La otitis media puede aparecer en niños mayores y en adultos (ver Otitis media (aguda)), pero es muy frecuente en niños de edades comprendidas entre los 3 meses y los 3 años. Estas infecciones suelen acompañar al resfriado común. Los niños pequeños son particularmente propensos a las infecciones del oído medio por varias razones:
Otros importantes factores de riesgo incluyen
La trompa de Eustaquio conecta el oído medio con las fosas nasales y contribuye a equilibrar la presión del aire del interior del oído medio con la presión ambiental. En los niños mayores y en los adultos, la trompa de Eustaquio es relativamente vertical, ancha y rígida, y las secreciones que pasan a su interior desde las fosas nasales se evacuan fácilmente. En lactantes y niños más pequeños, la trompa de Eustaquio es más horizontal, más estrecha, menos rígida y más corta. Por esta razón, se cree que es más fácil que la trompa se obstruya por las secreciones y se colapse, atrapando las secreciones dentro o cerca del oído medio y impidiendo que el aire llegue hasta el oído medio. Además, las secreciones pueden contener virus o bacterias, que proliferan y causan infección. También puede ocurrir que los virus y las bacterias retrocedan hacia la trompa de Eustaquio de los lactantes, de corta longitud, causando infecciones del oído medio.
La trompa de Eustaquio: mantener la presión del aire equilibrada
Alrededor de los 6 meses de edad, los lactantes se vuelven más propensos a la infección, dado que pierden la protección de los anticuerpos que han estado recibiendo a través de la placenta de la madre antes de nacer. La lactancia materna parece proteger parcialmente a los niños de infecciones del oído, porque la leche contiene los anticuerpos de la madre.
También alrededor de esta edad, los niños se vuelven más sociables y eso favorece la contracción de infecciones víricas al introducirse los dedos en la boca o la nariz después de tocar a otros niños u objetos. Estas infecciones pueden derivar a su vez en infecciones del oído medio. La asistencia del niño a la guardería aumenta el riesgo de exposición al resfriado común y, consiguientemente, el riesgo de contraer infecciones del oído medio.
El uso de un chupete altera a veces la función de la trompa de Eustaquio e interfiere con la correcta ventilación del oído medio.
Todos los niños sufren dolor en el oído afectado (véase Dolor de oído). Los lactantes con infección del oído medio pueden mostrar malestar o dificultad para dormir como únicos síntomas. Los niños pequeños suelen tener fiebre, náuseas, vómitos y diarrea.
Diagnóstico
Tratamiento
Las infecciones agudas del oído medio y la otitis media secretora (acumulación de líquido detrás del tímpano) suelen remitir sin antibióticos. Sin embargo, en ocasiones se administran antibióticos para tratar las infecciones agudas del oído medio. La otitis media secretora que no remite puede requerir tratamiento mediante un procedimiento quirúrgico.
Las infecciones crónicas del oído medio pueden volver con frecuencia o durar mucho tiempo. El tratamiento de estas infecciones consiste en gotas para el oído, antibióticos y, a veces, un procedimiento quirúrgico.