Secreción vaginal

PorDavid H. Barad, MD, MS, Center for Human Reproduction
Revisado/Modificado may. 2022 | Modificado sep. 2022
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Datos clave

La secreción vaginal puede ser normal o el resultado de una inflamación de la vagina (vaginitis), a menudo ocasionada por una infección. La zona genital (vulva), el área alrededor de la abertura de la vagina, también puede inflamarse.

Según la causa de la secreción, a menudo también hay otros síntomas. Incluyen prurito, ardor, irritación, enrojecimiento y algunas veces dolor durante el coito.

Secreción normal

La secreción vaginal puede tener su origen en cambios normales en los niveles de estrógenos. Cuando son elevados, los estrógenos estimulan el cuello del útero para que produzca secreciones (flujo), y una pequeña cantidad de este flujo puede secretarse por la vagina. Los niveles de estrógenos son elevados en las situaciones siguientes:

  • Durante los ciclos menstruales unos días antes de que se libere el óvulo

  • Unos meses antes de que se produzca la primera menstruación

  • Durante el embarazo

  • En las mujeres que toman medicamentos que contienen estrógeno o que aumentan la producción de estrógeno (como algunos medicamentos para la fertilidad)

  • En recién nacidos, durante 1 o 2 semanas después del nacimiento, porque han absorbido estrógenos de la madre antes de nacer

Por lo general, la secreción normal es inodora y suele ser de color blanco lechoso o fina y transparente. Durante los años de fertilidad, la cantidad y el aspecto varían durante el ciclo menstrual. Por ejemplo, en la mitad del ciclo, cuando se libera el óvulo (ovulación), el cuello del útero produce más mucosidad y la apariencia es más fina.

El embarazo, la utilización de píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) y la excitación sexual también afectan a la cantidad y el aspecto de la secreción. Tras la menopausia se reduce el nivel de estrógenos, y a menudo esto se refleja en una reducción en la cantidad de secreción normal.

Secreción anómala

Una secreción se considera anómala si

  • Es más densa de lo habitual

  • Es más espesa de lo habitual

  • Tiene aspecto purulento

  • Es blanca y espesa (como el requesón)

  • Tiene color grisáceo, verdoso, amarillento o sanguinolento

  • Huele mal o a pescado

  • Va acompañada de prurito, ardor, erupción o dolor

Causas de la secreción vaginal

Por lo general, la causa de la secreción vaginal anómala es una vaginitis, que muy a menudo aparece por la irritación con un producto químico o por una infección.

Causas frecuentes

Las probables causas de secreción vaginal dependen de la edad.

Durante la infancia, las causas más frecuentes son

  • Infección bacteriana en el tracto digestivo

  • Productos químicos en los geles de baño o jabones

  • Un objeto extraño (como un trozo de papel higiénico o, a veces, un juguete) en la vagina

Puede aparecer una infección en caso de poca higiene. Por ejemplo, las niñas pequeñas, en especial de los 2 a los 6 años de edad, pueden transferirse bacterias del tracto digestivo a la zona genital cuando se limpian de atrás adelante o no se lavan las manos después de la defecación.

Si la causa es un objeto extraño, la secreción puede contener pequeñas cantidades de sangre.

Por lo general, durante los años de fertilidad, la causa de la secreción suele ser una infección vaginal, Las más frecuentes son

A veces otra infección, incluidas las infecciones de transmisión sexual (como la gonorrea o una infección por clamidia) es la causa de la secreción.

Por lo general, las bacterias protectoras (lactobacilos) que normalmente viven en la vagina previenen las infecciones vaginales. Estas bacterias mantienen el grado de acidez normal en la vagina. Cuando disminuye la acidez de la vagina, desciende el número de bacterias protectoras y aumenta el de bacterias nocivas.

