Biología de los dientes

PorRosalyn Sulyanto, DMD, MS, Boston Children's Hospital
Revisado/Modificado ago. 2021 | Modificado sep. 2022
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    Los dientes constan de la corona, que es la parte sobresaliente de la línea gingival, y la raíz, que es la que está debajo de la línea gingival.

    La corona está revestida de un esmalte blanco que protege el diente. El esmalte es la sustancia más dura del organismo, pero si se daña tiene muy poca capacidad para autorregenerarse.

    Por debajo del esmalte está la dentina, que es similar al hueso pero más dura. La dentina rodea la cámara pulpar (pulpa), que contiene vasos sanguíneos, nervios y tejido conjuntivo. La dentina es sensible al tacto y a los cambios de temperatura.

    Los vasos sanguíneos y los nervios penetran en la cámara pulpar por los conductos radiculares, que también están rodeados de dentina. En la raíz, la dentina está cubierta por un tipo de tejido conjuntivo llamado cemento, que es una sustancia delgada similar al hueso. El cemento está rodeado por una membrana, denominada ligamento periodontal, que protege el diente y fija con firmeza la capa de cemento, y por lo tanto toda la pieza, a la mandíbula.

    Interior del diente

    El ser humano tiene dos denticiones naturales:

    • Dentición primaria (de leche): las primeras piezas dentales que aparecen; más tarde son reemplazadas por las piezas dentales permanentes

    • Dientes permanentes (adultos): los dientes que reemplazan a los dientes de leche

    La primera dentadura, la de los niños, consta de 20 dientes de leche: 2 incisivos centrales (o anteriores) superiores y 2 inferiores, 2 incisivos laterales superiores y 2 inferiores, 2 caninos (colmillos) superiores y 2 inferiores, 2 primeros molares superiores y 2 inferiores y 2 segundos molares superiores y 2 inferiores.

    Una persona adulta cuenta con 32 dientes permanentes: 2 incisivos centrales superiores y 2 inferiores, 4 incisivos laterales, 4 caninos, 4 primeras bicúspides (premolares), 4 segundas bicúspides, 4 primeros molares, 4 segundos molares y terceros molares o cordales, llamadas también muelas del juicio. Sin embargo, el número de muelas del juicio puede variar en cada persona: no todo el mundo tiene 4, y algunas personas no tienen ninguna.

    Exploración de la boca

    Dentición

    Existe un amplio lapso normal de tiempo para la dentición, es decir, la aparición de los dientes en la boca a través del tejido gingival. En cuanto a los dientes primarios, los incisivos centrales son los primeros dientes en salir, alrededor de los 6 meses de edad. A esos dientes les siguen los incisivos laterales, los primeros molares de leche, los caninos y, finalmente, los segundos molares de leche. En general, alrededor de los 2 años y medio todos los dientes de leche están presentes en la boca del niño.

    Cada una de estas piezas dentales de leche será empujada por una pieza permanente, en un proceso que comienza hacia los 6 años. Los primeros molares permanentes de los 6 años aparecen en la boca justo detrás de los últimos molares de leche y, por lo tanto, no reemplazan ninguna pieza anterior. Esta ausencia de sustitución se da también el caso de los segundos y terceros molares permanentes. Los terceros molares (muelas del juicio) son los últimos dientes permanentes en aparecer, habitualmente entre los 17 y los 21 años.

    Una pieza dental impactada es una pieza dental que no puede erupcionar por falta de espacio o por la posición de las demás piezas dentales. La mayoría de los dientes que se impactan son muelas del juicio

    En algún caso poco frecuente, los niños nacen con un diente (un diente natal) o les sale un diente de leche al mes de su nacimiento (un diente neonatal). Por lo general, estos dientes son incisivos inferiores de leche, pero también pueden ser dientes adicionales (supernumerarios). Estos dientes se extraen solo si interfieren con la lactancia natural o si se aflojan en exceso.

    En muchos niños, los incisivos inferiores permanentes se sitúan uno detrás del otro al salir. El problema puede deberse a la falta de espacio (debido al apiñamiento, la presencia de dientes permanentes rotados o de anomalías en el desarrollo esquelético) y puede ser necesario un tratamiento de ortodoncia precoz (corrector dental). Chuparse el pulgar u otro dedo también puede afectar a la posición de los dientes, lo cual a veces requiere un tratamiento precoz de ortodoncia.

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