Los hemangiomas infantiles son lesiones vasculares sobreelevadas, de color azulado o rojizo e hiperplásicas que aparecen durante el primer año de vida. La mayoría de las lesiones se resuelven espontáneamente; deben tratarse cuando obstruyen la visión, la vía aérea u otras estructuras. El tratamiento ideal varía en función de muchos factores específicos del paciente.
El hemangioma infantiles es el tumor más frecuente en la lactancia afecta al 5 a 10% de los lactantes de hasta 1 año de vida (1). Un hemangioma infantil ocurre casi siempre durante las primeras semanas de vida; en ocasiones, las lesiones más profundas pueden no ser evidentes hasta meses después del nacimiento. El tamaño y la vascularidad aumentan rápidamente, alcanzando el 80% de su tamaño final a los 3 meses de edad; la mayoría de los hemangiomas habrán completado su crecimiento a los 5 meses de edad (2). La mayoría de los hemangiomas profundos crecen entre 0,5 y 5 cm de diámetro, aunque a veces crecen mucho más.
Los hemangiomas infantiles pueden clasificarse según su aspecto general (superficiales, profundos o cavernosos) o por otras características (p. ej., hemangioma en fresa o frutilla). Sin embargo, como todas estas lesiones comparten la fisiopatología y la historia natural, se prefiere el término inclusivo "hemangioma infantil".
Referencias
1. Tiemann L, Hein S: Infantile hemangioma: A review of current pharmacotherapy treatment and practice pearls. J Pediatr Pharmacol Ther 25(7):586-599, 2020. doi: 10.5863/1551-6776-25.7.586
2. Krowchuk DP, Frieden IJ, Mancini AJ, et al. Clinical Practice Guideline for the Management of Infantile Hemangiomas. Pediatrics. 2019;143(1):e20183475. doi:10.1542/peds.2018-3475
Signos y síntomas de los hemangiomas infantiles
La apariencia de las lesiones cutáneas varía según la profundidad: las superficiales son rojo brillante, y las más profundas son azuladas. Un traumatismo menor puede provocar sangrado o incluso ulceración dolorosa.
En ciertas ubicaciones, los hemangiomas infantiles pueden interferir con las funciones fisiológicas. Por ejemplo, las lesiones en la cara o en la bucofaringe pueden interferir con la visión u obstruir las vías aéreas; las que están cerca del meato urinario o el ano, pueden hacerlo con la evacuación. La presencia de un hemangioma periocular en un lactante es una emergencia y debe ser tratado con rapidez para evitar defectos visuales permanentes. Los hemangiomas lumbosacros pueden ser un signo de anomalías neurológicas o urogenitales subyacentes (1, 2).
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Las lesiones involucionan lentamente a partir de los 12 a 18 meses, con disminución del tamaño y la vascularización. Muchos hemangiomas infantiles regresan espontáneamente dentro de los primeros 3 a 5 años de vida. Las lesiones involucionadas tienen un color amarillento o telangiectásico y una textura arrugada o laxa. Los cambios residuales siempre son proporcionales al tamaño y la vascularización máximos de la lesión.
Referencias de los signos y síntomas
1.Girard C, Bigorre M, Guillot B, Bessis D. PELVIS Syndrome. Arch Dermatol. 2006;142(7):884-888. doi:10.1001/archderm.142.7.884
2. Iacobas I, Burrows PE, Frieden IJ, et al. LUMBAR: association between cutaneous infantile hemangiomas of the lower body and regional congenital anomalies. J Pediatr. 2010;157(5):795-801.e8017. doi:10.1016/j.jpeds.2010.05.027
Diagnóstico de los hemangiomas infantiles
Principalmente examen físico
El diagnóstico de los hemangiomas infantiles es clínico; la extensión puede evaluarse por RM si las lesiones parecen comprometer estructuras vitales.
Tratamiento de los hemangiomas infantiles
Para las lesiones superficiales o no complicadas que requieren tratamiento, posiblemente glucocorticoides tópicos o intralesionales o beta-bloqueantes tópicos (1)
Para las lesiones complicadas o de alto riesgo que requieren tratamiento, propranolol por vía oral (2)
Medidas generales de cuidado para las heridas en las lesiones ulceradas
Por lo general, se evita la cirugía
Dado que la mayoría de las lesiones se resuelven espontáneamente, se indica observación antes de iniciar el tratamiento.
No se emitió una recomendación universal para el tratamiento del hemangioma infantil (3). La American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) recomienda que el tratamiento se individualice en función de la ubicación, el tamaño y la gravedad de las lesiones. El tratamiento debe considerarse para las lesiones complicadas o de alto riesgo, es decir, aquellas que:
Amenazan la vida
Amenazan la función (p. ej., la visión)
Involucran grandes áreas de la cara
Están distribuidos en la zona de la barba
Son ulceradas
Son múltiples
Son lumbosacras
Los tratamientos tópicos y el cuidado de las heridas resultan adecuados para lesiones ulceradas y ayudan a prevenir la formación de cicatrices, el sangrado o el dolor. Pueden usarse compresas, mupirocina o metronidazol tópicos, vendajes de barrera (en general, vendajes de película de poliuretano o gasas impregnadas en vaselina) o cremas de barrera para prevenir la infección y/o reducir la colonización.
A menos que las complicaciones sean potencialmente fatales o haya compromiso de órganos vitales, debe evitarse la resección quirúrgica u otros procedimientos destructivos debido a que pueden dejar más cicatrices que las que quedan con la involución espontánea. Para ayudar a los padres a aceptar mejor la no intervención, el médico puede revisar la historia natural (los ejemplos fotográficos son útiles), llevar a cabo una serie fotográfica de la lesión para documentar la involución y tranquilizar a los padres ante cualquier preocupación que manifiesten.
Referencias del tratamiento
1. Boos MD, Castelo-Soccio: Experience with topical timolol maleate for the treatment of ulcerated infantile hemangiomas (IH). J Am Acad Dermatol 74(3):567-570, 2016. doi: 10.1016/j.jaad.2015.10.021
2. Hogeling M, Adams S, Wargon O: A randomized controlled trial of propranolol for infantile hemangiomas. Pediatrics 128(2):e259-266, 2011. doi: 10.1542/peds.2010-0029
3. Krowchuk DP, Frieden IJ, Mancini AJ, et al. Clinical Practice Guideline for the Management of Infantile Hemangiomas. Pediatrics. 2019;143(1):e20183475. doi:10.1542/peds.2018-3475
Conceptos clave
El hemangioma infantil afecta al 5 a 10% de los lactantes de hasta 1 año.
Las lesiones involucionan lentamente a partir de los 12 a 18 meses.
Usare tratamientos tópicos y atienda las heridas para las lesiones ulceradas y para ayudar a prevenir la cicatrización, el sangrado y el dolor.
A menos que las complicaciones sean potencialmente letales o los órganos vitales se vean comprometidos, evitar la cirugía.
