Menopausia

PorJoAnn V. Pinkerton, MD, University of Virginia Health System
Revisado/Modificado jul. 2023
Vista para pacientes

La menopausia es el cese permanente de las menstruaciones (amenorrea) debido a la pérdida de la función folicular ovárica. Las manifestaciones clínicas pueden incluir sofocos, sudoración nocturna, trastornos del sueño y síndrome genitourinario de la menopausia (síntomas y signos debidos a la deficiencia de estrógenos, como atrofia vulvovaginal). El diagnóstico es clínico y retroactivo, basado en la ausencia de menstruaciones durante 12 meses. Las manifestaciones pueden ser tratadas (p. ej., con modificación del estilo de vida, medicina complementaria y alternativa, terapia no hormonal, y/o terapia hormonal).

En los Estados Unidos, el promedio de edad de la menopausia fisiológica es 51 años. Factores como fumar, vivir a gran altura y la desnutrición pueden determinar que la menopausia ocurra a una edad más temprana.

El envejecimiento del aparato reproductor femenino antes y después de la menopausia se describe en etapas (véase tabla Estadios de la menopausia).

  • Etapa reproductiva: incluye el tiempo desde la menarca hasta la transición menopáusica

  • Perimenopausia: incluye varios años (cuya duración varía mucho entre las mujeres) antes y el primer año después de la última menstruación. Es típicamente la fase más sintomática porque los niveles de hormonas fluctúan.

  • Transición menopáusica: ocurre durante la etapa de la perimenopausia; incluye en forma típica los 4 a 8 años que conducen al período menstrual final; caracterizado por cambios en el patrón menstrual; dividido en etapas temprana y tardía

  • Posmenopausia se refiere a la etapa de la vida después del último período menstrual; se divide en estadios temprano y tardío.

La transición menopáusica es más prolongada en las mujeres que fuman y en las más jóvenes al comienzo de la transición menopáusica (1). Las mujeres negras experimentan una transición menopáusica más larga que las mujeres blancas (2).

La insuficiencia ovárica prematura (insuficiencia ovárica primaria) es la cesación de las menstruaciones por una falla ovárica no iatrogénica antes de los 40 años. Se cree que los factores que contribuyen son principalmente genéticos o autoinmunitarios.

Tabla

Referencias generales

  1. 1. Paramsothy P, Harlow SD, Nan B, et al: Duration of the menopausal transition is longer in women with young age at onset: The multi-ethnic Study of Women's Health Across the Nation. Menopause 24 (2):142–149, 2017. doi: 10.1097/GME.0000000000000736

  2. 2. El Khoudary SR, Greendale G, Crawford SL, et al: The menopause transition and women's health at midlife: a progress report from the Study of Women's Health Across the Nation (SWAN). Menopause 26(10):1213-1227, 2019. doi: 10.1097/GME.0000000000001424

Fisiología de la menopausia

A medida que los ovarios envejecen, su respuesta a las hormonas foliculoestimulante (FSH) y luteinizante (LH) de la hipófisis disminuye, lo que causa inicialmente los siguientes eventos:

Durante la transición menopáusica y la posmenopausia, los niveles de estrógeno fluctúan y finalmente disminuyen significativamente, pero los cambios en otras hormonas varían.

Los niveles de estradiol pueden elevarse por encima de lo normal si se produce una ovulación doble y eventos fuera de la fase lútea (es decir, la formación prematura de un folículo debido a un pico significativo de FSH durante la fase lútea). En general, el número de folículos viables disminuye; finalmente, los folículos restantes no responden, y los ovarios producen muy poco estradiol. Los estrógenos siguen siendo producidos por los tejidos periféricos (p. ej., grasa, piel) a partir de los andrógenos (p. ej., androstenediona, testosterona). Sin embargo, el nivel total de estrógeno disminuye en forma gradual durante los 5 años posteriores a la menopausia, y la estrona reemplaza al estradiol como el estrógeno más común.

Los niveles disminuidos de inhibina y de estrógenos, que inhiben la liberación hipofisaria de LH y FSH, resultan en un aumento sustancial de los niveles de LH y FSH circulantes.

Los cambios en los andrógenos en el momento de la menopausia incluyen una disminución a la mitad de los niveles de androstenediona. La reducción de testosterona, que se inicia en el adulto joven, no se acelera durante la menopausia porque el estroma del ovario posmenopáusico y de la glándula suprarrenal sigue secretando la hormona.

Las células superficiales de la vagina se pierden, lo que provoca un pH más alcalino. Como resultado, el número de lactobacilos disminuye y las bacterias patógenas proliferan en exceso, lo que aumenta el riesgo de infección e inflamación vaginal.

Síntomas y signos de la menopausia

Los cambios en el ciclo menstrual normalmente comienzan durante la quinta década de vida de una mujer, con variación en la duración del ciclo. Una diferencia persistente en la duración de ciclos menstruales consecutivos de ≥ 7 días define la transición a la menopausia temprana. La falta de ≥ 2 ciclos define la transición a la menopausia tardía.

Las marcadas fluctuaciones en los niveles de estrógeno pueden contribuir a otros síntomas y signos perimenopáusicos, como por ejemplo

  • Hipersensibilidad en las mamas

  • Cambios en el flujo menstrual

  • Mal humor

  • Exacerbación de las migrañas menstruales

Los síntomas pueden durar entre 6 meses y 10 años, y van desde ninguno hasta intensos.

Vasomotores

Los sofocos (tuforadas) y/o sudores nocturnos) debidos a la inestabilidad vasomotora afectan al 75 a 85% de las mujeres y en general comienzan antes de que las menstruaciones desaparezcan. Los síntomas vasomotores duran en promedio 7,4 años y pueden persistir > 10 años en algunos grupos de mujeres (1).

