Cáncer de ovario, trompa uterina y peritoneo

PorPedro T. Ramirez, MD, Houston Methodist Hospital;
Gloria Salvo, MD, MD Anderson Cancer Center
Revisado/Modificado jul. 2022
Vista para pacientes

El cáncer de ovario a menudo es fatal porque en general está avanzado en el momento del diagnóstico. La histología más común (cáncer de ovario seroso epitelial de alto grado) se considera una entidad clínica única junto con el cáncer de las trompas uterinas (de Falopio) y peritoneal debido a las características clínicas compartidas. Los síntomas suelen estar ausentes o son inespecíficos. La evaluación en general incluye ecografía, TC o RM y la evaluación de los marcadores tumorales (p. ej., antígeno CA 125). El diagnóstico se alcanza mediante análisis histológico. La estadificación es quirúrgica. El tratamiento requiere histerectomía, salpingooforectomía bilateral, resección de todo el tejido comprometido posible (citorreducción) y, por lo general, quimioterapia.

En los Estados Unidos, el cáncer de ovario es el segundo cáncer ginecológico más común (afecta a alrededor de 1/70 mujeres). Es la quinta causa principal de muerte relacionadas con el cáncer en mujeres y, en los Estados Unidos causará alrededor de 19.880 casos nuevos y 12.810 muertes en 2022 (1). La incidencia es más alta en los países desarrollados.

Referencia general

  1. 1. American Cancer Society: Key Statistics for Ovarian Cancer. Accedido el 21/06/22.

Etiología del cáncer de ovario

El cáncer de ovario afecta principalmente a mujeres peri y posmenopáusicas.

El riesgo del cáncer de ovario aumenta por:

  • Antecedentes de cáncer de ovario en una familiar de primer grado

  • Nuliparidad

  • Retraso en la maternidad

  • Menarca temprana

  • Retraso en la menopausia

  • Antecedentes personales o familiares de cáncer de endometrio, mama o colon

El riesgo se reduce por

  • Uso de anticonceptivos orales

Se identifican alteraciones en la línea germinal en los genes del cáncer de mama 1 (BRCA1) y 2 (BRCA2) en el 14 al 18% de las pacientes con cáncer de ovario seroso de alto grado; 3% tienen mutaciones somáticas en BRCA (BRCAm) o inactivación por metilación (1). La deficiencia de la recombinación homóloga (que participa en la reparación del daño y la replicación del DNA) se detecta en alrededor de la mitad de las pacientes con cáncer de ovario seroso de alto grado (2).

Las mutaciones autosómicas dominantes en el gen BRCA se asocian con un riesgo de por vida del 50 al 85% de desarrollar cáncer de mama. Las mujeres con mutaciones en BRCA1 tienen un riesgo por vida del 20 a 40% de cáncer de ovario; el riesgo entre mujeres con mutaciones en BRCA2 aumenta est del 11 a 20%. La incidencia de estas mutaciones es mayor en personas con ascendencia judía asquenazí que en la población general. Las mutaciones en otros genes, incluyendo TP53, PTEN, STK11/LKB1, CDH1, CHEK2, ATM, MLH1, y MSH2, han sido asociados con cáncer de mama y/o cáncer de ovario hereditario.

En general, los cánceres de células germinales aparecen en mujeres de < 30. La digenesia gonadal XY predispone al cáncer de ovario de células germinales.

Referencias de la etiología

  1. 1. Cancer Genome Atlas Research Network: Integrated genomic analyses of ovarian carcinoma. Nature 474 (7353):609–615, 2011. doi: 10.1038/nature10166

  2. 2. Li X, Heyer WD: Homologous recombination in DNA repair and DNA damage tolerance. Cell Res 18 (1):99–113, 2008. doi: 10.1038/cr.2008.1

Patología del cáncer de ovario

Los cánceres de ovario son histológicamente diversos (véase tabla Tipos de cáncer de ovario).

La mayoría (90%) de los cánceres de ovario se desarrollan a partir de células epiteliales; el resto (tumores de células germinales, tumores del estroma del cordón sexual) se desarrollan a partir de otros tipos de células ováricas.

