La vulva es la zona situada alrededor de la abertura de la vagina que contiene los órganos genitales externos femeninos.
Causas
La vulvitis puede ser consecuencia de
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Reacciones alérgicas a sustancias que entran en contacto con la vulva (como jabones, telas, perfumes y baños de burbujas)
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Trastornos de la piel (como la dermatitis)
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Infecciones, entre ellas las infecciones por levaduras y enfermedades de transmisión sexual (como el herpes)
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Infestación con piojos púbicos (un trastorno denominado pediculosis del pubis)
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Irritación causada por la orina o las heces, si se mantienen en contacto con la vulva (como puede suceder en mujeres que tienen incontinencia o están postradas en cama).
El contacto con la orina y las heces a veces causa vulvitis crónica.
En las niñas, las infecciones de la vagina también pueden afectar a la vulva. Estas infecciones pueden deberse a bacterias provenientes del ano o a otras bacterias.
Síntomas
Diagnóstico
El médico examina la vulva para comprobar si hay enrojecimiento y alteraciones en la piel y verifica si existe secreción de la vagina. También hacen preguntas relacionadas con la secreción vaginal (si existe), con las posibles causas de los síntomas y con la higiene.
El médico suele hacer un examen pélvico para comprobar la existencia de otras infecciones y, si existe secreción, se examina al microscopio. El médico también puede utilizar un hisopo para tomar una muestra de líquido del cuello uterino. La muestra se examina para detectar enfermedades de transmisión sexual.
Tratamiento
Se pueden ensayar diversos tratamientos para la vulvitis. Entre estos factores se incluyen los siguientes
Si una vulvitis crónica no responde al tratamiento, por lo general se realiza una biopsia para detectar la causa, como trastornos de la piel de la vulva (distrofias vulvares, como liquen escleroso o hiperplasia de células escamosas) y cáncer.