La bacteriemia es la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo. Puede producirse espontáneamente, durante la infección de determinados tejidos, por el uso de sondas gastrointestinales o catéteres venosos, o después de procedimientos odontológicos, digestivos, la curación de una herida u otras maniobras. La bacteriemia puede causar infecciones metastásicas, entre ellas endocarditis, en especial en pacientes con anomalías de las válvulas cardíacas. La bacteriemia transitoria suele ser asintomática, aunque puede causar fiebre. El desarrollo de otros síntomas generalmente indica que hay una infección más grave, como una sepsis o un shock séptico.
( ver Sepsis neonatal; ver Bacteriemia oculta y fiebre sin foco aparente en lactantes y niños pequeños.)
La bacteriemia puede ser transitoria y no causar secuelas, o tener consecuencias metastásicas o sistémicas. Las consecuencias sistémicas incuyen
Sepsis (antes conocida como síndrome de respuesta inflamatoria sistémica)
Etiología de la bacteriemia
La bacteriemia tiene muchas causas posibles, que incluyen
Cateterismo de un tracto urinario inferior infectado
Tratamiento quirúrgico de un absceso o una herida infectada
Colonización de dispositivos de implantación, especialmente catéteres venosos e intracardíacos, sondas uretrales y dispositivos y tubos de ostomía
La bacteriemia por gramnegativos secundaria a una infección suele proceder del tubo digestivo o del aparato urogenital, o de la piel en los pacientes con úlceras por decúbito. Los pacientes con enfermedades crónicas y los inmunocomprometidos tienen un riesgo aumentado de bacteriemia por gramnegativos. También pueden desarrollar bacteriemia por cocos grampositivos y anaerobios y presentan un riesgo elevado de fungemia. La bacteriemia por estafilococos es común entre adictos a drogas inyectables, en pacientes con catéteres intravenosos y en pacientes con infecciones complicadas de la piel y el tejido blando. La bacteriemia por Bacteroides puede aparecer en pacientes con infecciones del abdomen y la pelvis, especialmente del tracto genital femenino. Si una infección del abdomen causa bacteriemia, es muy probable que el microorganismo implicado sea un bacilo gramnegativo. Si la bacteriemia está causada por una infección que se ubica por encima del diafragma, la causa más probable es un microorganismo bacilo o coco grampositivo.
Fisiopatología de la bacteriemia
La bacteriemia transitoria o prolongada puede causar la infección metastásica de las meninges o de las cavidades serosas, como el pericardio o las articulaciones grande. Los abscesos metastásicos pueden producirse prácticamente en cualquier lugar. La formación de abscesos múltiples es especialmente frecuente en la bacteriemia por estafilococos.
La bacteriemia puede causar endocarditis, que es más común en aquella por estafilococos, estreptococos o enterococos, y menos común en la bacteriemia por gramnegativos o en la fungemia. Los pacientes con enfermedades cardíacas estructurales (p. ej., enfermedades valvulares, ciertas anomalías congénitas), con prótesis valvulares o con otras prótesis intravasculares tienen predisposición a sufrir endocarditis. Los estafilococos pueden causar endocarditis bacteriana, especialmente en adictos a drogas inyectables, y suelen afectar la válvula tricúspide. Staphylococcus también es la causa más común de osteomielitis vertebral de diseminación hematógena y discitis.
Síntomas y signos de la bacteriemia
Algunos pacientes son asintomáticos o sólo tienen una fiebre moderada.
El desarrollo de síntomas como taquipnea, escalofríos, fiebre persistente, alteraciones sensoriales, hipotensión y síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea) indican sepsis o shock séptico. El shock septicémico afecta a un 25 a 40% de los pacientes con bacteriemia significativa. La bacteriemia sostenida puede causar infección focal metastásica o sepsis.
Diagnóstico de la bacteriemia
Cultivos
Si se sospecha una bacteriemia, una sepsis o un shock séptico, se obtienen hemocultivos y cultivos de otras muestras adecuadas.
Tratamiento de la bacteriemia
Antibióticos
En los pacientes con sospecha de bacteriemia, se administran antibióticos intravenosos empíricos después de obtener cultivos apropiados de las posibles fuentes y de sangre. El tratamiento temprano de la bacteriemia con un régimen de antimicrobianos adecuado parece mejorar la supervivencia.
La terapia posterior debe ajustar el régimen de antibióticos de acuerdo con los resultados de los cultivos y las pruebas de sensibilidad, e incluir el drenaje de cualquier absceso, y por lo general, la extracción de cualquier dispositivo implantado que sea el origen sospechado de la infección bacteriana.
Una vez que se logra el control de la fuente y se observa mejoría clínica, la terapia puede completarse con antibióticos orales apropiados.
Conceptos clave
La bacteriemia puede ser transitoria y sin secuelas, o causar infecciones metastásicas focales o sepsis.
La bacteriemia es más común después de los procedimientos invasivos, especialmente aquellos que involucran dispositivos o materiales permanentes.
Si se sospecha de bacteriemia, dar antibióticos empíricos se obtienen después de las culturas de las fuentes y la sangre potenciales.