El carcinoma epitelial de ovario puede dividirse en cinco subtipos:

  • Seroso de alto grado

  • Seroso de bajo grado

  • Endometrioide

  • De células claras

  • Mucinoso

El carcinoma de ovario seroso de alto grado es el subtipo más frecuente (> 70%) de los carcinomas epiteliales y suelen manifestarse en una etapa avanzada. Los carcinomas epiteliales serosos de alto grado ováricos, de las trompas de Falopio y de los carcinomas peritoneales comparten la conducta clínica y el tratamiento. La mayoría de los carcinomas serosos de alto grado que se manifiestan como una masa ovárica o como enfermedad peritoneal se originan en las trompas uterinas, sobre la base de estudios en mujeres con mutaciones BRCA después de la salpingooforectomía bilateral para reducir el riesgo.

Los cánceres de ovario mucinosos tienen más probabilidades de manifestarse en el estadio I que otras histologías y representan casi el 27% de las pacientes con cáncer de ovario epitelial en estadio I.

Tabla

El cáncer de ovario se propaga por

  • Extensión directa

  • Exfoliación de células en la cavidad peritoneal (siembra peritoneal)

  • Diseminación linfática a la pelvis y alrededor de la aorta

  • Con menor frecuencia, se disemina por vía hematógena al hígado o los pulmones

Síntomas y signos del cáncer de ovario

El cáncer de ovario puede ser asintomático. Cuando los síntomas están presentes, son inespecíficos (p. ej., dispepsia, distensión, saciedad precoz, cambios en las deposiciones, polaquiuria). Luego en general aparecen dolor pelviano, anemia, caquexia e hinchazón abdominal debidos al agrandamiento del ovario o a ascitis.

Incidentalmente puede encontrarse una masa anexial, a menudo sólida, irregular y fija. Los exámenes pelviano y rectovaginal normalmente detectan una nodularidad difusa. Algunas mujeres se presentan con dolor abdominal intenso debido a la torsión de la masa ovárica.

Los tumores de células germinales o del estroma que producen hormonas pueden tener efectos funcionales (p. ej., hipertiroidismo, feminización, virilización).

Diagnóstico del cáncer de ovario

  • Ecografía (para los probables cánceres tempranos) o TC o RM (para los probables cánceres avanzados)

  • Marcadores tumorales (p. ej., antígeno de cáncer [CA] 125)

El cáncer de ovario debe descartarse en mujeres con los siguientes hallazgos:

  • Masas anexiales inexplicables

  • Meteorismo abdominal inexplicable

  • Cambios en el hábito intestinal

  • Pérdida de peso no intencional

  • Dolor abdominal inexplicable

Una masa ovárica es más probable que sea cáncer en las mujeres posmenopáusicas. En mujeres en edad reproductiva, los quistes funcionales benignos pueden simular un tumor funcional de las células germinales o del estroma.

En general, una masa pelviana más ascitis sugiere un cáncer de ovario, pero a veces puede indicar un síndrome de Meigs (un fibroma benigno con ascitis e hidrotórax derecho).

Estudios de diagnóstico por imágenes

Si se sospecha un cáncer temprano, primero se realiza una ecografía; los siguientes hallazgos sugieren cáncer:

  • Un componente sólido

  • Excrecencias en la superficie

  • Tamaño > 6 cm

  • Forma irregular

  • Baja resistencia vascular detectada por estudios de flujo Doppler transvaginales

Si se sospecha un cáncer avanzado (p. ej., por la ascitis, la distensión abdominal o la nodularidad o fijación detectadas durante el examen físico), en general se realiza una TC o una RM antes de la cirugía para determinar la extensión del cáncer.

Marcadores tumorales

Los marcadores tumorales para tumores no epiteliales (p. ej., tumores de células germinales, tumores del estroma) incluyen la subunidad beta de la gonadotropina coriónica humana (beta-hCG), la deshidrogenasa láctica (LDH), la alfa-fetoproteína y la inhibina; por lo general, se miden en pacientes jóvenes, que tienen mayor riesgo de estos cánceres. También se mide CA 125. En pacientes peri y posmenopáusicas, sólo se mide el CA 125 porque la mayoría de los cánceres de ovario en este grupo etario son tumores epiteliales. El CA 125 está elevado en el 80% de los cánceres de ovario epiteliales avanzados, pero puede estar dentro del rango normal en las primeras etapas. Puede estar levemente en la endometriosis, la enfermedad pelviana inflamatoria, el embarazo, los miomas, la inflamación peritoneal o los cánceres no ováricos peritoneales.

