La disfunción de algunos nervios craneanos puede afectar el ojo, la pupila, el nervio óptico o los músculos extraoculares y sus nervios; por lo tanto, pueden ser considerados trastornos de los nervios craneanos o neurooftalmológicos. Los trastornos neurooftalmológicos también pueden incluir la disfunción de las vías centrales que controlan e integran el movimiento ocular y la visión. Los trastornos de los nervios craneanos también pueden involucrar disfunción del olfato, la visión, las masticación, la sensibilidad o la expresión facial, el gusto, la audición, el equilibrio, la deglución, la fonación, el giro de la cabeza y la elevación del hombro o los movimientos de la lengua (véase tabla Nervios craneales). Pueden afectarse uno o más nervios craneanos.