(Véase también Generalidades sobre las infecciones bacterianas de la piel).
El eritrasma es similar a la tiña y al intertrigo. Afecta con mayor frecuencia el pie, donde se manifiesta con una descamación superficial, fisuras y maceración, típicamente confinados a los espacios interdigitales tercero y cuarto. El eritrasma inguinal se manifiesta con lesiones en parches de bordes irregulares pero bien delimitados, de color rosado o amarronado, con descamación fina. También puede comprometer las axilas y los pliegues submamarios o abdominales, y el perineo, sobre todo en mujeres obesas de mediana edad y en pacientes con diabetes.
El eritrasma presenta una fluorescencia con un color rojo coral característico bajo la lámpara de Wood debido a la producción de porfirina por la bacteria causal. La ausencia de hifas en los raspados cutáneos también permite diferenciarlo de la tiña.
El tratamiento del eritrasma consiste en una sola dosis de claritromicina por vía oral de 1 g. Uno o dos tratamientos (80 J/cm2) de luz roja de banda ancha (635 nm) han tenido éxito en una pequeña serie de casos. La eritromicina, la clindamicina o la mupirocina al 2% tópicas también son eficaces. Las recidivas son frecuentes.