Ginseng

PorLaura Shane-McWhorter, PharmD, University of Utah College of Pharmacy
Revisado/Modificado ene. 2022 | Modificado sep. 2022
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¿Qué es el ginseng?

El ginseng proviene generalmente de 2 especies distintas de plantas: el ginseng americano y el asiático. El americano es más suave que el asiático. Está disponible en varias presentaciones, como raíces frescas y secas, extractos, soluciones, cápsulas, comprimidos, cosméticos, refrescos e infusiones. El principio activo del ginseng americano son los panaxósidos y el del ginseng asiático son los ginsenósidos.

El ginseng siberiano no es realmente ginseng y contiene principios activos distintos.

Los productos de ginseng varían considerablemente en cuanto a calidad, ya que muchos contienen poco o ningún principio activo detectable. En muy pocos casos, algunos productos de ginseng procedentes de Asia han sido mezclados a propósito con raíz de mandrágora o bien con fenilbutazona o aminopirina, fármacos que han sido retirados del mercado en algunos países debido a sus efectos secundarios inaceptables.

(Véase también Introducción a los complementos dietéticos.)

¿Qué afirmaciones se hacen sobre el ginseng?

El ginseng se utiliza para potenciar el rendimiento físico y mental, así como para aumentar la energía y la resistencia a los efectos perjudiciales del estrés y del envejecimiento. También se emplea para aumentar el rendimiento sexual, incluso para tratar la disfunción eréctil. El ginseng parece reducir los niveles de glucosa en sangre y aumentar los niveles de lipoproteínas de alta densidad (high-density lipoprotein, HDL, el llamado «colesterol bueno»). El ginseng también puede mejorar la funcionalidad inmunológica.

¿Funciona el ginseng?

No existen pruebas definitivas de que el ginseng mejore el rendimiento intelectual ni en personas sanas ni en personas con un diagnóstico de demencia.

Un estudio determinó que el ginseng no prevenía los resfriados pero sí acortaba su duración.

En un estudio exhaustivo pero con pocos casos, el ginseng mejoró la calidad de vida según el informe subjetivo. Sin embargo, es difícil evaluar la calidad de vida (y algunos otros posibles efectos del ginseng, como la energía) porque son conceptos muy subjetivos. En un estudio realizado a personas con diabetes, el ginseng redujo los niveles de glucosa en sangre y se produjo una mejoría en cuanto al estado de ánimo y la energía. Algunas pruebas preliminares sugieren que el ginseng americano puede ayudar a aliviar las infecciones de las vías respiratorias.

¿Cuáles son los posibles efectos secundarios del ginseng?

El ginseng tiene un registro de seguridad razonablemente bueno. Sin embargo, algunos expertos recomiendan limitar su uso a 3 meses, ya que se pueden desarrollar efectos secundarios. Los efectos secundarios más frecuentes son el nerviosismo y la excitabilidad, que suelen disminuir después de los primeros días. La capacidad de concentración puede reducirse y la glucosa en sangre puede disminuir hasta alcanzar niveles anormalmente bajos (dando lugar a hipoglucemia). También puede aparecer cefalea (jaqueca/dolor de cabeza), reacciones alérgicas, problemas digestivos y alteraciones del sueño, sensibilidad mamaria e irregularidades menstruales. Dado que el ginseng tiene un efecto similar al de los estrógenos, las mujeres embarazadas o que estén amamantando a su bebé no deben tomarlo, ni tampoco debe administrarse a niños.

Algunas veces se comunican casos de reacciones adversas más graves, como crisis asmáticas, hipertensión arterial, palpitaciones o riesgo de ritmos cardíacos anormales (arritmias) y, en las mujeres posmenopáusicas, hemorragia uterina. A muchas personas les resulta desagradable el sabor del ginseng.

¿Qué interacciones farmacológicas se producen con el ginseng?

El ginseng puede presentar interacciones con los anticoagulantes, la aspirina (ácido acetilsalicílico) y otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los corticoesteroides, la digoxina, la terapia sustitutiva con estrógenos, los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO, utilizados para tratar la depresión) y los fármacos que disminuyen los niveles de glucosa en la sangre (fármacos antihiperglucemiantes, utilizados en el tratamiento de la diabetes).

El ginseng también puede aumentar las concentraciones séricas de ciertos fármacos. Por ejemplo, el ginseng puede aumentar las concentraciones de imatinib (utilizado para tratar la leucemia) y de raltegravir (utilizado para tratar el VIH), causando toxicidad hepática.

Si el ginseng se combina con ciertos medicamentos que afectan el ritmo cardíaco, como la amiodarona o la tioridazina, pueden aparecer arritmias.

Recomendaciones

El ginseng no se recomienda porque no proporciona ningún beneficio comprobado para la salud y tiene cierto riesgo de efectos secundarios significativos e interacciones farmacológicas. Las mujeres embarazadas o lactantes no deben tomar ginseng.

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