Una masa pelviana mixta sólida y quística en una mujer posmenopáusica, especialmente si el CA 125 está elevado, plantea la sospecha de un cáncer de ovario.

Histología

Una biopsia no se recomienda de rutina a menos que la paciente no sea una buena candidata para la cirugía, porque puede causar pérdida de células y estadificación del cáncer. Rara vez, cuando se realiza la biopsia, la muestra se obtiene mediante aguja en la parte sólida de la masa y la aspiración del líquido ascítico.

Cuando el tumor parece benigno en la ecografía, esta se repite después de 6 semanas y luego cada 3 a 6 meses hasta que se confirme que no se están desarrollando características malignas. Tales masas de apariencia benigna incluyen teratomas quísticos benignos (quistes dermoides), quistes foliculares y endometriomas. Los tumores de características indefinidas pueden requerir cirugía exploradora y salpingooforectomía unilateral para confirmar la histología.

Estadificación

El cáncer de ovario se estadifica quirúrgicamente (véase tabla Estadificación quirúrgica FIGO de cáncer de ovario, trompa uterina y peritoneo).

Tabla

Si se sospecha un cáncer en estadio temprano, la estadificación puede realizarse mediante laparoscopia o por cirugía laparoscópica asistida por robótica. De otra manera, se requiere una incisión mediana abdominal que permita un adecuado acceso al abdomen superior.

El procedimiento de estadificación incluye histerectomía y salpingooforectomía bilateral. Todas las superficies abdominales, los hemidiafragmas y las vísceras abdominales y pelvianas se inspeccionan y se palpan. Debe recogerse el lavado pelviano, de las goteras abdominales y de los recesos diafragmáticos, y realizar múltiples biopsias peritoneales en la pelvis central y lateral y el abdomen. Para los cánceres en estadios tempranos, se extirpa el epiplón infracólico y deben tomarse muestras de los ganglios pelvianos y paraaórticos. La biopsia del ganglio centinela no se realiza de manera sistemática en pacientes con cáncer de ovario.

Los cánceres también se clasifican histológicamente, y los cánceres epiteliales de ovario se clasifican en de bajo grado (grado 1) o de alto grado (grado 2 o 3).

Pronóstico del cáncer de ovario

En las mujeres con cáncer de ovario, las tasas de supervivencia a 5 años con el tratamiento son

  • Estadio I: 85 a 95%

  • Estadio II: 70 a 78%

  • Estadio III: 40 a 60%

  • Estadio IV: 15 a 20%

El pronóstico empeora cuando el grado tumoral es más alto o cuando la cirugía no puede extirpar todo el tejido macroscópicamente comprometido; en esos casos, el pronóstico mejora cuando el tejido comprometido se reduce a < 1 cm de diámetro o idealmente hasta una cantidad microscópica (cirugía de citorreducción).

El cáncer de ovario en estadio III o IV tiene una tasa de recurrencia de alrededor del 70%.

Tratamiento del cáncer de ovario

  • En general, histerectomía con salpingooforectomía bilateral

  • Cirugía citorreductora

  • En general, quimioterapia posoperatoria, a menudo con carboplatino y paclitaxel

(See also National Comprehensive Cancer Network (NCCN): NCCN Clinical Practice Guidelines in Oncology: Ovarian Cancer.)

El tratamiento del cáncer de ovario, las trompas uterinas y el peritoneo se basa en el estadio, el grado y la histología:

  • Para los tumores de ovario en estadio IA o IB (confinados al ovario) y/o tumores endometrioides de grado 1, el pronóstico es excelente (supervivencia del 90%) después de la cirugía aislada.

  • Para los pacientes con estadios IC, II, grado 3 o histología de células claras, se recomienda el tratamiento quimioterápico adyuvante (p. ej., con carboplatino y paclitaxel).