Las mujeres sienten calor y pueden transpirar, a veces profusamente; la temperatura central se incrementa. La piel, en especial la del rostro, la cabeza y el cuello, puede volverse roja y caliente. Los sofocos episódicos, que pueden durar de 30 segundos a 5 min, pueden ser seguidos de escalofríos. También pueden manifestarse durante la noche como sudores nocturnos.

También deben considerarse otras etiologías de los sofocos o los sudores nocturnos (p. ej., linfoma, tuberculosis, Mycobacterium avium), sobre todo si estos síntomas no aparecen en el momento de la menopausia o no responden a la terapia hormonal.

El mecanismo de los sofocos es desconocido, pero se cree que son el resultado de cambios en el centro termorregulador situado en el hipotálamo. El rango de temperatura corporal central que es cómodo para la mujer disminuye; como resultado, un aumento muy pequeño en la temperatura corporal central puede desencadenar la liberación de calor bajo la forma de un sofoco.

En un estudio de encuesta realizado entre 1996 y 2017 en los Estados Unidos, las mujeres que se autoidentificaron como negras tuvieron la mayor prevalencia y la mayor duración de los sofocos y experimentaron más molestias debido a ellos, mientras que la prevalencia en los que se identificaron como japoneses o chinos fue la más baja y la prevalencia en mujeres autoidentificadas como hispanas y blancas fue intermedia (2). El nivel socioeconómico más bajo se asoció con una mayor incidencia de sofocos, en forma independiente de la raza/etnia.

Vaginal

Los síntomas vaginales incluyen sequedad, dispareunia, y ocasionalmente irritación y picazón. A medida que disminuye la producción de estrógeno, la vulva y las mucosas vaginales se vuelven más delgadas, más secas, más friables, y menos elásticas, y se pierden los pliegues vaginales.

El síndrome genitourinario de la menopausia incluye síntomas y signos debido a la deficiencia de estrógenos y andrógenos, como

  • Atrofia vulvovaginal

  • Polaquiuria

  • Disuria

  • Infecciones urinarias y/o vaginitis frecuentes

Neuropsiquiátricos

Los cambios neuropsiquiátricos (p. ej., disminución de la concentración, pérdida de la memoria, síntomas depresivos, ansiedad) pueden acompañar transitoriamente a la menopausia. Muchas mujeres experimentan estos síntomas durante la perimenopausia y asumen que la causa es la menopausia. Sin embargo, la evidencia que avala una conexión entre la menopausia y estos síntomas es mixta (3). Además, estos síntomas no están directamente relacionados con la disminución delos niveles de estrógenos asociada con la menopausia.

Los sudores recurrentes nocturnos, pueden contribuir con el insomnio, el cansancio, la irritabilidad y la falta de concentración por interrumpir el sueño. Sin embargo, durante la menopausia, los trastornos del sueño son comunes incluso entre las mujeres que no tienen sofocos.

Cardiovascular

Después de la menopausia, los niveles de colesterol unido a lipoproteína de baja densidad (LDL) aumentan en las mujeres. Los niveles de colesterol unido a lipoproteína de alta densidad (HDL) permanecen aproximadamente iguales a antes de la menopausia. El cambio en los niveles de LDL puede explicar en parte por qué la aterosclerosis y, por lo tanto, la enfermedad coronaria se vuelven más comunes entre las mujeres después de la menopausia. Sin embargo, no está claro si estos cambios se deben al envejecimiento o a la disminución de los niveles de estrógeno después de la menopausia. Hasta la menopausia, los niveles altos de estrógeno pueden proteger contra la enfermedad coronaria.

Musculoesquelético

Hasta el 20% de la pérdida de densidad ósea ocurre durante los primeros 5 años después de la menopausia. Después de este periodo de pérdida ósea rápida, la tasa de pérdida ósea relacionada con la edad en las mujeres es similar a la de los hombres.

Otros síntomas

La menopausia es una fase normal y saludable en la vida de una mujer, pero cada mujer tiene en una experiencia única.

La calidad de vida puede disminuir si los síntomas son graves o si se presentan síntomas menos comunes de la menopausia, tales como artralgias y dolores. Para algunas mujeres (p. ej., las que tienen antecedentes de endometriosis, la dismenorrea, la menorragia, el síndrome premenstrual, o la migraña menstrual), la calidad de vida mejora después de la menopausia.

Algunas mujeres posmenopáusicas experimentan el síndrome de la boca ardiente.

Referencias de los signos y síntomas

  1. 1. Avis NE, Crawford SL, Greendale G, et al: Duration of menopausal vasomotor symptoms over the menopause transition (Study of Women's Health Across the Nation). JAMA Intern Med 175 (4):531–539, 2015. doi: 10.1001/jamainternmed.2014.8063

  2. 2. El Khoudary SR, Greendale G, Crawford SL, et al: The menopause transition and women's health at midlife: a progress report from the Study of Women's Health Across the Nation (SWAN). Menopause 26(10):1213-1227, 2019. doi:10.1097/GME.0000000000001424

  3. 3. Gold EB, Sternfeld B, Kelsey JL, et al: Relation of demographic and lifestyle factors to symptoms in a multi-racial/ethnic population of women 40-55 years of age. Am J Epidemiol 152(5):463-473, 2000. doi:10.1093/aje/152.5.463

Diagnóstico de la menopausia

  • Historia menstrual

  • Raravez, niveles de la hormona foliculoestimulante (FSH)

En pacientes de 40 años con signos y síntomas de la perimenopausia el diagnóstico más probable es que se encuentren en el período perimenopáusico. Sin embargo, debe ser considerarse el embarazo, la amenorrea debido a otras etiologías o el sangrado uterino anormal debido a cáncer uterino. La insuficiencia ovárica primaria debe sospecharse en mujeres con amenorrea prolongada < 40 años.

