La motivación para comenzar un programa de ejercicio

Puede ser difícil empezar un programa de ejercicios y aún más difícil mantenerlo si la persona no ha sido activa.

Se puede determinar el nivel inicial de la forma física: el peso, el tiempo que se tarda en caminar una milla (1,6 km), hasta dónde se puede estirar, y el número de flexiones que se pueden hacer (aunque incluso quienes no pueden hacer flexiones pueden iniciar un programa de ejercicio físico). Esta evaluación inicial puede ser más fácil hacerla con la ayuda de un entrenador.

A continuación se determinan los objetivos: ya sea conseguir estar en suficiente forma física para caminar cómodamente, hacer carreras de larga distancia o una actividad intermedia. La elección de la actividad dependerá del objetivo.

También deben tomarse en consideración los propios gustos cuando se seleccionen las actividades. A algunas personas les gustan las clases dirigidas debido a que sus compañeros de clase les proporcionan estímulo y motivación. Otras se sentirán algo incómodas en un ambiente de clase, ya que les preocupa hacer el ridículo si no saben exactamente qué hacer. Hay quienes prefieren el trabajo individual o trabajar directamente con un entrenador personal que les proporciona motivación y contar con una supervisión profesional.

Otros optarán por apuntarse a un gimnasio o comprar material deportivo y utilizarlo en casa. Muchos tipos de ejercicio requieren muy poco material, pero puede ser necesario utilizar ropa holgada y un par de zapatillas deportivas diseñadas para la actividad específica.

Hay gente que prefiere variar el tipo de ejercicio que hace para evitar que la práctica se convierta en aburrida. La variación en el tipo de ejercicio también puede ayudar a evitar lesiones menores debidas a acciones repetitivas.

Muchos consideran que realizar el seguimiento del progreso para alcanzar las metas les ayuda a seguir motivados en la práctica del ejercicio.