Los dermatofibromas son bultos pequeños (nódulos dérmicos) de color rojo a marrón que se deben a una acumulación de colágeno, una proteína fabricada por las células (fibroblastos) que residen en el tejido blando bajo la piel.
(Véase también Introducción a las neoplasias cutáneas.)
Los dermatofibromas son frecuentes entre los adultos y a menudo se presentan en solitario como abultamientos endurecidos que suelen localizarse en muslos y piernas, particularmente en mujeres. En general, los bultos miden menos de 1,25 cm de diámetro. Algunas personas desarrollan muchos dermatofibromas.
Estas protuberancias benignas están causadas por un gen determinado.
Imagen cortesía de Marie Schreiner, PA-C.
Los dermatofibromas son inofensivos y por lo general no causan ningún síntoma, excepto por un posible prurito o ulceración (llagas) después de lesiones menores.
Normalmente, los dermatofibromas no necesitan tratamiento, a no ser que se vuelvan molestos o que aumenten de tamaño. Se pueden extirpar quirúrgicamente si es necesario.