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La deshidratación puede ser consecuencia de vómitos, diarrea, sudoración excesiva, quemaduras, insuficiencia renal e ingesta de diuréticos.
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En este caso, se siente sed y, a medida que empeora la deshidratación, se suda menos y se elimina menor cantidad de orina.
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Si la deshidratación es grave, se puede sentir confusión o mareo.
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El tratamiento consiste en restituir la cantidad perdida de agua y de sales minerales (como el sodio y el potasio) que se encuentran disueltas en la sangre (electrolitos), por lo general por vía oral pero en algunos casos por vía intravenosa.
(Véase también Introducción al agua corporal.)
Se produce deshidratación cuando el organismo pierde más agua de la que ingiere. Los vómitos, la diarrea, tomar fármacos que aumentan la excreción de orina (diuréticos), la sudoración profusa (por ejemplo, durante las olas de calor o, sobre todo, al practicar ejercicio durante mucho tiempo) y una ingesta menor de agua pueden dar lugar a deshidratación.
Esta es particularmente frecuente en las personas de edad avanzada, porque su centro cerebral de la sed no funciona tan bien como a edades más tempranas; por lo tanto, en algunas ocasiones no se dan cuenta de que empiezan a deshidratarse. Ciertos trastornos, como la diabetes mellitus, la diabetes insípida y la enfermedad de Addison pueden aumentar la eliminación de orina y, por lo tanto, dar lugar a deshidratación.
La deshidratación en bebés y en niños pequeños también es frecuente porque la cantidad de líquidos perdidos durante una diarrea o un episodio de vómitos puede suponer una proporción mayor respecto a sus líquidos corporales que en el caso de niños mayores y adultos.
Síntomas
Al principio, la deshidratación estimula el centro cerebral de la sed, provocando sed, un motivo poderoso para que se ingieran más líquidos. Si el agua que se bebe no compensa la cantidad de agua perdida, la deshidratación se agrava. Se suda y se orina menos. El agua se desplaza del interior de las células al torrente sanguíneo para mantener la cantidad necesaria de sangre (volemia) y la presión arterial (véase Introducción al agua corporal). Si la deshidratación continúa, los tejidos del cuerpo comienzan a secarse y las células se contraen y funcionan de forma inadecuada.
Los síntomas de la deshidratación entre leve y moderada incluyen
Si la deshidratación es grave, la sensación de sed puede verse reducida y la presión arterial puede descender, lo que provoca mareos o desmayos, sobre todo al ponerse de pie (una afección denominada hipotensión ortostática). Si la deshidratación continúa, se produce un choque y se dañan gravemente los órganos internos, como los riñones, el hígado y el cerebro. Las neuronas son particularmente sensibles a los niveles de deshidratación más graves; por lo tanto, la confusión es uno de los mejores indicadores de que la deshidratación es grave. La deshidratación muy grave evoluciona a coma.
Diagnóstico
A menudo, el diagnóstico de la deshidratación se basa en los síntomas y en los resultados de una exploración médica. Pero a veces se realizan análisis de sangre si el paciente parece gravemente enfermo, se toman ciertos medicamentos o se padecen determinados trastornos.
La deshidratación suele provocar que la concentración de sodio en la sangre aumente. La razón es que, aunque las causas frecuentes de la deshidratación (como la sudoración profusa, los vómitos y la diarrea) resultan en una pérdida de electrólitos (sobre todo, sodio y potasio), la pérdida de agua es aún mucho mayor, por lo que la concentración de sodio en la sangre aumenta.
Prevención
Vale más prevenir la deshidratación que curarla. Los adultos deben tomar por lo menos 6 vasos de líquido al día (incluido el procedente de comer alimentos con gran cantidad de agua, como fruta y verdura). La ingesta de líquidos debe aumentarse en los días calurosos, durante o después de un ejercicio prolongado y, si es posible, cuando se sufren vómitos y/o diarrea.
La actividad física, la temperatura corporal elevada y un clima caluroso aumentan la necesidad corporal de agua. Las bebidas isotónicas están concebidas para reponer los electrólitos que se pierden al practicar ejercicio intenso; se pueden ingerir para prevenir la deshidratación. Se deben beber líquidos con electrolitos antes, durante y después del ejercicio. Si se sufre una cardiopatía o una nefropatía, antes de practicar ejercicio es aconsejable preguntar al médico sobre la mejor forma de reponer el líquido que se pierda.
Tratamiento
En caso de deshidratación leve, suele ser suficiente con beber abundante agua. Si la deshidratación es moderada o grave, también deben restituirse los electrólitos perdidos (sobre todo, el sodio y el potasio).
Las soluciones orales de rehidratación que contienen una cantidad adecuada de electrólitos están disponibles sin receta médica. Estas soluciones son eficaces para tratar la deshidratación, sobre todo cuando se debe a vómitos o a diarrea en los niños. Las bebidas isotónicas no necesariamente contienen la cantidad de electrólitos adecuada para reemplazar a estas soluciones. Sin embargo, cuando una persona vomita, beber líquidos puede no ser suficiente para tratar la deshidratación.
Si la deshidratación es más grave, debe administrarse un tratamiento con soluciones intravenosas que contengan cloruro de sodio. Estas soluciones se suministran rápidamente al principio y después, a medida que mejora el estado físico, más despacio.
El tratamiento también va dirigido a combatir la causa de la deshidratación. Por ejemplo, si se tienen náuseas y vómitos o diarrea, se administran fármacos para controlarlas o detenerlas.
Preguntas frecuentes para la deshidratación
¿Cuál es la causa de la deshidratación?
La deshidratación se produce cuando las personas pierden más agua corporal de la que ingieren. Por lo tanto, puede ser consecuencia de trastornos o problemas que hacen que las personas pierdan líquidos, como la gastroenteritis con vómitos y diarrea, la sudoración profusa cuando hace calor y la diabetes no controlada. Y puede producirse deshidratación cuando las personas no pueden obtener suficiente agua para beber, como los viajeros varados o las personas mayores discapacitadas que viven solas.
¿Qué se puede hacer para la deshidratación?
En caso de deshidratación leve, suele ser suficiente con beber abundante agua. En caso de deshidratación más grave, las personas afectadas deben beber una solución especial de rehidratación oral que contenga la concentración adecuada de minerales (electrólitos) y azúcar. Los jugos, los refrescos y las bebidas deportivas no son tan efectivos. Para la deshidratación grave, los médicos administran a las personas afectadas líquidos por vía intravenosa.
¿Puede la deshidratación causar infección de las vías urinarias (IVU)?
No, la deshidratación no causa IVU.
¿Cuánto tiempo lleva recuperarse de la deshidratación?
Si se resuelve el problema que causó la deshidratación y la persona afectada recibe la cantidad correcta de líquido, la deshidratación entre leve y moderada puede resolverse en menos de un día. La deshidratación grave o la deshidratación de larga duración deben ser tratadas por médicos en un hospital y, por lo general, tardan de 2 a 3 días en resolverse con el tratamiento adecuado.
¿Cómo se previene la deshidratación?
Para evitar la deshidratación, las personas deben beber más líquido cuando trabajan o hacen ejercicio en climas cálidos. Las personas deben asegurarse de que los miembros mayores de la familia tengan acceso a mucha agua cuando estén solos en un edificio o un lugar cálido. Las personas que no realizan actividades extenuantes o que no están en un ambiente caluroso no necesitan obligarse a beber agua adicional cuando no tienen sed.