Un medicamento es cualquier sustancia (diferente de un alimento o de un dispositivo) que se utiliza para el diagnóstico, la curación, el alivio, el tratamiento o la prevención de una enfermedad, o para afectar la estructura o el funcionamiento del organismo. (Los anticonceptivos orales son un ejemplo de fármacos que influyen en la función del organismo más que en el curso de una enfermedad.) Una definición más simple, pero práctica, sería describir un fármaco o medicamento como cualquier producto químico o biológico que afecta al organismo y su funcionamiento.
Los medicamentos también pueden llamarse fármacos/drogas. Algunas personas utilizan la palabra droga para referirse únicamente a una sustancia que produce una sensación placentera y que no se toma con fines médicos. El uso de sustancias que alteran la mente sin necesidad médica ha acompañado al uso médico apropiado de drogas (medicamentos) a lo largo de la historia. Algunos de los fármacos que se incluyen en esta categoría tienen un uso terapéutico legítimo y otros no (véase Introducción a los trastornos relacionados con sustancias o drogas).
Medicamentos con prescripción médica o medicamentos de venta libre
En la ley de Estados Unidos, los medicamentos (drogas) se dividen en dos categorías: medicamentos con receta y medicamentos sin receta.
Los fármacos de prescripción (los considerados seguros estrictamente para el uso bajo control médico) solo se pueden vender con una prescripción (receta) extendida por un profesional autorizado con reconocimiento estatal para esta actividad (por ejemplo, médicos, odontólogos, podólogos, profesionales de enfermería, asistentes médicos o veterinarios).
Medicamentos sin receta—aquellos considerados seguros para usar sin supervisión médica (como la aspirina)—se venden directamente a los consumidores, o de venta libre. En los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) es la agencia gubernamental que determina qué medicamentos requieren receta médica y cuáles pueden venderse sin receta.
Los suplementos dietéticos pueden contener vitaminas, aminoácidos, minerales y hierbas u otros compuestos derivados de plantas (botánicos). Dado que estos productos están destinados a complementar la dieta en lugar de tratar o prevenir enfermedades, no se clasifican como medicamentos y no requieren aprobación de la FDA antes de su comercialización. No tienen que cumplir con los mismos estándares de seguridad y eficacia que los medicamentos, y el fabricante no está autorizado a afirmar que el producto trata afecciones médicas específicas. Los suplementos dietéticos pueden causar problemas de salud si no se utilizan correctamente o si se toman en grandes cantidades. Además, en el caso de una condición médica específica, tomar suplementos dietéticos en lugar de medicamentos recetados por un profesional de la salud puede provocar un empeoramiento o una falta de mejora en la condición médica.
Nombres de medicamentos
Algún conocimiento sobre cómo se nombran los medicamentos puede ayudar a entender las etiquetas de los productos farmacéuticos. Cada fármaco tiene como mínimo tres nombres: un nombre químico, un nombre genérico (no comercial u oficial) y un nombre comercial (patentado o registrado) (véase la barra lateral ¿Qué figura en el nombre?).
El nombre químico describe la estructura atómica o molecular del fármaco. Este nombre suele ser demasiado complejo y engorroso para uso general, por lo que al medicamento se le asigna un nombre genérico.
Los nombres genéricos asignados a los fármacos de una categoría especial (clase) suelen tener la misma terminación. Por ejemplo, los nombres de todos los betabloqueantes que se utilizan para el tratamiento de trastornos tales como la hipertensión arterial terminan en «lol» (como metoprolol y propranolol).asignados a los fármacos de una categoría especial (clase) suelen tener la misma terminación. Por ejemplo, los nombres de todos los betabloqueantes que se utilizan para el tratamiento de trastornos tales como la hipertensión arterial terminan en «lol» (como metoprolol y propranolol).