El momento del cese de la función ovárica se clasifica según la edad, de la siguiente manera:

  • Menopausia prematura: < 40 años

  • Menopausia precoz: 40 a 45 años

  • Menopausia (rango de edad típico): > 45 años

El diagnóstico de la menopausia es clínico; se confirma retroactivamente cuando una mujer no ha tenido menstruaciones durante 12 meses y no se sospecha otra causa.

La atrofia vulvovaginal en el examen pélvico apoya el diagnóstico.

Se pueden medir los niveles de FSH, pero esta prueba rara vez es necesaria, excepto tal vez en las mujeres que han tenido una histerectomía y en las que son más jóvenes que la edad normal de la menopausia. Una sola medición puede no ser informativa, porque los niveles fluctúan durante la transición menopáusica. Los niveles consistentemente elevados confirman la menopausia.

Tratamiento de la menopausia

  • Medidas no farmacológicas (p. ej., terapia cognitivo-conductual, hipnosis clínica)

  • Hormonoterapia (estrógenos, progestágenos y moduladores selectivos de los receptores de estrógenos)

  • Medicamentos no hormonales (p. ej., inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, antagonistas de los receptores de neurocininas)

(See also the American College of Gynecologists and Obstetricians' Practice Bulletin No. 141.)

El tratamiento de la menopausia es sintomático (p. ej., para aliviar los sofocos y los síntomas debidos a la atrofia vulvovaginal).

La educación del paciente sobre las causas fisiológicas de la menopausia y los posibles signos y síntomas ayuda a los pacientes a manejar los cambios que ocurren.

Además del tratamiento de los síntomas menopáusicos, las mujeres posmenopáusicas deben someterse a pruebas de cribado para detectar osteoporosis si cumplen con los siguientes criterios:

Medidas no farmacológicas

Las opciones no farmacológicas que se muestran efectivas en los ensayos aleatorizados para el tratamiento de los síntomas vasomotores (1) incluyen la terapia cognitivo-conductual (2, 3) y la hipnosis clínica (4, 5). Estos tratamientos también pueden mejorar el sueño y la función sexual.

En las mujeres obesas la pérdida de peso es eficaz, especialmente durante la perimenopausia temprana (6, 7).

El bloqueo del ganglio estrellado también es eficaz para los síntomas vasomotores de la menopausia (8). Este procedimiento también sirve para tratar la migraña y el síndrome de dolor regional complejo e implica la inyección de un anestésico en la región cervical inferior o torácica superior de la columna cervical anterior.

Se han sugerido muchos tipos diferentes de intervenciones no farmacológicas para tratar los síntomas de la menopausia. Las siguientes medidas no son recomendadas por la North American Menopause Society porque no hay datos suficientes o existen informes negativos sobre su eficacia en la reducción de los síntomas vasomotores (1):

  • Técnicas de enfriamiento (p. ej., bajar el termostato, usar ventiladores, ropa en capas o liviana, sábanas u otro tipo de ropa de cama con capacidad de enfriamiento)

  • Evitar desencadenantes (p. ej., alimentos picantes, alcohol, cafeína)

  • Modificaciones de la dieta

  • Ejercicio

  • Yoga

  • Relajación

  • Respiración rítmica (realizar varias respiraciones lentas y profundas con inhalación por la nariz y exhalación por la boca)

  • Intervenciones basadas en conciencia plena

  • Intervenciones quiroprácticas

  • Acupuntura

  • Calibración de las oscilaciones neurales

Muchas de estas intervenciones tienen otros beneficios para la salud y un bajo potencial de daño. Por ejemplo, una dieta saludable es importante para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades crónicas, y el ejercicio, el yoga y las técnicas de relajación pueden mejorar el sueño y reducir el estrés. Las mujeres pueden encontrar algunas de estas medidas útiles para los síntomas vasomotores. Sin embargo, los médicos deben aconsejar a las mujeres contra el uso de métodos invasivos de eficacia no documentada o que podrían ocasionar otros daños (p. ej., dietas extremas). Además, los beneficios de los tratamientos no probados no superan la carga de los pacientes si las medidas son costosas, requieren mucho tiempo o demandan un gran esfuerzo físico.

Los lubricantes vaginales de venta libre y los hidratantes ayudan a aliviar la sequedad vaginal. Las relaciones sexuales u otro tipo de estimulación vaginal ayudan a preservar la elasticidad vaginal en pacientes menopáusicas.

Hormonoterapia

La hormonoterapia con estrógenos, progestágeno o ambos es el tratamiento más efectivo para los síntomas menopáusicos. Para prevenir la neoplasia endometrial en mujeres con útero (es decir, que no han tenido una histerectomía), se debe administrar estrógeno en combinación con un progestágeno (para oponerse al efecto del estrógeno en el endometrio); la excepción a esto es el tratamiento vaginal con dosis muy bajas de estrógenos (utilizado para el síndrome genitourinario de la menopausia), que puede administrarse sin progestágeno. Otra opción para las mujeres con útero es la combinación de estrógenos conjugados con bazedoxifeno.

