(Véase también Generalidades sobre los trastornos de ansiedad).
Esas situaciones se evitan o pueden afrontarse pero con una ansiedad sustancial. Cerca del 30 al 50% de las personas con agorafobia también tienen trastorno de angustia.
La agorafobia sin trastorno de angustia afecta a alrededor del 2% de las mujeres y al 1% de los varones en cualquier período de 12 meses. La edad máxima de inicio es al comienzo de la tercera década y es infrecuente su primera aparición en personas mayores de 40 años.
Signos y síntomas
Los ejemplos frecuentes de situaciones o lugares que provocan miedo y ansiedad son encontrarse en la cola de un banco o la caja de un supermercado, sentarse en el medio en una larga fila en el teatro o en clase y utilizar el transporte público, como un autobús o un avión. Algunas personas desarrollan agorafobia después de una crisis de angustia en situaciones agorafóbicas típicas. Otras sencillamente se sienten incómodas en esta situación y puede ser que nunca o recién mucho tiempo después tengan crisis de angustia en ella. La agorafobia interfiere con la funcionalidad y, si es suficientemente intensa, puede hacer que una persona se quede confinada en su casa.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico y se basa en los criterios del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, quinta edición (DSM-5).
Para cumplir con los criterios diagnósticos del DSM-5, los pacientes deben tener miedo o ansiedad marcada, persistente (≥ 6 meses) acerca de ≥ 2 de las siguientes situaciones:
El miedo debe incluir pensamientos de que escapar de la situación podría ser difícil o que los pacientes no recibirían ayuda si estuvieran incapacitados por el miedo o un ataque de angustia. Asimismo, todo lo que figura a continuación debe estar presente:
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Las mismas situaciones casi siempre desencadenan miedo o ansiedad.
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Los pacientes evitan activamente la situación o requieren la presencia de un acompañante.
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El miedo o ansiedad es desproporcionado para la amenaza real (considerando las normas socioculturales).
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El miedo, la ansiedad o la evasión provocan fuerte malestar o deterioran de manera significativa el funcionamiento social u ocupacional.
Además, el temor y la ansiedad no pueden ser más correctamente caracterizados como un trastorno mental diferente (p. ej., trastorno de ansiedad social, trastorno dismórfico corporal).
Tratamiento
Sin tratamiento, la gravedad de la agorafobia suele aumentar y disminuir. La agorafobia puede desaparecer sin terapia formal, posiblemente porque las personas afectadas realizan su propia forma de terapia de exposición. No obstante, si la agorafobia afecta a la funcionalidad, requiere tratamiento.
La terapia cognitivo-conductual es eficaz en la agorafobia. Consiste en enseñar a los pacientes a reconocer y controlar su pensamiento distorsionado y sus falsas creencias, y también instruirlos en la terapia de exposición.
Muchos pacientes con agorafobia se benefician con el tratamiento farmacológico con ISRS.