(Véase también Introducción a la meningitis bacteriana neonatal y Meningitis bacteriana neonatal).
La meningitis puede ser clasificada como aguda, subaguda, crónica o recidivante. También se puede clasificar por su causa: bacterias, virus, hongos, protozoarios o, en ocasiones, trastornos no infecciosos. Pero las categorías de mayor utilidad clínica de la meningitis son
La meningitis bacteriana aguda es particularmente grave y rápidamente progresiva. Las meningitis virales y no infecciosas suelen ser autolimitadas. Las meningitis subagudas y crónicas suelen seguir un curso más insidioso que otras meningitis, pero la determinación de la causa puede ser difícil.
La meningitis aséptica, un término más antiguo, a veces se utiliza como sinónimo de la meningitis viral; sin embargo, por lo general se refiere a la meningitis agudas causadas por cualquier noxa distinta de las bacterias que típicamente causan la meningitis bacteriana aguda. Por lo tanto, la meningitis aséptica puede ser causada por
Signos y síntomas
Los síntomas y signos de los diferentes tipos de meningitis pueden variar, particularmente en gravedad y agudeza. Sin embargo, todos los tipos tienden a causar lo siguiente (excepto en los lactantes y a veces en los pacientes muy mayores e inmunodeprimidos):
Los pacientes pueden aparecer letárgicos u obnubilados.
La rigidez de nuca, un indicador clave de irritación meníngea, es la resistencia a la flexión pasiva o voluntaria del cuello. La rigidez de nuca puede tomar tiempo en desarrollarse. Las pruebas clínicas para ello, de menor a mayor sensibilidad, son
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Signo de Kernig (resistencia a la extensión pasiva de la rodilla)
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Signo de Brudzinski (flexión total o parcial de las caderas y las rodillas cuando se flexiona el cuello)
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Dificultad para llevar la barbilla hasta el pecho con la boca cerrada
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Dificultad para llevar la frente o la barbilla hasta la rodilla
La rigidez de nuca puede distinguirse de la rigidez cervical debida a la artrosis de la columna cervical o la gripe con mialgias graves; en estos trastornos, por lo general se afecta el movimiento del cuello en todas las direcciones. Por el contrario, la rigidez de nuca debida a la irritación meníngea afecta principalmente a la flexión del cuello; por lo tanto, el cuello por lo general se puede rotar pero no puede ser flexionado.
Diagnóstico
El diagnóstico de la meningitis se hace principalmente mediante el análisis del líquido cefalorraquídeo. Debido a que la meningitis puede ser grave y la punción lumbar es un procedimiento seguro, esta se debe indicar si hay alguna sospecha de meningitis. Los hallazgos en el líquido cefalorraquídeo tienden a diferir según el tipo de meningitis pero pueden superponerse.
Si los pacientes tienen signos que sugieren un aumento de la presión intracraneana (PIC) o un efecto de masa (p. ej., déficits neurológicos focales, edema de papila, deterioro de la conciencia, convulsiones, sobre todo si los pacientes tienen una infección por HIV o están inmunocomprometidos) se realizan neuroimágenes—normalmente TC o RM con contraste—antes de la punción lumbar. En estos pacientes, la punción lumbar puede causar herniación cerebral.
Además, si se sospecha de un trastorno de la coagulación, la punción lumbar no se hace hasta que excluir o controlar el trastorno de la coagulación.
Cuando se difiere la punción lumbar, deben obtenerse hemocultivos, seguidos inmediatamente por el tratamiento empírico con antibióticos. Después de haber reducido la presión intracraneal y si no se detecta ninguna masa, puede realizarse una punción lumbar.
Si la piel sobre el sitio de inserción de la aguja está infectada o si se sospecha una infección subcutánea o parameníngea, la aguja se inserta en un sitio diferente, en general en la cisterna magna o en la parte superior de la columna cervical en C2 bajo guía radiológica.