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La carencia de vitamina E provoca disfunciones en los reflejos y en la coordinación, dificultad para caminar y debilidad muscular.
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Los recién nacidos prematuros con esta carencia pueden presentar una forma grave de anemia.
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El diagnóstico se basa en los síntomas y en los resultados de la exploración física.
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Se corrige tomando suplementos de vitamina E.
La vitamina E (tocoferol) es un antioxidante: protege las células contra el daño producido por los radicales libres, que son subproductos de la actividad celular normal que forma parte de las reacciones químicas intracelulares (algunas de estas reacciones pueden ser dañinas). (Véase también Introducción a las vitaminas.)
La vitamina E, como las vitaminas A, D y K, es una vitamina liposoluble, por lo que se absorbe mejor cuando se ingiere con un poco de grasa. Algunos de los alimentos que constituyen una buena fuente de vitamina E son los aceites vegetales, las nueces, las semillas, las verduras de hoja verde, y el germen de trigo.
Las reservas de vitamina E en los recién nacidos son relativamente bajas, porque solo pequeñas cantidades de esta vitamina atraviesan la placenta. En consecuencia, los recién nacidos, en especial los prematuros, tienen un riesgo alto de presentar una carencia de vitamina E. Sin embargo, el riesgo disminuye con la edad, ya que los lactantes suelen recibir suficiente vitamina E en la leche materna o en las fórmulas comerciales. Los adultos pueden almacenar grandes cantidades de vitamina E en el tejido graso, por lo que es menos probable que presenten una carencia.
Causas
Una alimentación con muy poca grasa tampoco aporta vitamina E, porque los aceites vegetales son la principal fuente de esta vitamina y porque esta se absorbe mejor cuando se ingiere con algo de grasa. Los trastornos que afectan a la absorción de las grasas (como ciertos trastornos hepáticos, trastornos vesicales, pancreatitis y fibrosis quística) también pueden disminuir la absorción de esta vitamina y aumentar el riesgo de padecer una carencia.
En los países desarrollados, la carencia de vitamina E es poco frecuente en los niños mayores y en los adultos, y suele deberse a
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Trastorno que afecta la absorción de las grasas (trastorno de malabsorción)
En los países en desarrollo, la causa más común de deficiencia de vitamina E es
Síntomas
En niños, los síntomas pueden consistir en reflejos ralentizados, dificultad para caminar, falta de coordinación y de sensibilidad postural (saber dónde están las extremidades sin mirarlas) y debilidad muscular.
En adultos con deficiencia de vitamina E debido a un trastorno de malabsorción, estos síntomas raramente se desarrollan porque los adultos almacenan grandes cantidades de vitamina E en el tejido graso (adiposo).
La carencia de vitamina E puede causar una forma de anemia en la que se destruyen los glóbulos rojos (anemia hemolítica). Los recién nacidos prematuros con carencia de vitamina E tienen riesgo de presentar este grave trastorno.
En estos lactantes pueden producirse una hemorragia intracraneal y un crecimiento anómalo de los vasos sanguíneos oculares (un trastorno denominado retinopatía del prematuro). Asimismo, los recién nacidos afectados pueden presentar debilidad muscular.
Diagnóstico
Tratamiento
El tratamiento de la deficiencia de vitamina E consiste en tomar suplementos de vitamina E por vía oral.
A los recién nacidos prematuros también se les pueden suministrar suplementos para prevenir trastornos del desarrollo. Por el contrario, la mayoría de los recién nacidos a término no los necesitan, ya que obtienen suficiente vitamina E de la leche materna o de las fórmulas comerciales.