La córnea es la capa transparente en la parte frontal del iris y la pupila. Protege el iris y el cristalino, y ayuda a enfocar la luz sobre la retina. Está compuesta por células, proteínas y fluido. La córnea parece frágil, pero es casi tan rígida como una uña; sin embargo, es muy sensible al tacto.
Los trastornos de la córnea incluyen los siguientes:
Los trastornos o el daño en la córnea pueden causar dolor, lagrimeo y disminución de la agudeza visual.
Para la exploración de la córnea suele utilizarse una lámpara de hendidura, un instrumento que permite al médico explorar la totalidad del ojo a gran aumento. Durante la exploración, el médico puede aplicar un colirio que contiene un colorante amarillo-verdoso llamado fluoresceína. La fluoresceína tiñe temporalmente las áreas dañadas de la córnea, y permite ver las áreas dañadas que de otro modo no serían visibles.