Exceso de sangrado uterino en el parto

(Hemorragia puerperal o posparto)

PorJulie S. Moldenhauer, MD, Children's Hospital of Philadelphia
Revisado/Modificado jul. 2021 | Modificado ene. 2024
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Datos clave

Una hemorragia uterina excesiva se refiere a la pérdida de más de un litro de sangre o síntomas de una pérdida de sangre importante que se produce durante las primeras 24 horas después del nacimiento.

Después del nacimiento del bebé, un sangrado excesivo desde el útero es uno de los principales motivos de preocupación.

Por lo general, la mujer pierde alrededor de medio litro de sangre en total durante y después del parto vaginal. Se pierde sangre porque algunos vasos sanguíneos se desgarran cuando la placenta se desprende del útero. Las contracciones del útero ayudan a cerrar estos vasos hasta que puedan curar. Generalmente, en una cesárea se pierde casi el doble de sangre que en un parto vaginal, en parte porque es necesario realizar una incisión en el útero y durante el embarazo se bombea una gran cantidad de sangre hacia el útero.

Se considera que la pérdida de sangre es excesiva si se da alguna de las características siguientes durante las primeras 24 horas después del parto:

  • Se pierden más de 2 pintas de sangre (cerca de 1 litro).

  • La mujer presenta síntomas de pérdida significativa de sangre, como presión arterial baja, ritmo cardíaco rápido, mareos, aturdimiento, fatiga y debilidad.

La pérdida de una cantidad excesiva de sangre suele producirse poco después del parto, pero el riesgo subsiste hasta 1 mes más tarde.

Causas de las hemorragias posparto

La causa más frecuente de sangrado excesivo durante el alumbramiento es

  • Un útero que no comienza a contraerse tras el alumbramiento y que, en cambio, permanece suelto y distendido (una afección llamada atonía uterina)

Cuando el útero no comienza a contraerse después del alumbramiento, los vasos sanguíneos que se abrieron tras el desprendimiento de la placenta siguen sangrando.

Las contracciones pueden verse afectadas cuando

También puede producirse un sangrado excesivo cuando

El sangrado excesivo después de un parto puede aumentar el riesgo de repetición de episodios similares en los partos siguientes.

Los fibromas en el útero también pueden aumentar el riesgo.

Diagnóstico de la hemorragia posparto

  • Estimación médica de la pérdida de sangre

  • Monitorización de los signos vitales

El diagnóstico de hemorragia posparto se basa en la observación cercana de la cantidad de sangrado.

La monitorización de los signos vitales de la madre, como la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, puede ayudar al médico a determinar si la pérdida de sangre es excesiva. Un descenso abrupto de la tensión arterial o una frecuencia cardíaca rápida pueden indicar un sangrado excesivo.

Tratamiento de las hemorragias posparto

  • Masaje uterino

  • Fármacos para ayudar a contraer el útero.

  • Líquidos administrados por vía intravenosa

  • A veces, una transfusión de sangre

  • Eliminación de cualquier fragmento restante de la placenta

  • A veces, una ligadura de las arterias que se dirigen al útero

En caso de sobrevenir una hemorragia grave, se practica un masaje uterino presionando el abdomen de la mujer y se le administra oxitocina de forma continua por vía intravenosa. Estas medidas contribuyen a contraer el útero. Se administran líquidos por vía intravenosa para ayudar a restaurar la cantidad de líquido en el torrente sanguíneo. Si el sangrado continúa, también se administra otro medicamento que ayuda a que el útero se contraiga. Pueden inyectarse intramuscularmente, colocarse como supositorios rectales o, durante una cesárea, inyectarse en el útero.

La mujer puede necesitar una transfusión de sangre.

Los médicos buscan la causa del exceso de sangrado. Se puede examinar el útero en busca de algún fragmento de placenta que haya quedado dentro. Cualquier fragmento que quede en el útero se elimina manualmente. En muy pocas ocasiones, la extracción de estos fragmentos debe realizarse mediante dilatación y legrado. En este procedimiento, se pasa a través del cuello uterino (que generalmente permanece abierto después del alumbramiento) un instrumento pequeño y afilado denominado legra o cureta. Este instrumento se utiliza para extraer los fragmentos que han quedado dentro del útero. El procedimiento requiere anestesia. También se exploran el cuello uterino y la vagina para detectar desgarros.

Si el útero no puede ser estimulado para que se contraiga y la hemorragia continúa, es posible que sea necesario efectuar una ligadura de las arterias que llevan la sangre al útero. Entre los procedimientos que se pueden utilizar se encuentran los siguientes:

  • Introducción de un globo en el útero que posteriormente se hincha.

  • Introducción de un taponamiento en el útero.

  • El médico puede coser puntos (suturas) alrededor de la parte inferior del útero, un procedimiento que requiere cirugía abdominal.

  • Se puede colocar en el útero un dispositivo que aplica una succión suave al útero y, por lo tanto, ayuda a su contracción.

Los procedimientos no suelen producir infertilidad, anomalías en la menstruación ni otros problemas a largo plazo.

A veces, las arterias que suministran sangre al útero se deben bloquear quirúrgicamente o mediante la inserción de material a través de catéteres en las arterias.

La extirpación del útero (histerectomía) rara vez es necesaria para detener la hemorragia.

Prevención de la hemorragia posparto

Antes de iniciarse el trabajo de parto, el médico suele tomar las medidas necesarias para evitar o estar preparado en el caso de hemorragias importantes después del alumbramiento. Por ejemplo, determina si la mujer sufre alguna patología que aumente el riesgo de hemorragia (como una cantidad excesiva de líquido amniótico o un trastorno sanguíneo). Estas afecciones se tratan siempre que sea posible.

Si una mujer tiene un tipo de sangre inusual, se dispone de sangre de ese tipo por si se necesite una transfusión de sangre.

El alumbramiento debe ser lo más lento y cuidadoso posible. Por regla general los médicos administran oxitocina a la mujer a través de una vía intravenosa o bien la inyectan en un músculo. La oxitocina ayuda a que el útero se contraiga y contribuye a reducir la pérdida de sangre.

Después de la expulsión de la placenta, se somete a la mujer a un riguroso seguimiento durante al menos 1 hora, para tener la certeza de que el útero se ha contraído y evaluar la hemorragia vaginal.

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