Pruebas de imagen del tórax

PorRebecca Dezube, MD, MHS, Johns Hopkins University
Revisado/Modificado nov 2023
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La pruebas de imagen del tórax comprenden

  • Radiografías

  • Tomografía computarizada (TC)

  • Angiografía por TC

  • Resonancia magnética nuclear (RMN)

  • Ecografía

  • Gammagrafía pulmonar

  • Angiografía de las arterias pulmonares

  • Escáner obtenido con tomografía por emisión de positrones (PET)

(Véase también Historia clínica y exploración física en las enfermedades pulmonares y Introducción al aparato respiratorio, y Introducción a las pruebas de diagnóstico por la imagen.)

Todos estos estudios de imagen, excepto la resonancia magnética nuclear (RMN) y la ecografía, utilizan radiación. Las radiografías de tórax casi siempre se realizan cuando los médicos sospechan un trastorno pulmonar o cardíaco. En caso necesario se realizan otras pruebas de diagnóstico por la imagen para proporcionar a los médicos información específica que les permita hacer un diagnóstico.

Radiografías de tórax

De forma rutinaria, se realizan radiografías de tórax mediante proyecciones desde la espalda hacia la parte anterior del tórax. Por lo general también se complementa el estudio con una proyección lateral. A veces, las radiografías de tórax deben tomarse con la persona en una posición diferente para que los médicos puedan ver una zona específica de los pulmones o porque la persona no puede colocarse en la posición habitual.

Las radiografías de tórax proporcionan un perfil definido del corazón y de los grandes vasos sanguíneos, lo que permite, por lo general, detectar un trastorno grave en los pulmones, en los espacios adyacentes y en la pared torácica, incluyendo las costillas. Por ejemplo, con una radiografía de tórax se pueden visualizar la mayoría de las neumonías, los tumores pulmonares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el colapso pulmonar (atelectasia) y la acumulación de aire (neumotórax) o de líquido (derrame pleural) en la cavidad pleural (el espacio entre las dos capas de pleura que recubren el pulmón y la pared torácica interna).

Aunque las radiografías de tórax rara vez proporcionan la información suficiente para determinar la causa exacta de la alteración, sí pueden ayudar a determinar si se necesitan pruebas complementarias y, en caso afirmativo, cuáles.

Tomografía computarizada (TC) del tórax

La tomografía computarizada (TC) del tórax es un tipo de procedimiento radiográfico que proporciona más detalles que una radiografía simple. En la tomografía computarizada (TC) la computadora realiza un análisis de una serie de radiografías y obtiene varias proyecciones en distintos planos, como secciones longitudinales o transversales. Durante la tomografía computarizada (TC) puede inyectarse en la circulación sanguínea una sustancia detectable mediante radiografías (denominada agente de contraste radiopaco), que también puede administrarse por vía oral, para ayudar a visualizar determinadas anomalías del tórax.

La TC de alta resolución y la TC helicoidal (espiral) son procedimientos de TC más especializados. La TC de alta resolución puede revelar más detalles acerca de los trastornos pulmonares. La TC helicoidal puede proporcionar imágenes tridimensionales.

En general, las tomografías computarizadas se realizan después de que la persona respire profundamente (inhale). A veces, las imágenes por tomografía computarizada (TC) se obtienen después de que la persona inhale y exhale para observar mejor las vías respiratorias pequeñas.

Angiografía torácica por tomografía computarizada (TC)

La angiografía por TC utiliza un agente de contraste radiopaco inyectado en una vena de un brazo para producir imágenes de los vasos sanguíneos, entre ellos la arteria que transporta la sangre del corazón a los pulmones (arteria pulmonar).

Generalmente se realiza una angiografía por TC en lugar de la gammagrafía pulmonar para diagnosticar coágulos de sangre en la arteria pulmonar (embolia pulmonar). Sin embargo, la angiografía por TC puede no ser posible si el paciente sufre una enfermedad renal, que puede empeorar por los agentes de contraste, o alergias a los agentes de contraste utilizados.

Resonancia magnética nuclear (RMN) del tórax

Las exploraciones con resonancia magnética nuclear (RMN) del tórax proporcionan imágenes muy detalladas, especialmente útiles cuando el médico considera que pueden existir alteraciones en los vasos sanguíneos del tórax, como un aneurisma aórtico.

La resonancia magnética nuclear (RMN) lleva más tiempo y es más cara que la tomografía computarizada (TC). La resolución de la RMN es más baja que la TC a la hora de diagnosticar alteraciones en los pulmones, por lo que la RMN no se utiliza a menudo para obtener imágenes del tórax. A diferencia de la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética nuclear (RMN) no utiliza radiación.