Los siguientes factores hacen más probable la proliferación de bacterias nocivas (y por lo tanto aumentan el riesgo de infecciones vaginales):

  • Uso de antibióticos (porque reducen el número de bacterias protectoras)

  • Sangre menstrual o semen en la vagina (porque reducen la acidez de la vagina)

  • Duchas vaginales (porque reducen la acidez de la vagina)

  • Embarazo

  • Diabetes mellitus

  • Cuerpo extraño, como un tampón olvidado (porque los tampones proporcionan un ambiente cálido y húmedo donde las bacterias pueden multiplicarse)

Tras la menopausia, muchas mujeres tienen secreciones anómalas. Se producen porque la disminución de los niveles de estrógenos provoca que la vagina se vuelva más delgada y se seque. Una vagina delgada y seca es más probable que se irrite e inflame, lo que conllevará la aparición de secreciones. Los síntomas que afectan la vagina y las vías urinarias después de la menopausia se denominan síndrome genitourinario de la menopausia. Estos síntomas consisten en sequedad vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, urgencia urinaria e infecciones de las vías urinarias.

Causas menos frecuentes

Durante la infancia, la causa puede ser el abuso sexual. Este abuso puede producir lesiones o una infección de transmisión sexual.

Durante los años de fertilidad, a veces la causa es un objeto extraño (como un tampón olvidado). Sin embargo, en este grupo de edad es muy raro que se produzca secreción solo por una inflamación (sin infección).

En las mujeres mayores, la orina o las heces pueden irritar la zona alrededor de los genitales y el ano, lo que resulta en secreción vaginal. Esta irritación puede aparecer en caso de incontinencia (evacuación involuntaria de heces u orina) o de confinamiento en cama.

A cualquier edad, diversos productos que entran en contacto con el área genital pueden irritar y, a veces, causar secreción. Entre ellos se incluyen aerosoles higiénicos, perfumes, compresas, jabones para la ropa, lejía, suavizantes y a veces espermicidas, cremas o lubricantes vaginales, anillos vaginales anticonceptivos, diafragmas, pesarios y, en las mujeres alérgicas al látex, condones de este material.

En raras ocasiones hay aberturas anómalas (fístulas) entre el tracto intestinal y el tracto genital, lo que resulta en una secreción por la vagina que a veces contiene heces. Las fístulas pueden ser consecuencia de cualquiera de los factores siguientes:

  • Daño a la vagina durante el parto (principalmente en países en desarrollo)

  • Una infección que se produce en una incisión quirúrgica o en un desgarro de la abertura de la vagina durante el parto

  • Enfermedad inflamatoria intestinal

  • Radioterapia dirigida a la pelvis (la parte más baja del tronco)

  • Lesión durante la cirugía pélvica

  • Tumores en la pelvis

Evaluación de la secreción vaginal

A menudo se identifica la causa de una secreción anormal basándose en sus características (por ejemplo, aspecto y olor), la edad de la mujer, otros síntomas y pruebas sencillas que proporcionan resultados rápidos.

Signos de alarma

En las mujeres con una secreción anómala, determinadas características son motivo de preocupación:

  • Fiebre

  • Dolor pélvico

  • Secreción sanguinolenta, especialmente después de la menopausia

  • Heces en la secreción vaginal

  • En los niños, fiebre o secreción amarilla o verde con olor a pescado debida a vaginitis por trichomonas (lo que sugiere abuso sexual)

Cuándo acudir al médico

Las mujeres y las niñas con la mayoría de los signos de alarma deben acudir a la consulta ese mismo día.

Las mujeres sin signos de alarma deben acudir a la consulta en unos días.

Si las mujeres reconocen los síntomas de una infección por levaduras (candidiasis), están seguras de que sufren una infección por levaduras y no presentan otros síntomas, pueden usar un tratamiento vaginal sin receta si está disponible. Por lo general, la secreción causada por una infección por levaduras es característica espesa, blanca y a menudo con grumos, parecida al requesón. Sin embargo, a veces las infecciones por levaduras causan principalmente prurito, ardor y solo una cantidad pequeña de secreción. Si la secreción persiste o los síntomas vuelven a aparecer después del tratamiento, se debe acudir al médico.

