Introducción a los complementos dietéticos

PorLaura Shane-McWhorter, PharmD, University of Utah College of Pharmacy
Revisado/Modificado ene. 2022 | Modificado sep. 2022
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Alrededor del 75% de los estadounidenses consumen suplementos dietéticos. Son las terapias más frecuentes que forman parte de la salud y medicina integradora (SMI) y la medicina alternativa y complementaria (MAC), que incluyen enfoques de curación y terapias que históricamente no se han contemplado en la medicina occidental convencional dominante. Los suplementos dietéticos consisten en hierbas medicinales y nutracéuticos (productos derivados de fuentes alimentarias que afirman proporcionar beneficios para la salud). En Estados Unidos el uso de suplementos dietéticos está muy extendido, por lo que el gobierno aprobó en 1994 la Ley de Salud y Educación sobre Suplementos Dietéticos (DSHEA, por sus siglas en inglés). Esta ley define un suplemento dietético como cualquier producto (aparte del tabaco) que contiene una vitamina, mineral, hierba u otro producto vegetal o aminoácido y que está destinado a ser un suplemento de la dieta normal. Ciertas hormonas, como la dehidroepiandrosterona (DHEA) y la melatonina, también se consideran complementos dietéticos.

La normativa DSHEA requiere que en el producto figure una etiqueta que lo identifique como suplemento dietético. Además, en la etiqueta debe figurar de forma específica que las propiedades del complemento alimenticio no han sido evaluadas por las autoridades sanitarias por la FDA (US Food and Drug Administration), una importante autoridad sanitaria en Estados Unidos. De igual modo, la etiqueta debe incluir un listado de cada ingrediente por nombre, cantidad y peso total, así como especificar el componente de la planta del que se deriva cada ingrediente. A los fabricantes se les permite hacer declaraciones sobre la estructura y función del producto (por ejemplo, pueden declarar que el producto es beneficioso para la salud de las vías urinarias), pero no pueden declarar o insinuar que el producto es en efecto un medicamento o una terapia (por ejemplo, para tratar infecciones de las vías urinarias). Las fechas de caducidad se suelen incluir en las etiquetas convencionales de los productos.

La mayoría de los complementos alimenticios usados en la medicina alternativa derivan de plantas, aunque algunos proceden de animales. El hecho de que los complementos alimenticios sean sustancias naturales hace que se crea que su uso es seguro. Sin embargo, una sustancia no es necesariamente segura solo porque sea natural. Por ejemplo, muchos venenos potentes, como la cicuta, son derivados de plantas, y algunos, como el veneno de serpiente, proceden de animales. Además, casi todas las sustancias que afectan al organismo, ya sean complementos alimenticios o fármacos aprobados para uso médico por las autoridades sanitarias, pueden tener efectos secundarios no deseados (reacciones adversas).

Seguridad y efectividad

Dado que los complementos alimenticios no están regulados como fármacos por la Food and Drug Administration (FDA), no se requiere que los fabricantes demuestren su inocuidad y eficacia (aunque deben disponer de un historial de inocuidad). En consecuencia, son pocos los complementos que han sido rigurosamente estudiados en cuanto a su inocuidad y su eficacia. Además, la necesidad de evaluar los complementos en los seres humanos no se ha reconocido hasta hace poco tiempo, por lo que mucha de la información disponible no se ha recopilado de forma sistemática o científica, y por ello resulta tan difícil de evaluar. En la actualidad los fabricantes deben informar de los eventos adversos graves a la FDA (Food and Drug Administration) a través del sistema MedWatch de la FDA. Sin embargo, se ha comprobado que algunos complementos (por ejemplo, aceite de pescado, condroitina, glucosamina) son agregados inocuos y beneficiosos para los medicamentos convencionales.

¿Sabías que...?

  • Los fabricantes no están obligados a demostrar que los complementos dietéticos son inocuos y eficaces.

Por el contrario, tanto los fármacos de venta con receta como los de venta libre han sido estudiados de forma exhaustiva y sistemática por los investigadores y sometidos a revisión en términos de seguridad y efectividad por la FDA. Entre estos estudios se cuentan los estudios realizados en animales para detectar la aparición de un cáncer o una lesión orgánica y los estudios realizados en seres humanos para detectar cualquier signo de toxicidad.

