 12 horas siguientes a la ingestión del alimento contaminado y remiten en 36 horas |
No se administran antibióticos. |
Comer o beber alimentos o agua contaminados |
Sin dolor, diarrea acuosa y vómitos Pueden producir una pérdida masiva de líquidos, shock |
Se administran antibióticos (por ejemplo, ciprofloxacino o doxiciclina). |
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Otros tipos de Vibrio |
Mariscos |
Diarrea acuosa, a menudo con algunas náuseas o vómitos |
Se administran antibióticos (por ejemplo, ciprofloxacino, doxiciclina o trimetoprima-sulfametoxazol). |
Síntomas
El tipo y gravedad de los síntomas dependen de la clase y la cantidad de toxina o microorganismo ingeridos. También varían de acuerdo con la resistencia de la persona. Los síntomas a menudo comienzan repentinamente, a veces de forma drástica, con pérdida del apetito, náuseas o vómitos. Pueden producirse ruidos intestinales audibles (borborigmos) y retortijones. La diarrea es el síntoma más frecuente y puede ir acompañada de sangre visible y moco. Las asas intestinales pueden estar dilatadas (distendidas) por gases y doloridas. La persona puede tener fiebre, sentirse con mal estado general y tener dolores musculares y cansancio extremo.
Gastroenteritis vírica
Los virus provocan diarrea acuosa. Las heces casi nunca contienen mucosidad o sangre.
En lactantes y niños muy pequeños, el rotavirus puede durar entre 5 y 7 días. La mayoría de los niños sufren vómitos, y algunos tienen fiebre.
El norovirus provoca más vómitos que diarrea y dura sólo entre 1 y 2 días.
El adenovirus causa vómitos leves de 1 a 2 días después del inicio de la diarrea. La diarrea puede durar de 1 a 2 semanas.
Los síntomas del astrovirus son similares a los de una infección leve por rotavirus.
Gastroenteritis bacterianas
Gastroenteritis causada por parásitos
Los parásitos suelen causar una diarrea que puede durar mucho tiempo, y pueden provocar diarrea intermitente. La diarrea es, por lo general, no sanguinolenta. Las personas afectadas pueden estar muy cansadas y perder peso cuando tienen diarrea de larga duración causada por una infección parasitaria.
Complicaciones de la gastroenteritis
Los vómitos intensos y la diarrea pueden provocar una deshidratación grave. Los síntomas de deshidratación incluyen debilidad, disminución en la frecuencia de la micción, boca seca y, en los niños, llanto sin lágrimas. Los vómitos o la diarrea excesivos pueden provocar problemas electrolíticos como concentraciones bajas de potasio en sangre (hipocalemia) y deshidración, que puede causar presión arterial baja y una frecuencia cardíaca rápida. Además, pueden aparecer niveles bajos de sodio en sangre (hiponatremia), particularmente si la persona repone los líquidos perdidos tomando bebidas que contienen poca o ninguna cantidad de sal, como el agua y el té. Los desequilibrios de agua y electrólitos son potencialmente graves, especialmente en los jóvenes, las personas mayores y los pacientes con enfermedades crónicas. En casos graves se puede producir un choque (shock) o una insuficiencia renal.
Diagnóstico
Generalmente, el diagnóstico de gastroenteritis es obvio solo por los síntomas, pero su causa no suele serlo. A veces, otros miembros de la familia o compañeros de trabajo han estado recientemente enfermos con síntomas similares. En otros casos, la gastroenteritis puede provenir de aguas contaminadas o alimentos cocinados inadecuadamente, estropeados o contaminados, como puede ocurrir con los mariscos crudos o la mayonesa dejada fuera de la nevera demasiado tiempo. También pueden proporcionar algunas pistas los viajes recientes, especialmente a ciertos países, donde la probabilidad de la infección es mayor, y el uso reciente de antibióticos.
Si los síntomas son intensos o duran más de 48 horas, pueden examinarse muestras de heces en el laboratorio para valorar la presencia de glóbulos blancos (leucocitos) y de bacterias, virus o parásitos.
Si los síntomas persisten más allá de unos pocos días, el médico necesita examinar el intestino grueso con un sigmoidoscopio (un tubo flexible de visualización utilizado para explorar la parte inferior del tubo digestivo), con el fin de determinar si la persona tiene una enfermedad como la colitis ulcerosa.
Las personas gravemente enfermas pueden necesitar análisis de sangre para determinar si presentan desequilibrios de agua y electrólitos o pruebas para determinar cómo funcionan sus riñones.
Prevención
Se dispone de 2 vacunas contra el rotavirus orales. Son seguras y eficaces contra la mayoría de las cepas de este microorganismo. Las vacunas contra el rotavirus son parte del plan de vacunación infantil recomendado.
