Normalmente, los párpados superior e inferior se cierran con firmeza, protegiendo al ojo de cualquier agresión y evitando que se evaporen las lágrimas. Si el extremo de uno de los párpados se tuerce hacia adentro (entropión), las pestañas rozan el ojo, lo cual puede derivar en una ulceración y cicatrización de la córnea. Si el extremo de uno de los párpados se tuerce hacia fuera (ectropión), los párpados no pueden cerrarse correctamente y las lágrimas no se esparcen sobre el globo ocular.
Estas afecciones son más habituales en las personas mayores (por lo general como resultado de una mayor relajación de los tejidos con la edad), en aquellas con cambios en los ojos causados por una infección, cirugía o lesión, y en las personas que sufren blefaroespasmo Blefaroespasmo El blefaroespasmo es un espasmo de los músculos situados alrededor del ojo; su causa suele ser desconocida. Afecta más a las mujeres que a los hombres y tiene tendencia a ocurrir en miembros... obtenga más información . El ectropión también puede darse en personas con parálisis de Bell Parálisis de Bell La parálisis de Bell (un tipo de parálisis del nervio facial) es una debilidad o una parálisis repentina de los músculos de un lado de la cara debida a una disfunción del séptimo par craneal... obtenga más información .
Síntomas del entropión y el ectropión
Tanto el entropión como el ectropión pueden irritar los ojos y causar sensación de cuerpo extraño, lagrimeo y enrojecimiento.
Diagnostico de entropión y ectropión
Síntomas y exploración médica
El diagnóstico del entropión y del ectropión se basa en los síntomas y en los resultados de la exploración física.
Tratamiento del entropión y ectropión
Lágrimas artificiales y pomadas oculares
En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
En personas con entropión o ectropión, pueden instilarse lágrimas artificiales y aplicar pomadas lubricantes (de uso nocturno) para mantener el ojo húmedo y aliviar la irritación. El entropión y el ectropión pueden tratarse con cirugía, por ejemplo para conservar la vista cuando se ha producido o puede producirse una lesión ocular (como una úlcera en la córnea con el entropión), por comodidad o por razones estéticas.