Moduladores selectivos de los receptores de estrógenos (MSRE)

El ospemifeno, un SERM, se puede utilizar para tratar la dispareunia debido a atrofia vaginal si las mujeres no pueden autoadministrarse terapia de estrógeno vaginal o de dehidroepiandrosterona vaginal (p. ej., si tienen artritis grave). El ospemifeno puede aumentar el riesgo de trombosis venosa.

El bazedoxifeno se administra con estrógenos conjugados y no requiere el uso concurrente de un progestágeno; puede aliviar los sofocos, mejorar el sueño, prevenir la pérdida ósea y disminuir los síntomas de la atrofia vaginal.

En las mujeres con alto riesgo de cáncer de mama y que necesitan medidas para prevenir la pérdida ósea o la fractura, se puede indicar raloxifeno, aunque con un leve riesgo de aumento de los sofocos, calambres en las piernas o trombosis venosa. No se observó un aumento del riesgo de accidente cerebrovascular, pero, en las mujeres con alto riesgo de enfermedad cardíaca, se detectó un pequeño aumento en la incidencia de accidente cerebrovascular letal (9).

Los MSRE tamoxifeno y raloxifeno han sido utilizados principalmente por sus propiedades antiestrogénicas y no para aliviar los síntomas de la menopausia.

Fármacos no hormonales

En ensayos controlados aleatorizados bien diseñados, los medicamentos no hormonales que han demostrado ser eficaces para el tratamiento de los síntomas vasomotores son los siguientes (sin embargo, todos estos medicamentos son menos eficaces que la terapia hormonal) (1):

  • Antagonistas de los receptores de neurocinina

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)

  • Inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina

  • Gabapentina

  • Oxibutinina

La US Food and Drug Administration (FDA) aprobó dos medicamentos no hormonales específicamente para los sofocos: una dosis baja (7,5 mg una vez al día) de sal de paroxetina (un ISRS) y fezolinetant (un antagonista selectivo del receptor de la neurocinina-3) (10, 11, 12).

Los efectos secundarios potenciales del fezolinetant incluyen dolor abdominal, diarrea, dificultad para dormir, dolor de espalda, sofocos e informes inusuales de lesión hepática. Se necesitan pruebas de función hepática antes de comenzar con el fezolinetant y cada 3 meses durante los primeros 9 meses de tratamiento. El fezolinetant está contraindicado en pacientes que usan inhibidores de CYP1A2 (p. ej., ciprofloxacina, cimetidina y otros medicamentos).

La oxibutinina, un anticolinérgico que se utiliza para tratar la vejiga hiperactiva, también trata eficazmente los síntomas vasomotores (las dosis en los estudios han incluido 2,5 o 5 mg dos veces al día; o hasta 15 mg del comprimido de liberación prolongada una vez al día) (13). La gabapentina (300 mg hasta 3 veces al día) ha demostrado ser eficaz y bien tolerada (14). Sin embargo, no se recomienda la pregabalina debido a la escasez de datos sobre su eficacia y al riesgo de efectos adversos, incluido el posible uso indebido de sustancias. Otros medicamentos no hormonales que no se recomiendan son el suvorexant (un antagonista dual del receptor de orexina), debido a los datos de eficacia limitados, y la clonidina, porque es menos eficaz que otras opciones de tratamiento no hormonales (1).

Suplementos herbarios o dietéticos

Se ha sugerido una amplia variedad de suplementos dietéticos para controlar los síntomas de la menopausia. No hay suplementos con eficacia comprobada para los síntomas vasomotores, y su uso no está recomendado por la North American Menopause Society (1).

Los suplementos cuyo beneficio está respaldado por evidencia limitada o no concluyente incluyen alimentos y extractos de soja, el metabolito equol de la soja, extracto de polen, succinato de amonio, lactobacillus acidophilus y ruibarbo. Los suplementos sin evidencia demostrada de beneficio son el cohosh negro, el aceite de onagra, el ñame silvestre, el ácido graso omega-3 y los cannabinoides.

Algunas preparaciones a base de hierbas u otros suplementos interactúan con otros medicamentos. Como no todas las terapias de medicina complementaria y alternativa son eficaces y seguras, los médicos deben analizar los riesgos y los beneficios de estas terapias para asegurar que las mujeres estén bien informadas (15).

Referencias del tratamiento

  1. 1. The 2023 nonhormone therapy position statement of The North American Menopause SocietyMenopause 30(6):573-590, 2023. doi:10.1097/GME.0000000000002200

  2. 2. Mann E, Smith MJ, Hellier J, et al: Cognitive behavioural treatment for women who have menopausal symptoms after breast cancer treatment (MENOS 1): a randomised controlled trial. Lancet Oncol 13(3):309-318, 2012. doi:10.1016/S1470-2045(11)70364-3

  3. 3. Ayers B, Smith M, Hellier J, Mann E, Hunter MS: Effectiveness of group and self-help cognitive behavior therapy in reducing problematic menopausal hot flushes and night sweats (MENOS 2): a randomized controlled trial. Menopause 19(7):749-759, 2012. doi:10.1097/gme.0b013e31823fe835

  4. 4. Elkins G, Marcus J, Stearns V, et al: Randomized trial of a hypnosis intervention for treatment of hot flashes among breast cancer survivors. J Clin Oncol 26(31):5022-5026, 2008. doi:10.1200/JCO.2008.16.6389

  5. 5. Elkins GR, Fisher WI, Johnson AK, et al: Clinical hypnosis in the treatment of postmenopausal hot flashes: a randomized controlled trial. Menopause 20(3):291-298, 2013. doi:10.1097/gme.0b013e31826ce3ed