Ecografía del tórax

La ecografía construye una imagen a partir de la reflexión de las ondas sonoras en el organismo. La ecografía se utiliza con frecuencia para detectar líquido en la cavidad pleural (espacio que se encuentra entre las dos capas de la pleura que recubren el pulmón). También se puede utilizar para guiarse a la hora de realizar una extracción del líquido con ayuda de una aguja.

A veces se realiza una ecografía a pie de cama para diagnosticar el neumotórax.

La ecografía endobronquial se puede usar junto con la broncoscopia para ayudar a guiar al médico cuando necesita obtener una muestra de tejido pulmonar para buscar cáncer (biopsia con aguja). En este caso, la sonda de ecografía se encuentra en el broncoscopio para obtener imágenes desde el interior de las vías respiratorias.

Gammagrafía pulmonar

La gammagrafía pulmonar puede ser útil en la detección de coágulos de sangre en los pulmones (embolia pulmonar), pero ha sido sustituida en gran medida por la angiografía por TC para diagnosticar este trastorno. Sin embargo, la gammagrafía pulmonar se puede realizar cuando la angiografía por TC no es posible porque el paciente sufre enfermedad renal, que puede empeorar a causa de los agentes de contraste, o alergias a los medios de contraste utilizados en la TC. La gammagrafía pulmonar también se puede usar durante la evaluación preoperatoria de las personas a las que se les extirpa parte del pulmón para tratar el cáncer de pulmón o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), con objeto de determinar el funcionamiento del pulmón restante.

La gammagrafía pulmonar de ventilación/perfusión es una técnica no invasiva y bastante precisa, pero requiere más tiempo que una angio-TC. Una exploración de ventilación/perfusión consiste en realidad en dos exploraciones, una que mide la respiración (ventilación) y otra que mide el flujo sanguíneo (perfusión). Las pruebas generalmente se realizan juntas, pero también se pueden hacer por separado.

En una gammagrafía pulmonar de perfusión una pequeña cantidad de sustancia radiactiva se inyecta en una vena y viaja a través de las arterias pulmonares hasta los pulmones, donde delinea el suministro de sangre al pulmón.

En una gammagrafía pulmonar de ventilación, la persona inhala un gas inocuo que contiene trazas de material radiactivo, el cual se distribuye a través de los pequeños sacos de aire de los pulmones (alvéolos). En las imágenes se visualizan las áreas donde se libera dióxido de carbono y se capta oxígeno.

Generalmente los médicos pueden determinar si la persona ha padecido una embolia pulmonar comparando la gammagrafía de ventilación con el modelo de irrigación sanguinea mostrado en la prueba de perfusión.

Angiografía de las arterias pulmonares

La arteriografía de la arteria pulmonar (también denominada angiografía pulmonar) se lleva a cabo mediante la inyección de un agente de contraste radiopaco directamente en la arteria pulmonar a través de un tubo de plástico largo y delgado (catéter) que se introduce por una vena hasta el corazón y desde allí hasta la arteria pulmonar. Después de inyectar el agente de contraste, los médicos utilizan rayos X convencionales para visualizar el agente de contraste en los pulmones (angiografía).

La angiografía se ha utilizado tradicionalmente con mayor frecuencia cuando la sangre se coagula en los pulmones (embolia pulmonar), por lo general basándose en los resultados anormales de la gammagrafía pulmonar y todavía se considera la prueba más precisa para diagnosticar o descartar una embolia pulmonar. Sin embargo, la angiografía de las arterias pulmonares se suele realizar mediante angiografía por TC porque la angiografía de la arteria pulmonar, que implica una inyección directa en la gran arteria pulmonar, es más invasiva.

La PET se combina a menudo con la TC y así se disponen de dos métodos diferentes para visualizar los tumores de pulmón.

Tomografía por emisión de positrones (PET)

La tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET) se utiliza cuando se sospecha la existencia de una lesión cancerosa. Esta técnica de imagen radiológica se basa en la diferente actividad metabólica que presentan los tejidos malignos (cancerosos) en comparación con los benignos (no cancerosos). Consiste en la inyección intravenosa de moléculas de glucosa combinadas con un compuesto visible al realizar la tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET). Una vez inyectadas, las moléculas se acumulan en tejidos con gran actividad metabólica (como por ejemplo los ganglios linfáticos cancerosos) haciéndolos visibles en la imagen de la tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET). En las lesiones benignas no se suelen acumular suficientes moléculas como para hacerse visibles.

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