Esplenomegalia

PorHarry S. Jacob, MD, DHC, University of Minnesota Medical School
Revisado/Modificado mar. 2023
Vista para pacientes

La esplenomegalia es un agrandamiento anormal del bazo.

(Véase también Generalidades sobre el bazo).

La esplenomegalia es casi siempre secundaria a otros trastornos. Las causas de la esplenomegalia son innumerables, y también hay muchas maneras posibles de clasificarlas (véase tabla Causas comunes de esplenomegalia). En climas templados, las causas más frecuentes son

En los trópicos, las causas más frecuentes son

Si la esplenomegalia es masiva (bazo palpable 8 cm por debajo del borde costal), la causa suele ser

La esplenomegalia puede provocar citopenias, un trastorno llamado hiperesplenismo.

Evaluación de la esplenomegalia

Anamnesis

La mayoría de los síntomas se deben al trastorno subyacente. Sin embargo, la esplenomegalia en sí misma puede causar saciedad precoz por compresión gástrica del bazo agrandado. La sensación de plenitud y el dolor en el cuadrante superior izquierdo del abdomen también son posibles. El dolor intenso y súbito sugiere infarto esplénico. Las infecciones recurrentes, los síntomas de anemia o las manifestaciones hemorrágicas sugieren citopenia y posible hiperesplenismo. En los pacientes que han experimentado un traumatismo abdominal cerrado en las últimas semanas, el agrandamiento esplénico puede ser el resultado de un hematoma subcapsular esplénico y el dolor intenso y/o shock repentino puede indicar rotura esplénica.

Examen físico

La sensibilidad de detección de esplenomegalia documentada por ecografía es del 60-70% para la palpación y del 60-80% para la percusión. Hasta el 3% de las personas normales, delgadas, tienen bazo palpable. Además, una masa palpable en el cuadrante superior izquierdo puede indicar un problema distinto de un bazo agrandado, como un lóbulo hepático izquierdo aumentado debido a trombosis de la vena hepática, un hipernefroma o una masa suprarrenal.

Otros signos útiles son un frote esplénico y dolor en el hombro que sugieren infarto del bazo y soplos epigástricos o esplénicos que pueden ocurrir debido al aumento del flujo sanguíneo. Las adenopatías pueden sugerir un trastorno linfoproliferativo, infeccioso o autoinmunitario.

Tabla

Estudios complementarios

Si es preciso confirmar la esplenomegalia porque el examen físico no es definitorio, la ecografía es el estudio de elección debido a su precisión y bajo costo. La TC y la RM pueden aportar más detalles sobre la consistencia del órgano. La RM es de especial utilidad para detectar trombosis de la vena porta o esplénica. La gammagrafía nuclear es precisa y puede identificar el tejido esplénico accesorio que se encuentra a menudo después de la esplenectomía debido a la "hipertrofia funcional" de los esplénulos que pasaron inadvertidos o los fragmentos liberados de un bazo desgarrado en el momento de la cirugía. En ocasiones, se pueden encontrar múltiples remanentes del bazo en todo el abdomen, a menudo incrustados en el páncreas adyacente, condición conocida como esplenosis.

Las causas específicas sugeridas clínicamente deben confirmarse mediante estudios apropiados. Si no se reconoce ninguna causa, la máxima prioridad es descartar infección oculta, porque el tratamiento temprano incide en el pronóstico de la infección más que en el de la mayoría de las otras causas de esplenomegalia. Los estudios complementarios deben ser completos en áreas de alta prevalencia de infección o si el paciente impresiona enfermo. Debe considerarse la realización de un hemograma completo, hemocultivos y examen de la médula ósea (p. ej., para detectar un cáncer o enfermedades por depósito), además de cultivo.

Si el paciente no impresiona enfermo, no presenta síntomas aparte de los debidos a la esplenomegalia y no tiene factores de riesgo de infección, la exhaustividad de los estudios complementarios es tema de controversia, pero es probable que se deban pedir un hemograma completo, un frotis de sangre periférica, una pruebas de funcionalidad hepática y una TC abdominal. La citometría de flujo y los ensayos inmunoquímicos, como las mediciones de cadenas ligeras en sangre periférica y/o secciones de médula ósea, están indicadas si se sospecha linfoma. El linfoma en la zona marginal esplénica, que es poco frecuente, a menudo se asocia con infección por hepatitis C (y es importante detectarlo porque puede tratarse con éxito mediante la erradicación viral).

Los hallazgos específicos en sangre periférica pueden sugerir el trastorno de base (p. ej., linfocitosis de células pequeñas en la leucemia linfocítica crónica y linfocitosis de gránulos grandes en la hiperplasia linfocítica granular de células T (LGT) o leucemia LGT; lindocitos atípicos en la tricoleucemia y leucocitosis y formas inmaduras en otras leucemias). Los recuentos excesivos de basófilos, eosinófilos o eritrocitos nucleados o dacriformes sugieren una neoplasia mieloproliferativa. Las citopenias sugieren hiperesplenismo. La esferocitosis indica hiperesplenismo o esferocitosis hereditaria. Las células diana, las células falciformes o los esferocitos pueden sugerir una hemoglobinopatía.

Los resultados de las pruebas de funcionalidad hepática muestran alteraciones generalizadas en la esplenomegalia congestiva con cirrosis; un aumento aislado de fosfatasa alcalina sérica sugiere infiltración hepática, como en los trastornos mieloproliferativos y linfoproliferativos, la tuberculosis miliar y las micosis crónicas (p. ej., candidiasis, histoplasmosis).

Algunas otras pruebas pueden ser útiles, aun en pacientes asintomáticos. La electroforesis de proteínas séricas que identifica una gammapatía monoclonal o disminución de inmunoglobulinas sugiere trastornos linfoproliferativas o amiloidosis; la hipergammaglobulinemia difusa sugiere infección crónica (p. ej., paludismo, leishmaniasis visceral, brucelosis, tuberculosis), cirrosis con esplenomegalia congestiva, sarcoidosis o trastornos del tejido conectivo (p. ej., lupus eritematoso sistémico, síndrome de Felty en pacientes con artritis reumatoide). La citometría de flujo puede identificar una pequeña población de linfocitos monoclonales que sugieren linfoma. El aumento de ácido úrico en suero indica un trastorno mieloproliferativo o linfoproliferativo. El aumento de fosfatasa alcalina leucocítica (FAL) sugiere una neoplasia mieloproliferativa, mientras que la disminución de las concentraciones sugiere una leucemia mieloide crónica.

Si los estudios complementarios no revelan ninguna anormalidad aparte de la esplenomegalia, debe revaluarse al paciente cada 6-12 meses o cuando aparecen nuevos síntomas.

Tratamiento de la esplenomegalia

  • Tratamiento del trastorno subyacente

El tratamiento se centra en la enfermedad subyacente. Un bazo agrandado en un paciente asintomático no necesita tratamiento a menos que corresponda a un hiperesplenismo grave o que el paciente experimente saciedad temprana debido a la compresión del estómago. Los pacientes con bazo palpable o muy grande probablemente deban evitar los deportes de contacto y el levantamiento de pesas para disminuir el riesgo de rotura esplénica.

Conceptos clave

  • La esplenomegalia es casi siempre secundaria a otros trastornos.

  • Cuando se investiga la etiología de la esplenomegalia y no se evidencia una causa inmediata, es importante excluir las causas infecciosas.

  • Los pacientes asintomáticos con bazo agrandado no requieren tratamiento, pero deben evitar los deportes de contacto y el levantamiento de pesas para disminuir el riesgo de rotura esplénica.

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