No se ha determinado aún cuál es la mejor dieta para las personas mayores. Sin embargo, puede resultarles beneficioso cambiar algunos aspectos de la dieta basándose en la forma en que el cuerpo cambia al envejecer. No se requieren cambios en algunos nutrientes, como los hidratos de carbono y las grasas.
Las personas mayores son más propensas a padecer trastornos o tomar medicamentos que pueden cambiar las necesidades nutricionales del cuerpo o su capacidad para satisfacerlas. Ciertas enfermedades y fármacos disminuyen el apetito o interfieren en la absorción de nutrientes. Cuando acuden al médico, han de preguntarle si los trastornos que tienen o los medicamentos que toman afectan de algún modo a la nutrición. |