El prurito del deportista es una infección por dermatofitos (hongos) de la ingle.
Los síntomas de tinea cruris incluyen una erupción pruriginosa, que puede ser dolorosa.
Los médicos establecen el diagnóstico basándose en la exploración física de la ingle.
El tratamiento incluye la aplicación de antimicóticos, ya sea directamente en la zona afectada (tópica) o en algunas ocasiones por vía oral.
(Véase también Introducción a las infecciones fúngicas de la piel.)
La tiña crural es un tipo de dermatofitosis. El causante principal de la tiña crural es el hongo Trichophyton.
Esta infección es más común en los hombres porque la humedad puede quedar atrapada entre el escroto y el muslo. La tiña crural se desarrolla con mayor frecuencia en climas cálidos o con el uso de ropa húmeda y apretada. Las personas obesas están en riesgo porque los pliegues de la piel retienen la humedad.
Imagen cortesía de www.doctorfungus.org © 2005.
La infección empieza en los pliegues de la piel de la zona genital y puede extenderse hacia la parte superior interna de los muslos, de uno o de ambos. Por lo general, la afectación del escroto es mínima o nula. La erupción tiene un borde escamoso de color rosado. La tiña crural causa un prurito bastante intenso y dolor.
Esta infección tiende a producir recidivas, en especial en las personas con onicomicosis o pie de atleta (tiña del pie), porque los hongos pueden propagarse de esas infecciones a la ingle. Los brotes se producen con mayor frecuencia durante el verano.
Diagnóstico de la tiña inguinal
Exploración médica de la zona de la ingle
Exploración de un raspado cutáneo
Por lo general, el diagnóstico de tinea cruris resulta evidente para el médico después de la exploración física.
Si el diagnóstico no resulta evidente, puede hacerse un raspado cutáneo y examinarlo al microscopio para asegurarse de que la erupción está causada por un hongo.
Tratamiento de la tiña inguinal
Fármacos antifúngicos aplicados en la piel o a veces tomados por vía oral
El tratamiento de la tiña crural consiste en una crema o loción antifúngica (como miconazol, naftifina, ketoconazol o clotrimazol). (Véase también la tabla Algunos fármacos antimicóticos aplicados por vía cutánea [fármacos tópicos].)
Los medicamentos antimicóticos tomados por vía oral (como itraconazol o terbinafina) pueden ser necesarios en personas con una infección generalizada, inflamada o difícil de curar.