  6. 6. Thurston RC, Ewing LJ, Low CA, et al: Behavioral weight loss for the management of menopausal hot flashes: A pilot study. Menopause 22 (1):59–65, 2015. doi: 10.1097/GME.0000000000000274

  7. 7. Huang AJ, Subak LL, Wing R, et al: An intensive behavioral weight loss intervention and hot flushes in women [published correction appears in Arch Intern Med 170(17):1601, 2010]. Arch Intern Med 170(13):1161-1167, 2010. doi:10.1001/archinternmed.2010.162

  8. 8. Walega DR, Rubin LH, Banuvar S, et al: Effects of stellate ganglion block on vasomotor symptoms: findings from a randomized controlled clinical trial in postmenopausal women. Menopause 21(8):807-814, 2014. doi:10.1097/GME.0000000000000194

  9. 9. Liu JH: Selective estrogen receptor modulators (SERMS): keys to understanding their function. Menopause 27(10):1171-1176, 2020. doi:10.1097/GME.0000000000001585

  10. 10. Johnson KA, Martin N, Nappi RE, et al: Efficacy and safety of fezolinetant in moderate-to-severe vasomotor symptoms associated with menopause: a phase 3 RCT [published online ahead of print, 2023 Feb 3]. J Clin Endocrinol Metab dgad058, 2023. doi:10.1210/clinem/dgad058

  11. 11. Lederman S, Ottery FD, Cano A, et al: Fezolinetant for treatment of moderate-to-severe vasomotor symptoms associated with menopause (SKYLIGHT 1): a phase 3 randomised controlled study. Lancet 401(10382):1091-1102, 2023. doi:10.1016/S0140-6736(23)00085-5

  12. 12. Pinkerton JV, Redick DL, Homewood LN, Kaunitz AM: Neurokinin receptor antagonist, fezolinetant, for treatment of menopausal vasomotor symptoms [published online ahead of print, 2023 Apr 25]. J Clin Endocrinol Metab dgad209, 2023. doi:10.1210/clinem/dgad209

  13. 13. Simon JA, Gaines T, LaGuardia KD; Extended-Release Oxybutynin Therapy for VMS Study Group: Extended-release oxybutynin therapy for vasomotor symptoms in women: a randomized clinical trial. Menopause 23(11):1214-1221, 2016. doi:10.1097/GME.0000000000000773

  14. 14. Loprinzi CL, Diekmann B, Novotny PJ, et al: Newer antidepressants and gabapentin for hot flashes: a discussion of trial duration. Menopause 16(5):883-887, 2009. doi:10.1097/gme.0b013e31819c46c7

  15. 15. Johnson A, Roberts L, Elkins G: Complementary and alternative medicine for menopause. J Evid Based Integr Med 24:2515690X19829380, 2019. doi: 10.1177/2515690X19829380

Terapia hormonal para la menopausia

La hormonoterapia (estrógenos, progestágenos o ambos) es el tratamiento más efectivo para los síntomas menopáusicos (1). Se utiliza para aliviar los síntomas vasomotores y otros síntomas menopáusicos sistémicos, tratar los síntomas debidos a la atrofia vulvovaginal y, en algunas pacientes, prevenir o tratar la osteoporosis.

La terapia hormonal de la menopausia mejora la calidad de vida de muchas mujeres al aliviar sus síntomas, pero no mejora la calidad de vida y no debe administrarse en forma sistemática a mujeres posmenopáusicas asintomáticas.

Si se necesita terapia hormonal para controlar los síntomas de la menopausia, los médicos deben determinar el tipo, la dosis, la vía de administración y la duración más adecuados, según los objetivos del tratamiento y los riesgos de salud individuales. Los beneficios y daños potenciales debidos a la terapia hormonal deben revaluarse periódicamente.

Para las mujeres sanas con síntomas molestos de la menopausia que tienen < 60 años o < 10 años después del inicio de la menopausia, es probable que los beneficios potenciales de la terapia hormonal superen los posibles daños. En las mujeres con riesgo de pérdida ósea o fractura, la terapia hormonal reduce la pérdida ósea y la incidencia de fracturas y se puede utilizar en mujeres que no son candidatas para los medicamentos de primera línea para la osteoporosis.

No se recomienda en general iniciar la terapia hormonal en mujeres que tengan más de 60 años o más de 10 a 20 años después del inicio de la menopausia (1). En estas mujeres, es probable que los daños potenciales de la terapia hormonal (p. ej., enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, tromboembolia venosa, demencia) superen los beneficios potenciales.

A menos que la recomendación clínica sea clara, se recomienda una decisión compartida debido a lo siguiente:

  • Los beneficios potenciales y los daños de la terapia hormonal pueden ser complicados.

  • El beneficio neto y el daño pueden ser marginales.

  • Los riesgos para la salud pueden cambiar con la edad.

Elección de la terapia hormonal sistémica

A las mujeres que tienen útero (es decir, que no se han sometido a una histerectomía) por lo general se les da estrógeno, que debe administrarse en combinación con un progestágeno (progesterona o progestágeno sintético), porque el estrógeno sin oposición aumenta el riesgo de hiperplasia endometrial y cáncer de endometrio.

Para la terapia sistémica con estrógenos, pueden usarse formas orales, transdérmicas (parches, lociones, aerosoles o geles) o vaginales. El tratamiento debe comenzar con la dosis más baja; la dosis se incrementa cada 2 a 4 semanas, según sea necesario. Las dosis varían según la preparación. Algunos ejemplos de preparaciones y dosis bajas para la terapia sistémica incluyen

  • 0,3 mg de estrógeno conjugado por vía oral una vez al día

  • 0,5 mg de estradiol por vía oral una vez al día

  • 0,014 a 0,375 mg por día de estradiol en parche aplicado en la piel una o dos veces por semana

  • 0,05 mg por día de estradiol en el anillo vaginal insertado cada 3 meses

También hay geles y aerosoles cutáneos de estradiol que se administran todos los días en dosis variables.