En las niñas, el flujo vaginal puede deberse a un cuerpo extraño en la vagina. Si no hay ningún objeto extraño y los niños presentan signos de una lesión, se puede considerar el abuso sexual. Si tienen secreción vaginal sin causa aparente, se toma una muestra de la secreción de la vagina o del cuello uterino y se analiza. Si se sospecha abuso, se toman medidas para garantizar la seguridad del niño y el caso se denuncia a las autoridades competentes.

Actuación del médico

Primero formula preguntas acerca de los síntomas y del historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo indican la causa de la secretión y las pruebas que pueden ser necesarias (véase la tabla Algunas causas y características de la secreción vaginal).

Se formulan preguntas sobre la secreción:

  • Aspecto y olor

  • Momento de aparición en relación con el periodo menstrual y las relaciones sexuales

  • Simultaneidad con otros síntomas (como prurito)

Los médicos también preguntan acerca de otros síntomas, como dolor abdominal o pélvico, dolor al orinar o durante el coito, prurito, fiebre y escalofríos.

Se incluyen otras preguntas acerca del uso de aerosoles higiénicos o de otros productos que puedan irritar el área genital, y sobre la existencia de circunstancias que pueden aumentar el riesgo de tener secreción vaginal (como la toma frecuente de antibióticos o el hecho de sufrir diabetes). Los médicos también preguntan sobre la posible exposición a infecciones de transmisión sexual.

La exploración física se centra en la exploración pélvica.

Tabla

Pruebas complementarias

Las pruebas simples que pueden realizarse en la sala de exploración o cerca de ella proporcionan resultados rápidos, que a menudo permiten identificar la causa de la secreción vaginal. Se realizan pruebas adicionales para confirmar o, si es necesario, identificar la causa.

A menos que la causa sea evidente (como un objeto extraño o una reacción alérgica), con una torunda de algodón se obtiene una muestra de la secreción de la vagina o el cuello uterino. La muestra se examina al microscopio en busca de los microorganismos que causan infecciones por levaduras, vaginosis bacteriana o vaginitis por Trichomonas. Por lo general, también se envía una muestra al laboratorio para detectar infecciones por gonorrea y clamidia (que son de transmisión sexual).

Tratamiento de la secreción vaginal

Si es posible se corrige o trata el trastorno subyacente. Por ejemplo, una vaginosis bacteriana se trata con antibióticos.

Algunas medidas generales ayudan a aliviar los síntomas, aunque no eliminan la infección.

Medidas generales

Se recomienda lavarse a diario sin jabón, o en caso de que el jabón sea necesario, con un jabón suave no alergénico (como el jabón de glicerina), y enjuagar y secar la zona genital minuciosamente. Cambiarse de ropa interior y darse un baño o una ducha una vez al día contribuye a aliviar los síntomas.

Colocar hielo sobre la zona genital o tomar un baño de asiento tibio suele reducir el dolor y el prurito. El baño de asiento se toma en posición sentada con el agua cubriendo solo la zona de los genitales y el recto. Los baños de asiento se pueden tomar en la bañera llena con un poco de agua o en una palangana grande. Enjuagar la zona genital con agua tibia a chorro con una botella también puede proporcionar alivio.

La mejora de la higiene es especialmente útil si la causa es por incontinencia o por confinamiento en cama. Las chicas jóvenes tienen que aprender buenos hábitos de higiene, como limpiarse de delante atrás, lavarse las manos después de defecar y orinar, y evitar tocarse la zona genital.

Si la causa de la irritación es un producto (crema, polvos, jabón o una marca de preservativos), debe evitarse su uso. Las duchas vaginales y los aerosoles higiénicos femeninos no son aconsejables. Estos productos no eliminan la secreción y pueden empeorar el problema. Las duchas vaginales pueden aumentar el riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica.

Fármacos o sustancias

Si los síntomas son moderados o graves, o si no responden a las medidas generales, se administran medicamentos. Por ejemplo, puede aplicarse una crema de corticoesteroides (como hidrocortisona), o a veces administrar antihistamínicos por vía oral, para aliviar el prurito. Algunos antihistamínicos, además, causan somnolencia y pueden ser útiles si los síntomas dificultan el sueño.

