Como las aminotransferasas y la fosfatasa alcalina forman parte de los paneles habituales de pruebas de laboratorio, los valores anormales suelen detectarse en pacientes sin síntomas o signos de hepatopatía. En estos pacientes, el médico debe determinar los antecedentes de la exposición a posibles toxinas hepáticas, como por ejemplo alcohol, drogas de venta bajo receta y de venta libre, tés y medicamentos naturales, así como también exposiciones laborales o a otros productos químicos.
(Véase también Evaluación del paciente con un trastorno hepático y Pruebas de laboratorio del hígado y la vesícula biliar.)
Aminotransferasas
Los aumentos leves de las concentraciones de alanina aminotransferasa (ALT) o aspartato aminotransferasa (AST) (< 2 veces los valores normales) podrían requerir solo la repetición de las pruebas y se resuelven en alrededor de una tercera parte de los pacientes. Si se detectan alteraciones en otras pruebas de laboratorio, alteraciones graves o que persisten en las pruebas subsiguientes, deben indicarse otras evaluaciones, como se describirá a continuación:
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Debe considerarse el hígado graso, que muchas veces puede reconocerse en forma clínica.
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Debe solicitarse serología para hepatitis B y C.
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En los pacientes > 40, debe investigarse hemocromatosis.
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En los pacientes < 30 años, debe buscarse enfermedad de Wilson.
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En la mayoría de los pacientes, en especial en las mujeres jóvenes o de edad mediana, deben buscarse enfermedades autoinmunitarias.
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En los pacientes de alto riesgo, debe evaluarse la presencia de malaria y esquistosomiasis.
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La mayoría de los pacientes, especialmente aquellos con enfermedad pulmonar obstructiva, deben ser examinados para identificar una deficiencia de alfa-1 antitripsina.
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En la mayoría de los pacientes debe buscarse enfermedad celíaca.
Si la evaluación no revela la causa, podría justificarse la realización de una biopsia hepática.
Fosfatasa alcalina
La elevación aislada de las concentraciones de fosfatasa alcalina en un paciente asintomático requiere que se confirme su origen hepático a través de la demostración de un aumento de la concentración de 5´-nucleotidasa o gamma‑glutamil transpeptidasa. Si se confirma el origen hepático, debe indicarse un estudio de diagnóstico por imágenes del hígado, en general ecografía o resonancia magnética. Si no se identifican alteraciones estructurales en estos estudios, es posible que el paciente presente una colestasis intrahepática, que podría sospecharse debido al antecedente de exposición a fármacos o toxinas. También deben tenerse en cuenta las enfermedades invasoras y las metástasis hepáticas (p. ej., de cáncer de colon). En las mujeres, deben solicitarse anticuerpos antimitocondriales para identificar una colangitis biliar primaria. Las elevaciones persistentes de causa desconocida o la sospecha de colestasis intrahepática justifican considerar la indicación de una biopsia hepática.