El progestágeno se toma en forma continua (es decir, diariamente) o secuencial (cíclicamente; 12 a 14 días consecutivos cada 4 semanas). Algunos ejemplos de preparaciones y dosis son

  • Acetato de medroxiprogesterona: 2,5 mg para el uso continuo y 5 mg para uso secuencial

  • Progesterona micronizada (un compuesto natural en lugar de progesterona sintética): 100 mg para el uso continuo y 200 mg para el uso secuencial

  • Levonorgestrel en dosis de 52 mg (libera 20 mcg por día durante 5 años, 10 mcg por día entre los años 5 y 8) dispositivo intrauterino

El sangrado debido la suspensión de progestágenos es menos probable con la terapia continua, aunque puede ocurrir un sangrado irregular durante los primeros 6-9 meses de tratamiento.

Existen productos combinados de estrógeno y un progestágeno disponibles en comprimidos y parches transdérmicos.

  • Píldoras (p. ej., 0,3 mg de estrógenos conjugados más acetato de medroxiprogesterona en dosis de 1,5 mg una vez al día; acetato de noretindrona en dosis de 0,1 mg más estradiol en dosis de 0,5 mg una vez al día)

  • Parches (p. ej., estradiol 0,045 mg más levonorgestrel 0,015 mg por día liberado por un parche aplicado en la piel una vez por semana)

En las mujeres sometidas a una histerectomía, la terapia sistémica con estrógenos se usa sola.

Una alternativa a la terapia sistémica con estrógenos es la combinación de estrógenos conjugados/bazedoxifeno (un modulador selectivo del receptor de estrógeno [SERM]). Esta es una buena opción para las mujeres con antecedentes de hipersensibilidad mamaria a la palpación o sangrado asociados con la terapia estrogénica y aquellas con antecedentes familiares de cáncer de mama. El bazedoxifeno actúa como un antagonista del receptor de estrógeno en el endometrio y protege contra el cáncer de endometrio; por lo tanto, no se necesita un progestágeno. El estrógeno conjugado/bazedoxifeno alivia los sofocos, mejorar el sueño, prevenir la pérdida ósea y disminuir los síntomas de atrofia vaginal. Los beneficios del estrógeno/bazedoxifeno conjugado incluyen una menor incidencia de hipersensibilidad mamaria y sangrado uterino anormal que con otras formas de terapia hormonal para la menopausia; la incidencia es similar a la del placebo. La densidad mamaria y la incidencia de cáncer de mama no aumentaron en las mujeres que fueron seguidas durante 2 años (2). El riesgo de tromboembolia venoso es similar al de la terapia con estrógeno, pero el estrógeno conjugado con bazedoxifeno parece proteger al endometrio y, potencialmente, a la mama. El bazedoxifeno no está disponible como monoterapia en los Estados Unidos.

Los progestágenos a veces se usan solos (p. ej., acetato de medroxiprogesterona en dosis de 10 mg por vía oral 1 vez al día o de depósito en dosis de 150 mg IM 1 vez/mes, acetato de megestrol en dosis de 10 a 20 mg por vía oral 1 vez al día, progesterona micronizada en dosis de 300 mg todas las noches) cuando el estrógeno está contraindicado, pero no son tan eficaces como el estrógeno para los sofocos y no alivian la sequedad vaginal. La progesterona micronizada en aceite de cacahuate está contraindicada en mujeres que son alérgicas al maní. Los nuevos productos combinados no contienen aceite de cacahuate (maní). El efecto de la terapia hormonal para la menopausia solo con progestágeno sobre la densidad ósea es incierto. La densidad ósea disminuye con el uso de ciertos anticonceptivos con progestágenos (acetato de medroxiprogesterona de depósito), lo que no se observa con otros (dispositivos intrauterinos con levonorgestrel).

Tratamiento del síndrome urogenital de la menopausia

Cuando los únicos síntomas son urogenitales, se prefiere la terapia hormonal vaginal. Las formas tópicas (p. ej., cremas, comprimidos vaginales, supositorios o anillos) pueden ser más eficaces para los síntomas urogenitales que las formas orales y a veces se utilizan además de la terapia sistémica si estos síntomas no se logran controlar en forma adecuada.

Los comprimidos, supositorios, anillos o cremas vaginales de estradiol en dosis bajas (p. ej., 4 o 10 mcg para los comprimidos, 7,5 mcg en los anillos, 0,5 mg en la crema de estradiol) administran menos estrógeno a la circulación sistémica. Cuando se administra estrógeno por vía vaginal en las dosis más bajas recomendadas no se necesita un progestágeno. Sin embargo, las dosis más altas de estrógeno por vía vaginal pueden liberar tanta cantidad de estrógeno como la terapia oral o transdérmica y, si se les da a las mujeres que aún tienen útero, requieren la adición de una progestágeno. Todo sangrado vaginal en mujeres que reciben terapia hormonal, ya sea sistémica o vaginal, debe ser evaluado de inmediato para descartar un cáncer de endometrio.

La dehidroepiandrosterona intravaginal (DHEA puede aliviar la sequedad vaginal y otros) síntomas de atrofia vaginal; está disponible y es eficaz para el alivio de la dispareunia debida a la menopausia (3).