  • Para el estadio III o IV, la citorreducción quirúrgica primaria seguida de quimioterapia sistémica es el tratamiento tradicional. La quimioterapia neoadyuvante seguida de cirugía citorreductora es la opción preferida para los pacientes que no son candidatos para la resección quirúrgica (debido a la localización y el volumen del cáncer o debido a comorbilidades).

Suele indicarse histerectomía y salpingooforectomía bilateral, pero puede considerarse la preservación de la fertilidad mediante la conservación del ovario y el útero no afectados cuando se trata un cáncer de ovario no epitelial o epitelial de bajo gradi unilateral en estadio I en pacientes jóvenes.

Las posibles indicaciones para la quimioterapia neoadyuvante incluyen uno o más de los siguientes:

  • Metástasis hepáticas múltiples

  • Adenopatías en la vena porta hepática

  • Ganglios linfáticos para-aórticos suprarrenales

  • Enfermedad mesentérica difusa

  • Evidencia de afectación pulmonar pleural o del parénquima

En un ensayo aleatorizado de gran envergadura, la quimioterapia neoadyuvante seguida de cirugía produjo menor morbilidad perioperatoria que la cirugía primaria seguida de quimioterapia y tasas de supervivencia a largo plazo similares (1).

Estadificación quirúrgica y citorreducción

El procedimiento quirúrgico para los cánceres de ovario, trompas uterinas y peritoneo incluye estadificación y citorreducción (si es posible se extirpa todo el tejido visiblemente afectado en forma quirúrgica). La citorreducción se asocia con un mayor tiempo de supervivencia; el volumen de enfermedad residual que queda después de la citorreducción se correlaciona inversamente con el tiempo de supervivencia.

La cirugía citorreductora para el cáncer de ovario generalmente incluye

  • Omentectomía supracólica, a veces con resección rectosigmoidea (en general con reanastomosis primaria)

  • Disección peritoneal radical en bandas

  • Resección del peritoneo diafragmático o esplenectomía

La citorreducción puede ser

  • Completo: citorreducción para lograr la ausencia de enfermedad visible macroscópicamente

  • Óptimo: citorreducción con enfermedad residual que es ≤ 1 cm de diámetro máximo del tumor, según lo definido por el Grupo de Oncología Ginecológica

  • Subóptima: citorreducción con persistencia de algún nódulo tumoral visible > 1 cm

Debido a que la citorreducción se asocia con una mayor supervivencia, es importante poder predecir cuándo se puede hacer una citorreducción para eliminar la enfermedad residual macoscópica, pero hacerlo es difícil; no hay criterios uniformes.

La citorreducción óptima es menos probable si los pacientes tienen lo siguiente:

  • Estado de rendimiento pobre

  • Edad > 60 años

  • Estado físico 3 o 4 de la American Society of Anesthesiologists

  • Comorbilidades médicas

  • Estado nutricional malo

  • Enfermedad extraabdominal

  • Gran volumen tumoral

  • Compromiso del intestino grueso

  • Metástasis a los ganglios linfáticos retroperitoneales por encima de los vasos renales y > 1 cm en la dimensión más grande

  • Compromiso del parénquima hepático

  • Un CA 125 preoperatorio > 500 U/mL

La puntuación de Fagotti, basada en 7 hallazgos laparoscópicos, puede ayudar a predecir la probabilidad de una citorreducción óptima en pacientes con cáncer de ovario avanzado. Este sistema de puntuación asigna un valor de 0 o 2 dependiendo de si la enfermedad está presente en ciertas ubicaciones. Si los pacientes obtienen una puntuación ≥ 10, la citorreducción óptima es muy poco probable. Si obtienen una puntuación < 10, se los considera candidatos para cirugía citorreductora (2).