El nombre comercial es seleccionado por la compañía farmacéutica que elabora y distribuye el fármaco. Los fármacos patentados suelen venderse bajo ese nombre comercial. Las versiones genéricas de un fármaco con nombre comercial pueden venderse con el nombre genérico después de que la patente de la compañía farmacéutica haya expirado (por ejemplo, ibuprofeno), o con el del fabricante, es decir, su propio nombre comercial.
Grupos y clases de medicamentos
También resulta útil saber a qué grupo pertenece un fármaco. De manera general, los fármacos se clasifican en grupos terapéuticos, es decir, según la enfermedad o los síntomas para cuyo tratamiento se utilizan. Por ejemplo, los fármacos utilizados en el tratamiento de la hipertensión arterial se llaman antihipertensores o antihipertensivos (la hipertensión es el término médico para definir la presión arterial alta), y los fármacos utilizados para tratar las náuseas se llaman antieméticos (emesis es el término médico para referirse al vómito).
Dentro de cada grupo terapéutico, los fármacos están clasificados en distintas clases. Algunas clases se establecen en función de la acción del fármaco en el organismo para lograr su efecto. Por ejemplo, los bloqueantes de los canales de calcio, los betabloqueantes y los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) son antihipertensores que actúan de distinta manera.
Aprovechar al máximo el tratamiento con medicamentos
Las personas que padecen alguna enfermedad pueden contribuir a que su plan de tratamiento sea lo más seguro y eficaz posible informando al médico, enfermera o farmacéutico:
Los problemas médicos que se padecen
Los fármacos (con y sin prescripción médica) y los suplementos dietéticos (incluso plantas medicinales) que se han tomado en las últimas semanas
Si se ha tenido o se tiene algún tipo de alergia o reacción poco común al tomar algunos fármacos, alimentos u otras sustancias
Si se está sometido a dietas especiales o restricciones alimentarias
Si se está embarazada o se planea estarlo, o bien si se está en periodo de lactancia
Además, las personas pueden ayudar a garantizar el uso seguro y eficaz de los medicamentos al:
Conocer la marca, el nombre genérico o ambos de los medicamentos que toman
Leer atentamente la etiqueta en los envases de los medicamentos antes de tomar un fármaco, tanto si ha sido prescrito como si se ha adquirido sin receta
Conocer la razón por la que se toma el medicamento, saber cuándo el medicamento está produciendo el efecto deseado y cuáles son sus posibles efectos adversos
Conocer la dosis correcta del medicamento, con qué frecuencia tomarlo y el momento adecuado del día para tomarlo
Saber cuánto tiempo debe tomarse el medicamento
Saber qué hay que hacer en caso de saltarse una dosis
Usar recursos simples, como calendarios u organizadores semanales, para seguir el tratamiento según lo indicado
Usar una cuchara medidora graduada adecuada, y no cucharas domésticas, para medir medicamentos líquidos
No masticar, romper ni aplastar una cápsula o una pastilla salvo si lo indican las instrucciones
No beber alcohol mientras se esté tomando el medicamento, si así se ha indicado
Conservar los medicamentos en el lugar correcto (un lugar fresco y seco, resguardados de la luz solar y siempre fuera del alcance de los niños y de los animales domésticos)
Desechar los medicamentos cuando se haya completado el tratamiento de una condición médica específica con dicho medicamento
Deshacerse adecuadamente de los fármacos caducados
No tomar nunca la medicación que se ha prescrito a otra persona
Tener a mano una lista de los fármacos que se están tomando
Verificar que la lista de medicamentos en su historial médico sea correcta (revisando la lista con su médico, enfermero o farmacéutico o iniciando sesión en su cuenta o portal del paciente)
Contactar con su profesional de atención médica o farmacéutico para responder a cualquier pregunta que pueda surgir
El uso seguro de los medicamentos depende de los problemas médicos actuales y otros medicamentos que la persona tome, su historial médico y antecedentes familiares, seguir prácticas seguras con los medicamentos y realizar un seguimiento según lo recomendado por un profesional de la salud.
Fármacos mencionados en este artículo
