La prueba de la mesa basculante suele recomendarse para aquellas personas que sufren desmayo (síncope) por alguna razón desconocida y que no presentan un trastorno cardíaco estructural (como la constricción de la válvula aórtica).
Cómo se realiza una prueba de basculación
Por lo general, el paciente está sujeto a una mesa motorizada y permanece en posición horizontal durante 15 minutos. A continuación, el cabezal de la mesa se inclina un ángulo entre 60° y 80° durante 45 minutos para ver si la persona se siente débil o si disminuye su presión arterial y su frecuencia cardíaca. Si la presión arterial no disminuye, se administra isoproterenol (un fármaco que estimula el corazón) por vía intravenosa a una dosis lo suficientemente alta para acelerar la frecuencia cardíaca en 20 latidos por minuto, y se repite la prueba. Lamentablemente, este procedimiento puede, en algunas ocasiones, indicar la existencia de un trastorno cardíaco cuando en realidad no lo hay (es decir, un falso positivo).