La laparoscopia diagnóstica previa a la laparotomía puede evitarles a los pacientes una laparotomía innecesaria, que daría como resultado una citorreducción subóptima. La laparoscopia permite a los médicos hacer una biopsia de tejido, hacer un diagnóstico definitivo y analizar la muestra de biopsia. En consecuencia, las pacientes que no son candidatas a citorreducción pueden comenzar la quimioterapia antes. Los hallazgos laparoscópicos que indican que la citorreducción óptima es poco probable incluyen

  • Torta omental

  • Carcinomatosisperitoneal o diafragmática extensa

  • Retracción mesentérica

  • Infiltrado intestinal y gástrico

  • Metástasis superficial del bazo y/o hígado

Quimioterapia sistémica o intraperitoneal

En la mayoría de las pacientes con cáncer de ovario recién diagnosticado, la enfermedad se ha diseminado en forma amplia por todo el peritoneo; por lo tanto, el tratamiento implica uno de los siguientes (véase tabla Tratamiento posoperatorio del cáncer de ovario según el estadio y el tipo):

  • Estadificación y citorreducción, seguidos por 6 ciclos de quimioterapia IV

  • 3 ciclos de quimioterapia neoadyuvante, seguidos de cirugía y 3 ciclos más de quimioterapia

La quimioterapia estándar consiste en 6 cursos de paclitaxel y carboplatino. Pueden usarse otros fármacos quimioterápicos según las características del paciente.

En ciertos pacientes con mayor riesgo de recurrencia (p. ej., aquellos que tienen derrames pleurales o ascitis y no tienen una mutación en BRCA), el agregado de bevacizumab a la quimioterapia y su continuación como terapia de mantenimiento es una opción.

Las enzimas PARP (poliadenosina difosfato-ribosa polimerasa) son esenciales para la reparación de roturas monocatenarias en el DNA. La inhibición de las enzimas PARP produce roturas monocatenarias persistentes, que causan roturas bicatenarias durante la replicación del DNA y finalmente conducen a la muerte de las células tumorales.

En varios ensayos clínicos, un inhibidor de la PARP (PARPi) después de la quimioterapia mejoró la supervivencia libre de progresión en mujeres con cáncer de ovario endometrioide seroso o de alto grado que completaron la quimioterapia de primera línea, incluso si no tienen una mutación en BRCA1 o BRCA2 (3, 4, 5, 6).

Dos ensayos controlados con placebo evaluaron la terapia de mantenimiento con un PARPi en pacientes que respondieron a la terapia con platino de primera línea. El estudio SOLO1 evaluó el olaparib en pacientes con BRCAm en células somáticas y en la línea germinal (7), y el estudio PRIMA/ENGOT-Ov26 evaluó el niraparib en pacientes con cáncer de ovario avanzado recién diagnosticado (no limitado a portadoras de BRCAm [4]).

El ensayo VELIA incluyó pacientes con carcinoma de ovario seroso de alto grado en estadio III o IV no tratado previamente. Este ensayo de tres ramas comparó la quimioterapia convencional sola versus la quimioterapia convencional más veliparib versus la quimioterapia convencional con veliparib seguida de terapia de mantenimiento con veliparib (3). La supervivencia libre de progresión fue mayor con quimioterapia con veliparib más terapia de mantenimiento con veliparib.

Se ha sugerido la quimioterapia intraperitoneal con un catéter como alternativa a la quimioterapia IV. Durante la quimioterapia intraperitoneal se administran los fármacos quimioterápicos directamente en la superficie peritoneal y, por lo tanto, se elimina la enfermedad microscópica residual. En el cáncer de ovario en estadio avanzado, el tratamiento combinado con quimioterapia IV e intraperitoneal parece prolongar la supervivencia global después de la cirugía citorreductora primaria (8). Este enfoque no está exento de complicaciones; las complicaciones relacionadas con el catéter pueden limitar su uso (9).

La administración directa de quimioterapia en la cavidad abdominal en condiciones de hipertermia (HIPEC) durante la operación después de la citorreducción se ha utilizado en pacientes con cáncer de colon y está en estudio para el cáncer de ovario. El beneficio potencial de la HIPEC es el aumento de la sensibilidad a la quimioterapia al afectar la reparación del DNA, inducir la apoptosis y activar las proteínas de choque térmico.

Tabla

Aunque la quimioterapia tenga una completa respuesta clínica (es decir, examen físico normal, CA 125 sérico normal, TC de abdomen y pelvis negativa), alrededor del 50% de las pacientes con cánceres estadios III o IV tienen tumor residual. De aquellas con elevación persistente del CA 125, el 90 al 95% tiene tumor residual.

