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La bacteria Shigella se excreta en las heces y puede propagarse fácilmente si la higiene y el saneamiento son inadecuados.
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Las personas afectadas pueden sufrir diarrea acuosa, que a veces se complica con deshidratación grave.
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El diagnóstico se confirma identificando las bacterias en una muestra de materia fecal.
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Para evitar la propagación de la infección, las personas que padecen shigelosis y quienes cuiden de ellas deben mantener una higiene meticulosa.
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Deben administrarse líquidos por vía oral o, si la infección es grave, por vía intravenosa.
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Los antibióticos se utilizan en aquellas personas que tienen una infección grave o bien un sistema inmunitario debilitado.
(Véase también Introducción a las bacterias.)
Las bacterias Shigella son una causa común de disentería en los Estados unidos y en todo el mundo.
Debido a que el ácido estomacal no consigue destruir fácilmente estas bacterias, la ingestión de incluso un pequeño número de ellas causa la infección. Las bacterias causan inflamación en el intestino grueso y se excretan posteriormente con las heces.
La infección también se propaga por los siguientes medios:
La infección se propaga fácilmente entre las personas que viven juntas. También se producen brotes en lugares de convivencia hacinada y cuyo saneamiento sea insuficiente, tales como
Los niños son más propensos a infectarse y a padecer síntomas graves, como convulsiones.
Existen cuatro especies de Shigella, y todas ellas causan diarrea; sin embargo, una de ellas, Shigella dysenteriae, es la causa más probable de diarrea grave, disentería y complicaciones.
Síntomas
Las infecciones leves causan un estado febril (entre 38 y 38,9 °C) y diarrea acuosa entre 1 y 4 días después de la ingestión de la bacteria. Algunos adultos no tienen fiebre. Las infecciones leves en los adultos suelen desaparecer en un plazo de 4 a 8 días.
En los adultos, los primeros síntomas pueden ser cólicos abdominales dolorosos y una necesidad frecuente de defecar. El hecho de defecar puede aliviar temporalmente el dolor. Estos síntomas pueden ser más graves y ocurrir con más frecuencia a medida que progresa la infección.
Las infecciones graves causan fiebre baja o moderada y diarrea acuosa que progresa a disentería, caracterizada por deposiciones frecuentes que contienen sangre, pus y moco. Las infecciones graves suelen resolverse en 3 a 6 semanas.
En niños pequeños, los síntomas comienzan de forma repentina. Los síntomas consisten en fiebre, irritabilidad o somnolencia, pérdida de apetito, náuseas o vómitos, diarrea y dolor abdominal. Los niños pueden sentir con frecuencia una necesidad imperiosa de defecar. Durante los 3 días posteriores aparece sangre, pus y moco en las heces. A menos que aparezcan complicaciones, los síntomas suelen desaparecer en la segunda semana.
Complicaciones de la shigelosis
Los niños, especialmente los más pequeños, tienen más probabilidades de padecer complicaciones graves:
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Fiebre alta (hasta 41 °C), a veces acompañada de delirios, convulsiones o coma
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Deshidratación grave con pérdida de peso
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20 deposiciones diarias o más
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Con diarrea grave, protrusión de una parte del recto fuera del cuerpo (prolapso rectal)
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En raras ocasiones, marcada inflamación del intestino y perforación del intestino grueso
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Síndrome urémico hemolítico si la infección se debe a Shigella dysenteriae tipo 1 (que es muy poco frecuente en Estados Unidos)
La deshidratación grave puede conducir a un choque (shock) y a la muerte, sobre todo en niños menores de 2 años, en adultos con enfermedades crónicas, desnutridos o debilitados, y en personas de edad avanzada.
En el síndrome urémico hemolítico, los glóbulos rojos (eritrocitos) son destruidos, produciendo anemia acompañada de fatiga, debilidad y mareos. La sangre coagula de forma anómala, lo que causa que los riñones dejen de funcionar. También se pueden producir convulsiones o accidentes cerebrovasculares.
Algunos adultos desarrollan artritis reactiva (inflamación de las articulaciones). Semanas o meses después de la diarrea se puede producir una inflamación de los ojos (uveítis) y de la uretra (que causa dolor al orinar).
Diagnóstico
El médico sospecha shigelosis si aparecen síntomas característicos como dolor, fiebre y diarrea acuosa o sanguinolenta en personas probablemente expuestas a la bacteria.
Para confirmar el diagnóstico de shigelosis, el médico puede tomar una muestra de materia fecal y enviarla al laboratorio para cultivar las bacterias e identificarlas.
También se analizan las bacterias para ver qué antibióticos son eficaces frente a ellas (un proceso denominado prueba de sensibilidad).
Prevención
La prevención incluye los siguientes elementos:
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Las personas infectadas no deben preparar o manipular alimentos para otros.
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Después de usar el inodoro, las personas infectadas deben lavarse las manos, y debe limpiarse y desinfectarse el inodoro antes de un nuevo uso.
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Los cuidadores de las personas con shigelosis deben lavarse las manos con agua y jabón, especialmente antes de tocar a otras personas o de manipular alimentos.
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Los niños infectados que presenten síntomas no deben tener contacto con niños no infectados.
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Los pañales de los niños infectados se deben tirar en bolsas de basura cerradas y la superficie utilizada para cambiar los pañales se debe limpiar con un desinfectante después de cada uso.
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Las heces que hayan ensuciado prendas de vestir y ropa de cama de las personas infectadas deben ser eliminadas con agua corriente, y la ropa de vestir y de cama sucia debe ser lavada en la lavadora usando el ciclo de agua caliente. Una vez lavada la ropa, las superficies del lavabo, retrete y lavadora se deben limpiar con un desinfectante, como lejía diluida.
Actualmente, no existe una vacuna, aunque se está estudiando una.
Tratamiento
El agua y las sales perdidas debido a la diarrea se reemplazan con líquidos administrados por vía oral o, si la infección es grave, por vía intravenosa.
Las infecciones leves suelen desaparecer en un plazo de 4 a 8 días. En los adultos sanos con infecciones leves no suelen requerirse antibióticos.
Sin embargo, los médicos suelen administrar antibióticos a ciertas personas, incluidas aquellas que
Las infecciones graves también pueden requerir hospitalización para controlar la administración de suero intravenoso y tratar complicaciones como el síndrome urémico hemolítico. También se administran antibióticos como, azitromicina, ciprofloxacino (para adultos) o ceftriaxona.
Algunos medicamentos para detener la diarrea (como el difenoxilato o la loperamida) prolongan la infección, por lo que no deben ser utilizados.