Los trastornos de los oídos, la nariz y la garganta, sobre todo las infecciones, son extremadamente frecuentes en los niños.
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Las infecciones del oído aparecen casi tan a menudo como el resfriado común. Pueden desarrollarse detrás del tímpano (en el oído medio), lo que se denomina otitis media, o por delante del tímpano (en el oído externo), lo que se denomina otitis externa.
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Las infecciones de la garganta no suelen ser graves, pero son molestas para los niños y provocan absentismo escolar y múltiples visitas al médico.
Otros trastornos, como la deficiencia auditiva (hipoacusia) y la aparición de bultos en el cuello, afectan a menos niños pero pueden ser graves. En general, cualquier anomalía en los oídos, la nariz o la garganta (ver Papilomatosis respiratoria recurrente y ver Angiofibromas juveniles) que no se resuelve después de varios días debe ser valorada por el médico. A veces, sin tratamiento, estos trastornos y alteraciones ocasionan problemas con la comunicación.