Enfermedad recurrente

La recurrencia del cáncer de ovario puede detectarse serológicamente con marcadores tumorales (p. ej., CA 125) y/o con signos radiológicos de progresión. El tratamiento de la recurrencia depende del tiempo entre la finalización del tratamiento basado en platino y la detección de la recurrencia (intervalo libre de platino [ILP]):

  • Un ILP ≥ 6 meses sugiere una enfermedad sensible al platino.

  • Un ILP < 6 meses sugiere una enfermedad resistente al platino.

El tratamiento principal para las pacientes con cáncer de ovario recurrente ha sido la terapia sistémica. Si el cáncer recidiva o progresa después de una quimioterapia efectiva, ésta puede reiniciarse. Agentes útiles para el cáncer de ovario son la doxorrubicina liposómica, el docetaxel, el paclitaxel, la gemcitabina, el bevacizumab, y una combinación de ciclofosfamida mas bevacizumab o de gemcitabina mas cisplatino (10). La terapia dirigida con agentes biológicos está en estudio.

Si el cáncer de ovario sensible al platino recidiva, se utiliza un inhibidor de la PARP (olaparib, niraparib o rucaparib) para la terapia de mantenimiento (11, 12).

Los ensayos aleatorizados sobre cirugía citorreductora secundaria en pacientes con cáncer de ovario sensible al platino han obtenido resultados variables. Varios ensayos compararon la citorreducción quirúrgica seguida de quimioterapia con la quimioterapia sola. En un ensayo (GOG-0213), el tiempo de supervivencia global no aumentó, pero en otros ensayos, hubo aumentos significativos en el tiempo de supervivencia global (en DESKTOP III, 53,7 frente a 46,0 meses) o en el tiempo de supervivencia libre de progresión (en SOC-1, 17,4 frente a 11,9 meses [13, 14, 15]).

Referencias del tratamiento

  1. 1. Vergote I, Tropé CG, Amant F, et al; Neoadjuvant chemotherapy or primary surgery in stage IIIC or IV ovarian cancer. N Engl J Med 2010;363 (10):943–953, 2010. doi:10.1056/ NEJMoa0908806

  2. 2. Petrillo M, Vizzielli G, Fanfani F, et al: Definition of a dynamic laparoscopic model for the prediction of incomplete cytoreduction in advanced epithelial ovarian cancer: Proof of a concept. Gynecol Oncol. 139 (1):5–9, 2015. doi:10.1016/j.ygyno.2015.07.095 Epub 2015 Jul 18.

  3. 3. Coleman RL, Fleming GF, Brady MF, et al: Veliparib with first-line chemotherapy and as maintenance therapy in ovarian cancer. N Engl J Med 381 (25):2403–2415, 2019. doi: 10.1056/NEJMoa1909707 Epub 2019 Sep 28.

  4. 4. González-Martín A, Pothuri B, Vergote I, et al: Niraparib in patients with newly diagnosed advanced ovarian cancer. N Engl J Med 381 (25):2391–2402, 2019. doi: 10.1056/NEJMoa1910962 Epub 2019 Sep 28.

  5. 5. Ray-Coquard I, Pautier P, Pignata S, et al: Olaparib plus bevacizumab as first-line maintenance in ovarian cancer. N Engl J Med 381 (25):2416–2428, 2019. doi: 10.1056/NEJMoa1911361

  6. 6. Moore K, Colombo N, Scambia G, et al: Maintenance olaparib in patients with newly diagnosed advanced ovarian cancer. N Engl J Med 379 (26):2495–2505, 2018. doi: 10.1056/NEJMoa1810858 Epub 2018 Oct 21.