La lactancia materna es una manera simple y eficaz de ayudar a prevenir la gastroenteritis en los bebés. Los cuidadores deben lavarse bien las manos con agua y jabón antes de preparar los biberones para los bebés alimentados con leche de fórmula. También deben lavarse las manos después de cambiar pañales. Las áreas de cambio de pañales deben ser desinfectadas con una solución de lejía de uso doméstico recién preparada (¼ de taza de lejía diluida en unos 4 litros de agua). Los niños con diarrea no deben asistir a la guardería mientras duren los síntomas. Los niños infectados con la E. coli que causa diarrea sanguinolenta o Shigella deben tener 2 pruebas de heces negativas antes de reincorporarse al centro.
Los lactantes y otras personas con un sistema inmunitario debilitado no deben ser expuestos a reptiles, aves o anfibios, ya que estos animales suelen llevar la bacteria Salmonella, y la infección es más grave en estos grupos de población.
Dado que la mayoría de las infecciones que causan gastroenteritis se transmiten por el contacto entre personas, especialmente por el contacto directo o indirecto con heces infectadas, un buen lavado de manos con agua y jabón después de cada deposición es el medio más efectivo de prevención. Para prevenir infecciones producidas por alimentos, deben lavarse las manos antes de tocar los alimentos; también deben lavarse los cuchillos y las planchas de cortar, utilizados para cortar la carne cruda, antes de utilizarlos con otro alimento; la carne y los huevos deben cocinarse completamente y los sobrantes deben refrigerarse rápidamente después de cocinados. Solo se deben utilizar productos lácteos y zumos de manzana pasteurizados. Los viajeros deben tratar de evitar los alimentos y bebidas de alto riesgo, como los que se venden por la calle.
Para prevenir la enfermedad de las aguas recreativas, las personas con diarrea no deben bañarse. Debe revisarse de forma frecuente el pañal de los bebés y niños pequeños y deben cambiarse en un baño y no cerca del agua. Los bañistas deben evitar tragar agua mientras nadan.
Dado que el consumo de la mayoría de antibióticos puede aumentar el riesgo de diarrea causada por infección por Clostridium difficile, los antibióticos solo se deben administrar cuando sea necesario y nunca en situaciones en las que no van a tener ningún efecto (por ejemplo, para una infección viral).
Tratamiento
Rehidratación
Habitualmente, el único tratamiento necesario para la gastroenteritis es reposar en cama y tomar una cantidad adecuada de líquidos. Incluso una persona que esté vomitando debe tomar tanto líquido como pueda, a pequeños sorbos y de forma frecuente. Si el vómito o la diarrea se prolongan o la persona se deshidrata gravemente, son necesarios líquidos y electrólitos por vena (intravenosos). Dado que los niños se deshidratan con mayor facilidad, deben recibir líquidos con un equilibrio apropiado de sales y azúcares. Cualquiera de las soluciones disponibles comercialmente diseñadas para reponer los líquidos perdidos y los electrólitos (denominadas soluciones de rehidratación oral) son satisfactorias. Las bebidas carbonatadas, té, bebidas para deportistas o que contienen cafeína y zumos de fruta no son apropiados. Si el niño es amamantado, debe continuarse la lactancia materna.
A medida que los síntomas mejoran, la persona puede añadir gradualmente alimentos a la dieta. No hay necesidad de limitar la dieta a alimentos suaves como cereales, gelatina, plátanos, arroz, compota de manzana y pan tostado. Sin embargo, algunas personas no toleran los productos lácteos hasta algunos días después de tener diarrea.
Fármacos o sustancias
En caso de vómitos leves o moderados, el médico puede administrar fármacos contra las náuseas por vía oral. Si el vómito es grave, los fármacos contra las náuseas se pueden administrar en forma de inyección o supositorio.
Si la diarrea continúa durante 24 a 48 horas y no hay sangre en las heces que indique una infección bacteriana más grave, el médico puede prescribir un fármaco para controlar la diarrea, como el difenoxilato, o indicar a la persona el uso de un fármaco de venta sin receta, como la loperamida. Estos fármacos no suelen administrarse a niños menores de 2 años.
Incluso cuando el agente causante de la gastroenteritis es una bacteria conocida, no suele ser adecuado administrar antibióticos, dado que pueden causar diarrea y estimular el crecimiento de microorganismos resistentes a los antibióticos. No obstante, pueden usarse antibióticos cuando la causa son determinadas bacterias, como Campylobacter, Shigella y Vibrio, y en personas afectadas por la diarrea del viajero. Los antibióticos también se utilizan para tratar la diarrea causada por Clostridium difficile. El antibiótico que se utiliza para el tratamiento es diferente del antibiótico que causó la infección por Clostridium difficile.
Las infecciones parasitarias se tratan con fármacos antiparasitarios, como el metronidazol y la nitazoxanida.
Probióticos
De forma natural, en el cuerpo humano existen determinadas bacterias que estimulan el crecimiento de las llamadas bacterias buenas (probióticos). El uso de probióticos, como el Lactobacillus (típicamente presente en el yogur) puede acortar ligeramente la duración de la diarrea (tal vez por menos de 1 día). Sin embargo, es probable que los probióticos no prevengan las consecuencias más graves de la gastroenteritis, como la necesidad de líquidos por vía intravenosa o la hospitalización.