El aparato de la deglución está formado por la faringe, el esfínter esofágico superior (cricofaríngeo), el cuerpo del esófago y el esfínter esofágico inferior (EEI). El tercio superior del esófago y las estructuras proximales a éste están compuestas por músculo esquelético; el segmento distal del esófago y el EEI, por músculo liso. Estos componentes actúan como un sistema integrado que transporta material de la boca al estómago e impide su reflujo hacia el esófago. La obstrucción física o los trastornos que interfieren con la función motora (trastornos de la motilidad esofágica) pueden afectar el sistema.
La anamnesis del paciente sugiere el diagnóstico casi el 80% de las veces. En los trastornos esofágicos, los únicos hallazgos físicos son adenopatías cervicales y supraclaviculares causadas por metástasis, tumefacciones del cuello causadas por grandes divertículos faríngeos o tiroideomegalia, con placas blancas en la cara posterior de la orofaringe causadas por una infección por Candida y prolongación del tiempo de deglución (el tiempo transcurrido desde la acción de deglutir hasta el sonido del bolo de líquido y aire que ingresa en el estómago —normalmente ≤ 12 segundos— auscultado con el estetoscopio sobre el epigastrio). Observar al paciente mientras deglute puede ayudar a diagnosticar una aspiración o regurgitación nasal. La mayoría de los trastornos esofágicos requieren pruebas específicas para el diagnóstico.
Los trastornos esofágicos y de la deglución incluyen los siguientes:
(Ver también Cáncer de esófago y ver Atresia esofágica).