  7. 7. Banerjee S, Moore KN, Colombo N, et al: Maintenance olaparib for patients with newly diagnosed advanced ovarian cancer and a BRCA mutation (SOLO1/GOG 3004): 5-year follow-up of a randomised, double-blind, placebo-controlled, phase 3 trial. Lancet Oncol 22 (12):1721–1731, 2021. doi: 10.1016/S1470-2045(21)00531-3 Epub 2021 Oct 26

  8. 8. Armstrong DK, Bundy B, Wenzel L, et al: Intraperitoneal cisplatin and paclitaxelin in ovarian cancer. N Engl J Med 354:34–43, 2006. doi: 10.1056/NEJMoa052985

  9. 9. Wright AA, Cronin A, Milne DE, et al: Use and effectiveness of intraperitoneal chemotherapy for treatment of ovarian cancer. J Clin Oncol 33:2841–2847, 2015. doi: 10.1200/JCO.2015.61.4776

  10. 10. Zsiros E, Lynam S, Attwood KM, et al: Efficacy and safety of pembrolizumab in combination with bevacizumab and oral metronomic cyclophosphamide in the treatment of recurrent ovarian cancer: A phase 2 nonrandomized clinical trial. JAMA Oncol 7 (1):78–85, 2021. doi: 10.1001/jamaoncol.2020.5945

  11. 11. Ledermann J, Harter P, Gourley C, et al: Olaparib maintenance therapy in platinum-sensitive relapsed ovarian cancer. N Engl J Med 366 (15):1382–1392, 2012. doi: 10.1056/NEJMoa1105535 Epub 2012 Mar 27.

  12. 12. Pujade-Lauraine E, Ledermann JA, Selle F, et al: Olaparib tablets as maintenance therapy in patients with platinum-sensitive, relapsed ovarian cancer and a BRCA1/2 mutation (SOLO2/ENGOT-Ov21): A double-blind, randomised, placebo-controlled, phase 3 trial. Lancet Oncol 18 (9):1274–1284, 2017. doi: 10.1016/S1470-2045(17)30469-2 Epub 2017 Jul 25.

  13. 13. Coleman RL, Spirtos NM, Enserro D, et al: Secondary surgical cytoreduction for recurrent ovarian cancer. N Engl J Med 381 (20):1929–1939, 2019. doi: 10.1056/NEJMoa1902626

  14. 14. Harter P, Sehouli J, Vergote I, et al: Randomized trial of cytoreductive surgery for relapsed ovarian cancer. N Engl J Med 385 (23):2123–2131, 2021. doi: 10.1056/NEJMoa2103294

  15. 15. Shi T, Zhu J, Feng Y, et al: Secondary cytoreduction followed by chemotherapy versus chemotherapy alone in platinum-sensitive relapsed ovarian cancer (SOC-1): A multicentre, open-label, randomised, phase 3 trial. Lancet Oncol 22 (4):439–449, 2021. doi: 10.1016/S1470-2045(21)00006-1 Epub 2021 Mar 8.

Prevención del cáncer de ovario

Para pacientes con mutaciones genéticas de BRCA1 o BRCA2, el riesgo de cáncer de ovario, y en menor grado el de mama, se reduce si se realiza una salpingooforectomía bilateral profiláctica una vez alcanzada la maternidad deseada. Las pacientes con mutaciones de los genes BRCA1 o BRCA2 deben derivarse a un oncólogo ginecólogo para asesoramiento.

Cribado

No hay una prueba de detección para el cáncer de ovario. Sin embargo, las mujeres con riesgo hereditario conocido, como aquellos con mutaciones de BRCA, deben controlarse en forma estrecha.

Aunque los datos de grandes ensayos indican que el CA 125 tiene una alta especificidad (hasta el 99,9% en un estudio), la sensibilidad es sólo moderada (71% en un estudio), y el valor predictivo positivo es bajo; por lo tanto, el CA 125 no se recomienda como una prueba de detección para mujeres con riesgo promedio, asintomáticas.

El cribado multimodal se ha estudiado, pero no se ha determinado que sea eficaz. Un ensayo aleatorizado de gran envergadura comparó el cribado multimodal anual (CA 125, ecografía transvaginal [TVUS]) con la falta de cribado. Tras una mediana de seguimiento de 16,3 años, el cribado multimodal detectó más mujeres con cáncer de ovario o de trompas uterinas en estadio temprano; sin embargo, no hubo una reducción significativa en las muertes por cáncer de ovario o de trompas uterinas (1).

