Las personas sanas conviven en armonía con la flora microbiana, que les ayuda a protegerse de la invasión de los patógenos; por lo general, éstos se definen como aquellos microorganismos capaces de causar enfermedad. La flora microbiana está formada principalmente por bacterias y hongos, e incluye a la flora residente normal, que está presente siempre y se reestablece rápidamente si se produce una alteración, y la flora transitoria capaz de colonizar al huésped durante horas a semanas, pero que no se establece de manera permanente. En ocasiones, los microorganismos que forman parte de la flora normal pueden causar enfermedades, especialmente cuando se alteran los mecanismos de defensa.
Las pruebas de laboratorio pueden identificar a los microorganismos de manera directa (p. ej., visualmente, usando un microscopio, cultivando al microorganismo) o indirecta (mediante la identificación de los anticuerpos generados frente a éste). Los tipos generales de pruebas incluyen
Los parásitos que afectan a los .aies humanos son organismos que viven sobre o en una persona y obtienen los nutrientes de ella (su huésped). Hay 3 tipos de parásitos:
Los arbovirus (virus transmitidos por artrópodos) son todos los virus que se transmiten al .ai humano o a otros vertebrados por ciertas especies de artrópodos hematófagos, especialmente insectos (moscas y mosquitos) y arácnidos (garrapatas). Los arbovirus no forman parte del sistema de clasificación actual de los virus, que se basa en la naturaleza y estructura del genoma viral.
Las bacterias son microorganismos que tienen DNA circular de doble cadena y, con la excepción de los micoplasmas, paredes celulares. La mayoría de las bacterias viven fuera de las células. Algunas de ellas (p. ej., Salmonella typhi, Neis.aiia gonorrhoeae, y los géneros Legionella, Mycobacteria, Rickettsia, Chlamydia y Chlamydophila spp) residen y se replican preferentemente en forma intracelular. Algunas bacterias como las clamidias, las especies Chlamydophila y las rickettsias son patógenos intracelulares obligados (es decir, pueden crecer, reproducirse y causar enfermedades sólo dentro de las células del huésped). Otras (p. ej., Salmonella typhi, especies de Brucella, Francisella tularensis, N. gonorrhoeae, Neis.aiia meningitidis, especies de Legionella y Listeria, Mycobacterium tuberculosis) son patógenos intracelulares facultativos.
Todas las tenias (cestodos) desarrollan su ciclo vital en 3 estadios: huevo, larva y adulto. Los adultos habitan en los intestinos de los huéspedes definitivos, que son mamíferos carnívoros. Varias de las tenias adultas que infectan a los .aies humanos reciben su nombre en función de su principal huésped intermedio:
Tres especies de Chlamydia causan enfermedades en los .aies humanos, entre ellas infecciones de transmisión sexual e infecciones respiratorias. Todas estas bacterias son susceptibles a macrólidos (como azitromicina), tetraciclinas (p. ej., doxiciclina) y fluoroquinolonas.
Junto con los rinovirus (véase Resfriado común) y los parechovirus humanos, los enterovirus son un género de picornavirus (pico, virus RNA pequeños). Todos los enterovirus tienen una estructura antigénica heterogénea y una distribución geográfica amplia.
Las amebas libres son protozoos que viven en forma independiente en el suelo o el agua y no requieren un huésped humano o animal. Rara vez causan enfermedades, a diferencia de la ameba parasitaria Entamoeba histolytica, que es una causa frecuente de infección intestinal ( amebiasis). Las amebas libres patógenas pertenecen a los géneros Acanthamoeba, Balamuthia, Naegleria y Sappinia.
Los bacilos gramnegativos son causantes de un gran número de enfermedades. Algunos de ellos son microorganismos comensales presentes en la flora intestinal normal. Estos microorganismos comensales más otros provenientes de re.aivorios animales o del medioambiente pueden causar enfermedades.
Las especies del género Acinetobacter son microorganismos gramnegativos que pueden causar infecciones supurativas en cualquier sistema de órganos; a menudo, estas bacterias son patógenos oportunistas en los pacientes hospitalizados.
Los enterococos son microorganismos anaerobios facultativos grampositivos. El Enterococcus faecalis y el E. faecium causan diversas infecciones, entre ellas endocarditis, infecciones urinarias e intraabdominales, prostatitis, celulitis e infecciones de las heridas, así como bacteriemias concurrentes.
El carbunco es causado por los microorganismos grampositivos Bacillus anthracis, que son anaerobios facultativos encapsulados, productores de toxinas. Esta enfermedad, que afecta a los animales y a menudo les causa la muerte, se transmite a los .aies humanos mediante el contacto directo con ellos o con sus productos. En el .ai humano, la infección generalmente se adquiere a través de la piel. La infección por inhalación es menos frecuente; las infecciones bucofaríngeas, meníngeas y gastrointestinales son raras. En las infecciones adquiridas por inhalación y en las gastrointestinales, los síntomas locales inespecíficos suelen .ai seguidos tras varios días por un cuadro sistémico grave, shock, y a menudo la muerte. El tratamiento empírico se lleva a cabo con ciprofloxacina, levofloxacina, moxifloxacina o doxiciclina. Existe una vacuna contra esta infección.
