Edad y salud: practicar ejercicio físico con seguridad

La mayoría de las personas mayores pueden realizar ejercicio de manera segura. El ejercicio incluso contribuye a aliviar algunas enfermedades, como la hipertensión arterial y la diabetes. Sin embargo, estas personas deben consultar a su médico antes de comenzar un programa de ejercicios.

Estos programas deben incluir actividades para fomentar la flexibilidad y agilidad, así como ejercicios de fortalecimiento y acondicionamiento aeróbico. Las personas mayores suelen sufrir más lesiones que los jóvenes que participan en el mismo deporte. El calzado y un equipo adecuado son importantes.

La actividad se tiene que empezar de forma gradual y aumentarla poco a poco. Igual que a cualquier edad, un buen calentamiento es fundamental para reducir la posibilidad de lesiones. El envejecimiento produce una disminución de la flexibilidad por cambios en el tejido conjuntivo. Las personas mayores también son más propensas a padecer artrosis, lo que disminuye aún más la flexibilidad. La falta de flexibilidad implica que las articulaciones sufran mayor tensión durante el ejercicio, en lugar de propagarla a los tejidos circundantes, como los músculos cercanos. Esta tensión puede dañar las articulaciones gradualmente. El calentamiento adicional y los ejercicios de flexibilidad ayudan a evitar las lesiones.

Los corredores de mayor edad sufren las mismas lesiones deportivas relacionadas que los más jóvenes. También son más propensos a las caídas. A menudo, el equilibrio se deteriora en las personas mayores, por lo que los deportistas mayores deben añadir ejercicios de equilibrio en sus entrenamientos. La deshidratación puede llevar a episodios de confusión, lo que puede provocar caídas en personas mayores.