Cuando se usan dosis bajas de estrógeno vaginal, DHEA u ospemifeno, no se necesita un progestágeno; sin embargo, no hay datos que confirmen la seguridad de estos fármacos para el endometrio a largo plazo (1).

El ospemifeno, un SERM, se puede utilizar para tratar la dispareunia debido a atrofia vaginal si las mujeres no pueden autoadministrarse terapia de estrógenos vaginal o dehidroepiandrosterona (p. ej., si tienen artritis grave) o si prefieren usar un medicamento oral que no sea estrógeno (4). En las mujeres que recibieron terapia hormonal en etapa reciente, los sofocos pueden aumentar temporariamente, pero en la mayoría de las mujeres, los sofocos se resuelven después de aproximadamente 6 semanas. El ospemifeno puede aumentar el riesgo de trombosis venosa.

Si los síntomas son leves o los estrógenos estan contraindicados, los tratamientos de venta libre no hormonales (p. ej., lubricantes vaginales, humectantes) pueden ser suficientes (1).

Para los síntomas genitourinarios moderados a graves, los tratamientos incluyen

  • Estrógeno intravaginal

  • DHEA intravaginal

  • Terapia hormonal sistémica

  • Ospemifene

En las mujeres con alto riesgo de cáncer de mama, se pueden usar pequeñas cantidades de estradiol tópico después de consultar con su oncólogo (5).

Manejo de la osteoporosis

La terapia con estrógeno tiene efectos beneficiosos sobre la densidad ósea y disminuye la incidencia de fracturas en mujeres posmenopáusicas (no particularmente en aquellas con osteoporosis). En un estudio de gran envergadura, la terapia hormonal redujo la incidencia de fracturas en un 24% (6). No obstante, la terapia con estrógeno (con o sin progestágenos) generalmente no se recomienda como tratamiento de primera línea o como profilaxis para la osteoporosis. Cuando la única preocupación es la osteoporosis o su prevención, los médicos deben considerar el inicio de una terapia hormonal en los siguientes casos:

Riesgos y efectos adversos

Los riesgos de la terapia sistémica con estrógenos o de la terapia combinada de estrógenos/progestágenos incluyen

La terapia con estrógeno puede estar contraindicada en mujeres que han tenido o tienen alto riesgo de cáncer de mama, accidente cerebrovascular, enfermedad arterial coronaria, o trombosis.

El riesgo de cancer de endometrio es mayor en mujeres con útero y que reciben estrogenoterapia sin oposición de progesterona. Sin embargo, cualquier sangrado vaginal en una mujer que recibe cualquier tipo de terapia hormonal debe ser evaluado de inmediato para descartar un cáncer de endometrio.

El riesgo de cáncer de mama comienza a aumentar después de 3 a 5 años de terapia combinada cuando se usa la dosis tradicional (p. ej., 0,625 mg de estrógeno conjugado y 2,5 mg de acetato de medroxiprogesterona 1 vez al día) (7). En el ensayo aleatorizado de la Women's Health Initiative que comparó los estrógenos conjugados por vía oral con o sin acetato de medroxiprogesterona se observó que cuando se usó solo estrógeno, el riesgo de cáncer de mama fue ligeramente menor a los 7 años, pero este beneficio pareció desaparecer después de 10 a 15 años de uso (8).

El riesgo de tromboembolia venosa y accidente cerebrovascular puede ser menor con estrógenos transdérmicos en baja dosis en lugar de los estrógenos por vía oral. Las mujeres posmenopáusicas de edad avanzada (> 10 años después de la menopausia o > 60 años cuando comienzan la terapia hormonal) presentan mayor riesgo de enfermedad coronaria y demencia cuando se les da una terapia combinada de dosis convencionales por vía oral (9, 10).

Los datos sobre demencia son mixtos. Entre las participantes ≥ 65 años en el ensayo de Women's Health Initiative, la terapia hormonal para la menopausia aumentó el riesgo de demencia, con resultados para la combinación de estrógenos conjugados y acetato de medroxiprogesterona más adversos que para los estrógenos solos (9). Pero en aquellas aleatorizadas entre 50 y 55 años se observaron resultados neutros tras un promedio de 7,2 años de la intervención.

La incidencia de la enfermedad de la vesícula biliar y la incontinencia urinaria puede aumentar con la terapia sistémica combinada o con estrógenos solos. Sin embargo, dosis bajas de estrógeno vaginal disminuyen la incidencia de infecciones urinarias recurrentes y mejoran la incontinencia de esfuerzo y de urgencia (11). El riesgo de todos estos trastornos es muy bajo en mujeres sanas que reciben terapia hormonal durante un período breve después de la menopausia.

Los progestágenos pueden tener efectos adversos (p. ej., meteorismo, dolor a la palpación mamaria, aumento de la densidad mamaria, cefalea, aumento de la LDL); la progesterona micronizada parece tener menos efectos adversos, pero puede causar somnolencia (que puede minimizarse si se toma antes de acostarse). Los progestágenos pueden aumentar el riesgo de trombosis. No hay datos sobre la seguridad a largo plazo de los progestágenos.

Antes de prescribir la terapia hormonal y de forma periódica mientras esta continúa, los médicos deben discutir sus riesgos y beneficios con las mujeres.