Hay 8 tipos de virus herpes que infectan a los .aies humanos (). Después de la infección inicial, todos los virus herpes permanecen en estado de latencia dentro de células huéspedes específicas y pueden reactivarse luego. Los síndromes clínicos debidos a infección primaria pueden variar significativamente de los causados por la reactivación de estos virus. Los virus herpes no sobreviven mucho tiempo fuera del huésped, por lo cual la transmisión suele requerir un contacto íntimo. En las personas con infección latente, el virus puede reactivarse sin causar síntomas; en esos casos, los pacientes asintomáticos pueden liberar virus y transmitir la infección.
La infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV) se debe a 1 de 2 retrovirus similares (HIV-1 y HIV-2) que destruyen a los linfocitos CD4+ y comprometen la inmunidad celular, lo que a su vez aumenta el riesgo de ciertas infecciones y cánceres. La infección inicial puede manifestarse como una enfermedad febril inespecífica. El riesgo de que aparezcan otras manifestaciones relacionadas con la inmunodeficiencia es proporcional al recuento de depleción de linfocitos CD4+. El HIV puede dañar directamente el encéfalo, las gónadas, los riñones y el corazón, causando deterioro cognitivo, hipogonadismo, insuficiencia renal y miocardiopatía. Las manifestaciones van desde la portación asintomática hasta el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que se define por el desarrollo de diversas infecciones oportunistas o cánceres o por un recuento de CD4 200/mcL. La infección por HIV puede diagnosticarse con pruebas que busquen anticuerpos, ácidos nucleicos (RNA del HIV) o antígenos (p24). Todos los adultos y los adolescentes deben someterse a pruebas de cribado en forma sistemática. El tratamiento tiene como objetivo suprimir la replicación del HIV mediante combinaciones ≥ 2 o más fármacos que inhiben las enzimas del virus; el tratamiento puede restaurar la función inmunitaria en la mayoría de los pacientes si se mantiene la supresión de la replicación.
La tuberculosis es una infección micobacteriana crónica y progresiva, que a menudo entra en un período de latencia después de la infección inicial. La tuberculosis afecta habitualmente a los pulmones. Los síntomas incluyen tos productiva, fiebre, pérdida de peso y malestar general. El diagnóstico generalmente se establece con frotis y cultivos de esputo y, cada vez con mayor frecuencia, con pruebas moleculares de diagnóstico rápido. El tratamiento requiere una .aiie de antibióticos, administrados al menos durante 6 meses.
La angiostrongiliasis es una infección por larvas de helmintos del género Angiostrongylus. Dependiendo de la especie infectante, se producen síntomas abdominales (Angiostrongylus costaricensis) o compromiso neuronal con meningitis eosinófila (A. cantonensis). El diagnóstico se sospecha por los antecedentes y la presencia de eosinofilia en el líquido cefalorraquídeo (LCR) y/o en la sangre. Los antihelmínticos son ineficaces o perjudiciales.
La viruela del mono, una enfermedad inusual, es causada por el virus de la viruela del mono, que tiene una estructura relacionada con la del virus de la viruela y causa una enfermedad similar, pero en general más leve.
Las infecciones virales suelen afectar las vías respiratorias superiores o inferiores. Aunque estas infecciones respiratorias pueden clasificarse en función del virus causante (p. ej., gripe), en general se distinguen clínicamente de acuerdo con el síndrome (p. ej., resfriado común, bronquiolitis, laringotraqueobronquitis [crup], neumonía). Cada microorganismo específico suele producir manifestaciones clínicas características (p. ej., el rinovirus causa típicamente resfriado común, el virus sincitial respiratorio [VSR] es el responsable de la bronquiolitis), pero en realidad cada uno puede provocar muchos síndromes respiratorios de etiología viral ().
Las enfermedades por rickettsias (rickettsiosis) y los trastornos relacionados (anaplasmosis, ehrliquiosis, fiebre Q, fiebre de los matorrales) son producidos por un grupo de cocobacilos gramnegativos intracelulares obligados. Todos, excepto Coxiella burnetii, se diseminan por la acción de un vector artrópodo. Los síntomas suelen consistir en fiebre de comienzo súbito con cefalea intensa, malestar general, postración y, en la mayoría de los casos, un exantema característico. El diagnóstico es clínico y se confirma con inmunofluorescencia o PCR (polymerase chain reaction). El tratamiento se basa en tetraciclinas o, excepto para la anaplasmosis y la ehrliquiosis, cloranfenicol.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), también denominadas infecciones de transmisión sexual (ITS), pueden deberse a varios microorganismos que presentan una gran variabilidad en sus tamaños, sus ciclos vitales, las enfermedades y los síntomas que causan y su susceptibilidad a los tratamientos disponibles.
El bejel, la pinta y la frambesia (treponematosis endémicas) son infecciones por espiroquetas crónicas, tropicales, no venéreas, que se diseminan por contacto corporal. Los síntomas del bejel son lesiones mucocutáneas y cutáneas, seguidas por gomas óseos y cutáneos. La frambesia causa periostitis y lesiones cutáneas. Las lesiones de la pinta están confinadas a la dermis. El diagnóstico es clínico y epidemiológico. El tratamiento se realiza con penicilina.