Los miomas cervicales son tumores benignos (no cancerosos) del músculo liso del cuello uterino.
Un mioma cervical puede causar sangrado vaginal o secreción, afectar a la micción o causar dolor durante la actividad sexual.
El médico puede ver o palpar la mayoría de los fibromas en un examen pélvico.
Los fibromas que producen síntomas pueden extirparse quirúrgicamente.
Los fibromas (también denominados leiomiomas y miomas) son tumores benignos formados en parte por tejido muscular. Son muy frecuentes en el cuerpo del útero, pero a veces aparecen en el cuello uterino (la parte inferior del útero). Cuando lo hacen, suelen acompañarse de fibromas en la parte superior y más grande del útero.
Los fibromas cervicales grandes pueden bloquear parcialmente las vías urinarias o protruir la vagina. A veces se desarrollan úlceras en fibromas prolapsados, los cuales pueden infectarse, sangrar o ambas cosas. Los fibromas grandes pueden bloquear el flujo de orina.
A veces, un mioma submucoso pedunculado (un mioma que se encuentra debajo de la mucosa uterina y tiene un tallo que hace que sobresalga hacia la cavidad uterina) prolapsa. No se trata de un mioma cervical, pero puede ser visible en la abertura del cuello uterino o extenderse a la vagina. A veces se desarrollan úlceras en fibromas prolapsados, los cuales pueden infectarse, sangrar o ambas cosas.
Síntomas de los fibromas cervicales
Con el tiempo, la mayoría de los fibromas cervicales producen síntomas. El síntoma más frecuente es
Hemorragia vaginal, que puede ser irregular o abundante
Las hemorragias abundantes pueden producir anemia, con fatiga y debilidad. La actividad sexual puede ser dolorosa.
En raras ocasiones, si un fibroma bloquea el flujo urinario, la mujer puede tener dificultad para iniciar la micción, gotear al terminar, además de retención urinaria. Las infecciones del sistema urinario son más frecuentes.
Diagnóstico de los fibromas cervicales
Exploración pélvica
A veces pruebas de diagnóstico por la imagen, como la ecografía o la resonancia magnética nuclear (RMN)
A menudo el médico puede detectar los fibromas durante una exploración física. Los médicos pueden ver un mioma cervical durante una exploración pélvica. O puede palparlo cuando verifica el tamaño y la forma del útero y del cuello uterino (con una mano enguantada dentro de la vagina y la otra encima del abdomen).
Si el diagnóstico es incierto, el médico puede insertar un dispositivo ecográfico a través de la vagina hasta el cuello del útero para obtener una imagen de la zona. Este procedimiento, denominado ecografía transvaginal, también se realiza para detectar miomas adicionales y obstrucción del flujo de orina. Como alternativa se puede realizar una RMN.
Si la mujer presenta sangrado vaginal abundante o frecuente se indican análisis de sangre para detectar anemia.
Se realiza una prueba de Papanicoláu (Pap) o una prueba para detectar el virus del papiloma humano (VPH), denominadas pruebas de citología cervical, para descartar un cáncer del cuello uterino para cualquier mujer con una masa cervical. A veces, se realiza una biopsia del cuello uterino.
Tratamiento de los fibromas cervicales
Si los fibromas cervicales causan síntomas, cirugía
Si los fibromas son pequeños y no producen síntomas, no se precisa tratamiento.
Si los miomas cervicales causan síntomas, a veces se pueden extirpar quirúrgicamente mediante un procedimiento en el que se emplean instrumentos que pasan a través de la vagina. Sin embargo, si el fibroma cervical es grande, puede ser necesario extirpar todo el útero (histerectomía).