Referencias sobre terapia hormonal

  1. 1. The 2022 Hormone Therapy Position Statement of The North American Menopause Society Advisory Panel: The 2022 hormone therapy position statement of The North American Menopause Society. Menopause 9(7):767-794, 2022. doi:10.1097/GME.0000000000002028

  2. 2. Pinkerton JV, Pickar JH, Racketa J, et al: Bazedoxifene/conjugated estrogens for menopausal symptom treatment and osteoporosis prevention. Climacteric 15 (5):411–418, 2012. doi: 10.3109/13697137.2012.696289

  3. 3. Labrie F, Archer DF, Koltun W, et al: Efficacy of intravaginal dehydroepiandrosterone (DHEA) on moderate to severe dyspareunia and vaginal dryness, symptoms of vulvovaginal atrophy, and of the genitourinary syndrome of menopause. Menopause 23 (3):243–256, 2016. doi: 10.1097/GME.0000000000000571

  4. 4. Constantine G, Graham S, Portman DJ, et al: Female sexual function improved with ospemifene in postmenopausal women with vulvar and vaginal atrophy: Results of a randomized, placebo-controlled trial. Climacteric 18 (2): 226–232, 2015. doi:10.3109/13697137.2014.954996

  5. 5. Faubion SS, Larkin LC, Stuenkel CA, et al: Management of genitourinary syndrome of menopause in women with or at high risk for breast cancer: consensus recommendations from The North American Menopause Society and The International Society for the Study of Women's Sexual Health. Menopause 2 5(6):596–608, 2018. doi: 10.1097/GME.0000000000001121

  6. 6. Rossouw JE, Anderson GL, Prentice RL, et al: Risks and benefits of estrogen plus progestin in healthy postmenopausal women: Principal results from the Women's Health Initiative randomized controlled trial. JAMA 288 (3):321–333, 2002. doi:10.1001/jama.288.3.321

  7. 7. Chlebowski RT, Hendrix SL, Langer RD, et al: Influence of estrogen plus progestin on breast cancer and mammography in healthy postmenopausal women: the Women's Health Initiative Randomized Trial. JAMA 289(24):3243-3253, 2003. doi:10.1001/jama.289.24.3243

  8. 8. Chlebowski RT, Rohan TE, Manson JE, et al: Breast cancer after use of estrogen plus progestin and estrogen alone: analyses of data from 2 Women's Health Initiative randomized clinical trials. JAMA Oncol 1(3):296-305, 2015. doi:10.1001/jamaoncol.2015.0494

  9. 9. Manson JE, Chlebowski RT, Stefanick ML, et al: Menopausal hormone therapy and health outcomes during the intervention and extended poststopping phases of the Women's Health Initiative randomized trials. JAMA 310(13):1353-1368, 2013. doi:10.1001/jama.2013.278040

  10. 10. Cho L, Kaunitz AM, Faubion SS, et al: Rethinking Menopausal Hormone Therapy: For Whom, What, When, and How Long?. Circulation 147(7):597-610, 2023. doi:10.1161/CIRCULATIONAHA.122.061559

  11. 11. Christmas MM, Iyer S, Daisy C, et al: Menopause hormone therapy and urinary symptoms: a systematic review [published online ahead of print, 2023 May 16]. Menopause 10.1097/GME.0000000000002187, 2023. doi:10.1097/GME.0000000000002187

Conceptos clave

  • En los Estados Unidos, la menopausia se produce a una edad promedio de 51.

  • Los síntomas de la menopausia tienden a ser máximos durante unos pocos años antes y el año después de la menopausia (durante la perimenopausia), excepto la atrofia vulvovaginal sintomática, que puede empeorar con el paso del tiempo.

  • Hasta el 20% de la pérdida de densidad ósea se produce durante los primeros 5 años después de la menopausia, y a continuación se observa una tasa de pérdida ósea relacionada con la edad similar a la de los hombres.

  • Considerar confirmada la menopausia si una mujer que está en una edad apropiada y no está embarazada, no ha tenido la menstruación durante 12 meses.

  • Para la sequedad vaginal o la dispareunia asociada con la menopausia, se recomienda la estimulación vaginal, lubricantes vaginales y cremas hidratantes de venta libre, y si son ineficaces, se puede considerar la prescripción de un estrógeno en dosis baja por vía vaginal en cremas, tabletas, supositorios o anillos; otras opciones incluyen ospemifeno o supositorios de DHEA por vía intravaginal.

  • Antes de prescribir la terapia hormonal y periódicamente mientras la terapia continúa, hablar con las mujeres acerca de los potenciales beneficios y riesgos (p. ej., trombosis venosa profunda, embolia pulmonar, accidente cerebrovascular, cáncer de mama, bajo riesgo de enfermedad de la vesícula y de incontinencia urinaria de esfuerzo); los potenciales daños son mayores en las mujeres que inician la terapia hormonal después de los 60 años o en las que ya pasaron > 10 a 20 años desde el inicio de la menopausia.

  • Si las mujeres optan por la terapia hormonal para aliviar los sofocos, se debe recetar estrógeno más un progestágeno para las mujeres con útero, o un estrógeno conjugado con bazedoxifeno.

  • Individualización del tratamiento con terapia hormonal para lograr máximos beneficios con mínimos daños, y revaluación periódica de los beneficios y los daños; la hormonoterapia de bajas dosis por vía transdérmica puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda y de accidente cerebrovascular.

  • Se deben considerar los ISRS (p. ej., sal de paroxetina), los IRSN (p. ej., venlafaxina), los antagonistas de los receptores de neurocininas (p. ej., fezolinetant) y la gabapentina como terapia hormonal para aliviar los sofocos.

  • Las opciones no farmacológicas eficaces incluyen terapia cognitivo-conductual, hipnosis y, posiblemente, pérdida de peso.

Información adicional

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de este recurso.

  1. Pinkerton JV: Hormone Therapy for Postmenopausal Women. N Engl J Med 382(5):446-455, 2020. doi:10.1056/NEJMcp1714787

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