Los prolapsos de órganos pélvicos resultan de la laxitud (similar a las hernias) en los ligamentos, las fascias y los músculos que soportan los órganos de la pelvis (suelo pelviano, véase figura—Prolapsos de órganos pélvicos). La prevalencia del prolapso de los órganos pélvicos es difícil de determinar y el tratamiento se basa en los síntomas.
Los factores contribuyentes más frecuentes incluyen
Factores menos comunes incluyen malformaciones congénitas, aumento de la presión abdominal (p. ej., debido a ascitis, tumores abdominales o trastornos respiratorios crónicos), trastornos del nervio sacro y del tejido conectivo.
El prolapso de órganos pélvicos afecta varios sitios e incluye
El prolapso de la pared vaginal permite que los órganos circundantes protruyan en el espacio vaginal; los términos usados comúnmente incluyen cistoceles, uretroceles, enteroceles y rectoceles, dependiendo de su localización. En general, el prolapso se produce en varios sitios.