La mayoría de los cánceres de mama y de ovario son esporádicos; sólo alrededor del 6% de los casos de cáncer de mama y el 15% de los casos de cáncer de ovario son causados por mutaciones en genes BRCA. Sin embargo, la evaluación para detectar un síndrome de cáncer hereditario debe considerarse en todas las mujeres con diagnóstico de cáncer de ovario, trompas uterinas (de Falopio) o peritoneal, y debe incluir una evaluación del riesgo genético. Una mutación en BRCA1 o BRCA2 en la línea germinal o somática puede afectar el tratamiento y la terapia de mantenimiento. Deben obtenerse antecedentes personales y familiares detallados de otros cánceres para identificar a las mujeres que tienen más probabilidades de tener un síndrome de cáncer hereditario (p. ej., uno que involucque muraciones en BRCA1 o BRCA2, síndrome de Lynch [cáncer colorrectal no poliposo hereditario]).

Las mujeres deben ser estudiadas en busca de anomalías en los genes BRCA si tienen antecedentes familiares en cualquiera de los siguientes casos:

  • Diagnóstico de cáncer de ovario en una pariente de primer grado antes de los 40 años

  • Diagnóstico de cáncer de mama o de ovario en un solo pariente de primer grado si uno de los cánceres es diagnosticado antes de los 50 años

  • Dos casos de cáncer de ovario en parientes de primero y segundo grado de la misma rama de la familia

  • Dos casos de cáncer de mama y un caso de cáncer de ovario en parientes de primero y segundo grado de la misma rama de la familia

  • Un caso de cáncer de mama y uno de cáncer de ovario en parientes de primer y segundo grado de la misma rama de la familia si el cáncer de mama se diagnosticó antes de los 40 años o el de ovario se diagnosticó antes de los 50

  • Dos cánceres de mama en parientes de primero y segundo grado de la misma rama de la familia si ambos casos se diagnosticaron antes de los 50 años

  • Dos casos de cáncer de mama en parientes de primer y segundo grado de la misma rama de la familia si uno se diagnosticó antes de los 40 años

Además, en las mujeres asquenazíes que tienen un miembro de la familia con cáncer de mama diagnosticado antes de los 50 o una familiar con cáncer de ovario, deben considerarse los estudios de cribado para anormalidades en el gen BRCA.

Referencia de la prevención

  1. 1. Menon U, Gentry-Maharaj A, Burnell M, et al : Ovarian cancer population screening and mortality after long-term follow-up in the UK Collaborative Trial of Ovarian Cancer Screening (UKCTOCS): A randomised controlled trial. Lancet 397 (10290):2182–2193, 2021. doi: 10.1016/S0140-6736(21)00731-5 Epub 2021 May 12.

Conceptos clave

  • El cáncer de ovario afecta mayoritariamente a mujeres posmenopáusicas y perimenopáusicas; la nuliparidad, los embarazos tardíos, la menarca temprana, la menopausia tardía y ciertos marcadores genéticos (mutaciones de BRCA) incrementan el riesgo.

  • Los síntomas (p. ej., dispepsia, meteorismo, saciedad temprana, dolores cólicos, dolor de espalda) son inespecíficos.

  • Si se sospecha cáncer, primero se debe indicar ecografía (a veces seguida por TC o RM) y medir marcadores tumorales (p. ej., CA 125).

  • Por lo general, el tratamiento consiste en estadificación quirúrgica (que incluye histerectomía, salpingooforectomía bilateral, lavados pélvicos y biopsia peritoneal) y cirugía citorreductora seguida de quimioterapia (p. ej., carboplatino, paclitaxel y bevacizumab).

  • El cribado eficaz no está disponible para las mujeres con riesgo promedio; se debe evaluar a las mujeres con alto riesgo (p. ej., mutaciones en BRCA) con ecografía y/o CA 125.

Más información

El siguiente es un recurso en inglés que puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de este recurso.

  1. National Cancer Institute: Ovarian, Fallopian Tube, and Primary Peritoneal Cancer: este sitio web proporciona enlaces a información sobre causas, genética, prevención y tratamiento del cáncer de ovario, trompas uterinas (de Falopio) y cáncer peritoneal primario, así como enlaces a información sobre pruebas de cribado, estadísticas y cuidados paliativos.

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