Es sumamente variable la cantidad y la calidad de los estudios que apoyan la efectividad de los suplementos varían mucho. Para algunos de estos productos, la demostración de su efectividad es concluyente. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los estudios científicos no han sido diseñados con la suficiente precisión y fiabilidad como para aportar la información deseada. Para otros suplementos, la única prueba que sugiere su efectividad está basada en los informes sobre casos individuales o estudios llevados a cabo en animales.

Las pruebas científicas sobre la inocuidad y la efectividad de los complementos dietéticos están aumentando rápidamente a medida que se realizan cada vez más estudios clínicos. La información sobre dichos estudios está disponible en the National Institutes of Health's National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH) (Centro nacional para la salud complementaria e integrativa [NCCIH] de los Institutos nacionales de la salud).

Pureza y normalización

Otros temas de interés son la pureza y la normalización de los complementos. La falta de regulación de los complementos, a diferencia de los fármacos, impide que se pueda asegurar su pureza o que contengan los componentes o la cantidad de principio activo que dicen contener. En consecuencia, puede que el complemento contenga otras sustancias que pueden ser inertes o peligrosas, incluyendo, en algunos casos, fármacos de venta con o sin receta, toxinas naturales, bacterias, pesticidas, colorantes no aprobados e incluso sustancias peligrosas, como el plomo y el mercurio.

La cantidad de principio activo en una dosis de un complemento puede variar, en especial cuando se muelen hierbas enteras o se elaboran extractos para producir un comprimido, cápsula o solución. El comprador corre el riesgo de obtener menos, más o, en algunos casos, ninguna cantidad de principio activo en el complemento. La normalización implica que cada forma de dosificación individual del producto contenga una cantidad exacta del principio activo o de sus ingredientes. Sin embargo, la mayor parte de los productos herbarios son mezclas de varias sustancias, y no siempre se sabe cuál es el componente más activo. Por consiguiente, es difícil determinar qué ingrediente o ingredientes deben ser considerados como activos y, por lo tanto, estar sujetos a normalización. Algunos suplementos, sobre todo los que se producen en Europa, han sido normalizados e incluyen en la etiqueta un distintivo al respecto.

Las recomendaciones sobre cómo elegir un producto puro y normalizado varían entre los diferentes expertos. La mayoría aconseja que se adquiera el producto de un fabricante conocido, y muchos recomiendan comprar productos elaborados en Alemania, donde la vigilancia de los complementos alimenticios es más estricta.

A pesar de que el contenido de los complementos no está normalizado, la manera en la que se fabrican sí lo está. En 2007, en Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA) elaboró las actuales Buenas prácticas de fabricación (Good Manufacturing Practices, GMPs), que regulan la elaboración, el envasado, el etiquetado y el almacenamiento de los complementos alimenticios. Estas normativas de fabricación ayudan a asegurar la calidad de los complementos alimenticios y a proteger la salud pública.

Interacciones con fármacos

Los complementos alimenticios pueden interaccionar con los fármacos, tanto los de venta con receta como los de venta libre. Estas interacciones pueden intensificar o reducir la efectividad de un fármaco o causar una reacción adversa grave. Antes de tomar complementos alimenticios, es importante consultar al médico con el fin de evitar que se produzcan interacciones. Se han llevado a cabo muy pocos estudios fiables para investigar las interacciones complemento-fármaco, de forma que la mayor parte de la información sobre estas interacciones proviene de informes individuales y esporádicos sobre las mismas.

Otros problemas

Además de las interacciones medicamentosas, existen otros posibles problemas relacionados con el uso de complementos dietéticos:

  • Los complementos (especialmente los productos a base de hierbas) pueden no ser estables una vez fabricados y, como resultado, pueden producir beneficios inconsistentes o ningún beneficio en absoluto.

  • A diferencia de lo que sucede con los medicamentos recetados, a menudo se dispone de pocos datos científicos sobre la dosis óptima de suplementos.

  • Las personas pueden consumir complementos dietéticos en lugar de medicamentos convencionales recetados por su médico.

  • Los complementos pueden ser tóxicos y causar daño.

  • El consumo de complementos puede contribuir al diagnóstico erróneo de un problema médico porque los efectos del placebo pueden simular verdaderos beneficios, particularmente si la persona afectada y/o el médico creen firmemente en la efectividad del complemento. Las respuestas terapéuticas a los complementos, mediadas por placebo o de otro tipo, podrían confundirse con pruebas que confirman un diagnóstico concreto, posiblemente incorrecto.

Para evitar o manejar estos posibles problemas, es importante que las personas revelen a su médico qué complementos dietéticos están tomando.

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