Si se diagnostica una infección vaginal, como una vaginosis bacteriana, una infección por levaduras o una vaginitis por Trichomonas, se requieren antibióticos o antifúngicos (tomados por vía oral o introducidos en la vagina).

Aspectos esenciales para las mujeres mayores: secreción vaginal

Después de la menopausia, los niveles de estrógenos disminuyen notablemente. Como resultado, por lo general, la cantidad de secreción normal disminuye considerablemente. Sin embargo, la disminución de estrógeno hace que la mucosa vaginal se adelgace y se vuelva más seca y frágil. La vagina fina y seca tiene más probabilidades de irritarse, lo que a menudo da lugar a una secreción vaginal anormal. Esta secreción puede ser acuosa y fina, o espesa y amarillenta. La sequedad vaginal puede hacer que el coito sea doloroso. La sequedad vaginal, el dolor durante las relaciones sexuales, la urgencia urinaria y las infecciones urinarias son síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia. Se puede utilizar la terapia hormonal con dosis bajas de estrógenos para tratar este síndrome.

El adelgazamiento también hace que sea más probable que aparezcan determinadas infecciones vaginales. Los tejidos vaginales delgados y secos se lesionan con más facilidad, lo que permite a las bacterias de la piel, normalmente inofensivas, penetrar en los tejidos bajo la piel y causar infecciones. Estas infecciones no suelen ser graves, pero pueden causar molestias.

Las mujeres mayores son más propensas a recibir tratamientos que pueden reducir los niveles de estrógenos, y eso aumenta la probabilidad de irritación vaginal. Estos tratamientos incluyen la extirpación de ambos ovarios, la radioterapia dirigida a la pelvis y determinados quimioterápicos.

Los problemas que hacen difícil una buena higiene, como la incontinencia o el confinamiento en cama, son más habituales en las mujeres mayores. La falta de higiene puede provocar una inflamación crónica en el área genital debido a la irritación por la orina o las heces.

Las infecciones vaginales, como la vaginosis bacteriana, las infecciones por levaduras y la vaginitis por Trichomonas, pueden ocurrir después de la menopausia. Los factores de riesgo para las infecciones por levaduras son la diabetes y la incontinencia. Los factores de riesgo para la vaginosis bacteriana y la vaginitis por Trichomonas incluyen tener parejas sexuales nuevas o varias parejas.

Si las mujeres mayores son sexualmente activas, deben utilizar condones para reducir el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ETS). Sin embargo, como los condones pueden irritar los tejidos de la vagina, sobre todo en las mujeres mayores, es esencial el uso de lubricantes. Con condones de látex solo deben usarse lubricantes a base de agua. Los lubricantes a base de petróleo (como la vaselina) pueden debilitar el látex y causar la rotura del condón.

Las mujeres mayores deben acudir al médico de inmediato si tienen secreción, en especial si contiene sangre o es de color marrón o rosa (lo que posiblemente indica que hay una pequeña cantidad de sangre). Una secreción que aparece después de la menopausia puede ser una señal de alarma de un trastorno precanceroso (como el engrosamiento del revestimiento del útero) o de cáncer, y no debe ignorarse.

Los antihistamínicos pueden aliviar el prurito. Muchas (incluyendo la difenhidramina, la hidroxizina y la ciproheptadina) causan somnolencia, lo que aumenta el riesgo de caídas en las personas mayores. Por lo tanto, si las mujeres mayores necesitan tomar un antihistamínico durante el día, deben tomar uno que ofrezca menos posibilidades de causar somnolencia, como la loratadina, la cetirizina o la fexofenadina.

Conceptos clave

  • La secreción vaginal puede acompañarse de prurito, enrojecimiento, ardor y dolor.

  • Las causas probables dependen de la edad.

  • Por lo general, para detectar los microorganismos que pueden causar estas infecciones se examina una muestra de la secreción.

  • El tratamiento depende de la causa, pero aplicar frío o un baño de asiento tibio puede aliviar los síntomas.

  • Cualquier secreción que se produce después de la menopausia requiere una pronta evaluación por el médico.

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